Calvin Cole, un valiente bombero de Chicago, vive intensamente su misión de salvar vidas, pero guarda un secreto sobre su orientación sexual y un amor silencioso por un compañero.
Un día, tras una jornada agitada en el cuerpo de bomberos, Calvin es invitado por su colega Frank a su casa, donde surge un encuentro amoroso. Frank ya sabía que Calvin era gay, al igual que él. Tras este encuentro, recuerdos del pasado vuelven a la superficie.
Dereck Clark, un médico prometedor, enfrenta desilusiones amorosas, y sus dudas sobre el amor crecen con cada relación que mantiene.
Pero el destino decide unir a dos corazones heridos: Calvin y Dereck se encuentran en una situación inesperada donde verdades ocultas saldrán a la luz.
Ciertas circunstancias los llevan a cuestionar sus decisiones pasadas. En esta trama apasionante, Calvin y Dereck descubrirán que el amor y la felicidad pueden renacer de las chispas de una pasión que trasciende el tiempo.
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Capítulo 19
Hector dio algunos pasos adelante y habló serio, mirándolo directamente.
— En serio, ¿cuál es tu problema? Calvin fue solo una diversión para ti; eso ya quedó claro. Ahora dime, ¿por qué te importa con quién está saliendo? Él merece encontrar a alguien que lo trate con el valor que merece.
— ¿Quién dijo que él fue solo diversión? Tu amigo no me dejó explicar la situación y supuso las cosas a su manera. ¿Él dijo que le estaba gustando y ya está saliendo con otra persona?
Hector no aguantó y sonrió ante lo que él dijo.
— Y tú te comprometiste la misma noche en que te acostaste con él. Dime, ¿quién está equivocado aquí? Tú eres un tipo comprometido, no él. Deja que él viva su vida en paz; aléjate, si realmente quieres el bien de Calvin, lo mejor que puedes hacer es alejarte de él.
Hector volvió al aparato, y Frank salió de aquel espacio, dándose cuenta de que no conseguiría persuadir al mejor amigo de Calvin. Al regresar al área de los reclutas, Frank fue interceptado por Eddie, quien puso la mano en su pecho, impidiéndole proseguir.
— Me enteré de que desperdiciaste una gran oportunidad. ¿Por qué no presentaste una queja contra Calvin?
Frank miró la mano de Eddie, la retiró de su pecho y respondió, intentando dejar claro que estaba harto de aquel asunto.
— ¿Qué ganaría con eso? La oportunidad de la que estás hablando es para ti, no para mí. No es novedad que deseas el cargo de Calvin, y si crees que puedes usar mi caso con él para alcanzar eso, estás muy equivocado. — Frank replicó con firmeza.
— ¿Crees que necesito tu caso con él para subir? Yo sabía que él no conseguiría mantener la pose por mucho tiempo y que pronto iba a cometer una tontería. La mayoría aquí no está de acuerdo con la actitud de él; si él agredió a su amante, ¿qué podría hacer con los otros? Podrías haber pensado en grande; si hubieras seguido con la denuncia, conseguirías el apoyo de varios aquí dentro, y eso podría ser bien visto por un comandante o coronel.
Frank estaba comprendiendo a dónde quería llegar Eddie. Si él tenía que subir, sería por medio de sus propios esfuerzos y no a costa de nadie, exactamente como había aprendido con Calvin.
— Ustedes todos pueden estar tranquilos. Calvin me agredió solo porque yo lo provoqué. Entonces, si todos continúan como estaban, todo va a estar bien.
Frank no estaba dispuesto a proseguir con aquel asunto. Dio la espalda y se fue, dejando a Eddie con una expresión que indicaba que la conversación aún no había terminado.
— Entonces, ¿basta con no provocarlo? ¿Será que es eso lo que puede pasar si el "muralla" es provocado? Creo que sería interesante pagar para ver.
Lejos del cuartel y sin imaginar que alguien podría estar tramando contra él, Calvin llegaba a la academia que frecuentaba ocasionalmente. Pagó por el día y se dirigió a uno de los torniquetes. Del otro lado, Dereck salía, y cuando Calvin levantó la mirada, reconoció una familiaridad en el rostro de él.
Calvin consideró la idea de abordar a Dereck, pero, al salir, fue interceptado por alguien que estaba habituado a entrenar con él. La impresión que tuvo era de que podría ser el hombre de la noche anterior, pero perdió la oportunidad de confirmar al no iniciar la conversación.
Ante el acercamiento, Calvin no tuvo otra opción que prestar atención al hombre que se aproximó, dirigiéndose hacia los equipos. Dereck, por su parte, no avistó a Calvin y tal vez ni lo reconocería, puesto que estaba bastante embriagado la noche anterior.
Dereck se dirigió al Lincoln Park en su coche. Le gustaba frecuentar aquel parque, pues la vista del Lago Michigan lo dejaba relajado, algo que él necesitaba en aquel momento. Al llegar, comenzó a caminar por el lugar, observando los animales, sacando algunas fotos y después, yendo en dirección al lago. Creía que allí conseguiría calmar su mente.
Mientras tanto, en la academia, Calvin concluyó su entrenamiento y decidió seguir para el mismo parque. Mientras pilotaba su moto, aún pensaba en los consejos de su amigo, en las decisiones a ser tomadas cuando volviera y, claro, en el hombre de la discoteca. Se quedó preguntándose si era mismo él allí y, si lo fuera, aquello sería una gran coincidencia.
Calvin apreciaba la compañía de los animales, motivo por el cual le gustaba aquel parque, que albergaba un zoológico. Él jugó con algunos animales antes de partir, poniéndose los auriculares y comenzando su carrera. Mientras corría, apreciaba el paisaje a su alrededor.
Dereck, por su parte, estaba a la orilla del lago, también disfrutando de sus músicas. Como él imaginó, quedarse allí, contemplando el lago, trajo claridad sobre sus decisiones futuras.
Después de reflexionar bastante, Dereck se alejó de la orilla del lago y regresó al centro del parque, donde varias personas paseaban o apenas pasaban por allí. Al aproximarse a una curva, a punto de entrar en un área arbolada, dos niños pasaron corriendo por él, y uno de ellos cayó. Dereck miró hacia atrás y fue hasta ellos para verificar cómo estaban.
En ese momento en que Dereck se agachó para verificar al niño, Calvin salió corriendo en la dirección opuesta al camino que Dereck tomaría. Ninguno de los dos se vio, y parecía que el destino estaba jugando con ellos, manteniéndolos tan próximos y, al mismo tiempo, tan distantes.
La madre del niño luego apareció, y como él estaba solo con algunos rasguños, Dereck siguió su camino, aún aconsejando al niño a no correr de aquella manera. Continuó caminando, observando al niño levantarse, incluso con la rodilla raspada, y demostrar disposición para continuar jugando con su hermano. Eso acabó sirviendo de lección para Dereck.
Él sonrió y siguió en dirección a su coche, ya sabiendo lo que haría cuando llegara al hospital al día siguiente. Así como el niño, él levantaría la cabeza y seguiría adelante, no permitiendo que aquel incidente le quitara su paz, al final, no fue él quien cometió algo de errado. Si fuera preciso salir de aquel lugar para obtener la paz que necesitaba, no dudaría en hacerlo.