La Secretaria Del CEO

El taxi llegó y nos fuimos, Sarah iba a quedarse en mi casa, ella se durmió en mi regazo, llegamos a casa, pagué el taxi con el dinero que Sarah me dio y la ayudé a entrar.

Subí a mi habitación, ayudé a Sarah a quitarse la ropa y la llevé a bañarse, había bebido demasiado y estaba borracha y con mucha dificultad, luego la llevé a su habitación, la puse en la cama y la vestí con uno de mis pijamas y la acosté, fui a bañarme, terminé, me puse un pijama, fui al cuarto de mi abuela, le di un beso, fui al de mi madre y también le di un beso, bajé a la cocina, tomé un vaso de agua y volví a mi habitación y me acosté, no tardé mucho en quedarme dormido.

Al día siguiente me desperté, hice mi higiene personal y bajé a desayunar, eran las 9 de la mañana.

Milla: ¡Buenos días mamá!

¡Buenos días abuela! ¿Estás bien?

Elsa: Buenos días hija. -dice dándole un beso en la cabeza

**María (abuela)**: Buenos días\, mi niña\, estoy bien\, solo con un poco de dolor abdominal\, pero estoy bien.

Milla: Esta semana te llevaremos a hacer nuevos exámenes para ver cómo va el tratamiento y saber si está dando resultado.

**María (abuela)**: No te preocupes\, hija\, estoy bien.

Ahora cuéntame de ti, ¿cómo estás?

Milla: Estoy bien y muy feliz, abuelita.

María: Qué bien, ¿y por qué tanta felicidad?

Milla: ¿Mi madre no te lo contó?

Conseguí un trabajo y empiezo mañana. -dice emocionada.

María: Felicidades, mi niña, estoy muy orgullosa y muy feliz por ti, que seas muy feliz y logres cumplir todos tus sueños, mi amor. -dice abrazándola y besándola.

Milla: Gracias, abuelita.

Todos desayunan y siguen conversando mientras la madre de Milla lava los platos, las horas pasan y se ríen y hablan de cosas divertidas de la vida. Sarah todavía dormía, pero se despierta con el ruido, hace su higiene personal y baja.

Sarah: ¡Buenos días! ¿Qué felicidad es esta tan temprano?

-dice bajando las escaleras y quejándose, poniendo la mano en la cabeza.

*Todos responden y se ríen*.

Milla: ¡Buenos días!

Despertaste tarde, ya son las 11.

Sarah: Estaba muy cansada y me pasé un poco con la bebida anoche, ahora tengo una resaca de aquellas.

Milla: Ah, ya veo. -dice tomando un sorbo de café.

Estaba contando a mi abuela sobre el trabajo que conseguí y hablando de las historias graciosas de mi abuela.

Sarah: Ah, sí.

Esta amiga mía es muy inteligente, ¿no?

María: Por eso estás así, hecho polvo jajaja, celebraste mucho.

Sarah: Abuela María, celebramos demasiado, la noche fue maravillosa.

Milla: Lo fue... jajaja

Sarah: Y claro que sí, jajaja

Elsa: Qué bien, me alegra que hayan disfrutado y se hayan divertido jajaja

María: Yo también me alegro y ustedes deben divertirse más, en mi época salíamos todas las semanas a las fiestas, salíamos con los amigos y nos divertíamos mucho, era muy bueno, pero cuando uno se va haciendo mayor ya no se puede hacer muchas cosas, así que hay que aprovechar mientras se pueda.

Y dejen de preocuparse por mí, su madre está aquí cuidándome y sabe defenderse en caso de que pase algo.

Milla: Lo sé, abuela, pero solo estaré tranquila después de hacernos nuevos exámenes y saber que todo está bien, ¿vale?

Sarah: Es verdad, abuela María, no hay discusión al respecto jajaja

María: Ustedes sabrán, se están perdiendo de conocer a muchos chicos guapos jajaja

Milla: Abuela, para ya. -dice avergonzada.

Sarah: Y amiga, esto es verdad, tengo que estar de acuerdo con ella jajaja

Milla: Hasta tú.

*Todos se ríen de ella*.