Fénix es una Joven de 21 años que vive una vida difícil con su padre- El padre la obliga a casarse con el nieto mujeriego de Thomas Anderson, el joven CEO Joshua Anderson, para evitar la banca rota.
Esta es la historia de un Matrimonio Forzado. Fénix y Joshua compartirán algo mas que un acta de matrimonio.
-Amor, secretos, dolor y engaños te harán ser parte de una historia única.
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Nada
La orquesta tocaba una dulce melodía, el murmullo de lo invitados hablando y rindo resonaban en la bella mansión, todo en extremo elegante, pero una joven mujer parada sola en el centro de aquel gran salón lo único que deseaba era perderse.
Fénix observo a su alrededor, mujeres de vestidos elegantes, peinados presuntuosos, caballeros con elegantes trajes y relojes de oro y diamante, nada de eso parecía ser parte de su mundo y sin embargo allí estaba.
Poco a poco giro observando las preciosas arañas colgando del techo y volvió su vista a los invitados, la imagen frente a sus ojos fue tan dolorosa como odiosa, apretó su copa de champaña, la que decía ser su familia estaba reunida con un grupo disfrutando de la velada, ella apretó sus labios tratando de contener la impotencia, nunca perteneció a ningún lugar, nadie la amo lo suficiente como para tenerla en cuenta, y el gran amor de su vida, quien le bridaba las caricias más puras y las miradas más tiernas, le había sido arrebato en un abrir y cerrar de ojos.
Una fuerte punzada en la cabeza le recordó la fatídica noche de hace dos días, respiro hondo y toco la herida cubierta por un delicado flequillo que caí a un costado-
Decido que lo mejor seria ir a revisar, tal vez estaba sangrando o el maquillaje se pudo haber corrido, ya que sudo como nunca mientras sentía las manos de su futuro esposo, en ese preciso momento recordó que ya había pasado un largo periodo sin verlo, pero no le importo era mejor mantener la distancia de quien la veía con tanto desprecio, sonrió intuitivamente
Uno más del montón. Resonó en sus pensamientos
Camino por largo pasillo, dejo su copa sobre la charola plata de un mozo que paso junto y solicito amablemente que le indique la dirección del baño de damas.
Sus ojos disfrutaron de la vista, un gran cristal separaba la mansión de un jardín de ensueño, la maravillosa piscina con cascada era simplemente delirante y de pronto se detuvo a ver, una gran sonrisa apareció en sus labios cuando noto un perro gigante saltar de un lado a otro ladrando a un enano de jardín. Lugo de varios minutos recreando su vista continua su camino hasta llegar a un lujoso baño.
Rápidamente observo su vestido en el espejo, el azul hacia ver su piel más radiante, aunque el contraste más fuerte era el rojo de su cabello
-Me veo bien- susurro tratando de alejar las dolorosas palabras del Ceo-
Se acercó y mansamente alejo el flequillo, sus ojos se abrieron y el celeste parecía más claro, si como sospechaba el maquillaje se había corrido.
-Debes usar base cariño-
La voz femenina la asusto y sin intención toco la herida sintiendo un fuerte dolor
Ay!!- por poco las lágrimas quisieron salir, pero cerro fuertemente sus ojos
-Lo lamento – esa dulce vos otra vez le hablo aún más cera
Lentamente abrió sus ojos y frente a ella estaba una hermosa mujer de unos cincuenta y tanto, piel trigueña y ojos verdes profundos, sentía como si los hubiera visto hace un momento
-Perdón entre sin golpear y te asuste- a mujer sonrió dulcemente
-No hay problema ya me iba- Fénix temía verla, por alguna razón siempre las personas terminaban dañándola
-No quédate- las manos suaves sujetaron su brazo-Ven aquí cariño te ayudare con eso- señalo la herida
Sintió confianza y una extraña sensación de paz
-Mi nombre es Marie, soy la tía de Joshua, mama de Lucius- mostro una cálida sonrisa.
La mujer más joven recordó aquel apuesto hombre que la saludo, si, no había dudas los ojos eran tan idénticos.
-Un gusto – Fénix extendió su mano, pero al segundo estaba cubierta en un abrazo cálido
-Eres preciosa – hablo con cariño acariciando el rostro suave de la joven
- Gracias- su voz salió en un tono casi inaudible producto de su timidez.
-Vamos a ver, busco en su bolsa – Aquí esta- saco un pequeño estuche
-¿Cómo te lastimaste Fénix?, eso seguro solio- la vio con preocupación
-Soy un poco torpe solo me caí.
Marie la vio a los ojos, reconocía una mentira, ella las repetía a menudo
-Debes ser cuidadosa, evita eso momentos- dejo salir con un temblor en la voz
-Lo seré- Fénix cerro sus ojos disfrutando del cuidado, por un instante se sintió tan patética. por dejar que su corazón se vea influenciado por una simple demostración de cariño.
-Ya está , mírate- Marie señalo el espejo y ella volteo
-Gracias, quedo perfecto- volvió su rostro y no pudo evitar notar las marcas en los brazos de Marie, cuando la maga de encaje, de aquel delicado vestido bordo, se subió
-También soy torpe- Mari noto el rostro preocupado de la joven e irrumpió
-Bueno tenemos algo en común- sonrió tristemente, ambas podían entenderse sin muchas palabras
-Lamentablemente sí, pero eso no importa, ve, disfruta la fiesta y espero volver a verte
-Claro, nada me haría más feliz señora
-No, llámame tía, somos familia corazón- su mano acarició con ternura el rostro de la joven que no dudo en regalarle una bella sonrisa
-Gracias tía, ahora me iré deben buscarme- mintió otra vez.
-Claro. cariño ve.
Fénix cerro la puerta una vez fuera y decidió no volver a la fiesta, quien se daría cuenta de su ausencia, si por más de una hora estuvo mirando alrededor sin que nadie se interesada, ella era la nada y lo acepto.
Recorrió cada espacio asombrada, no había duda ese lugar era tan majestuoso, subió las escaleras y aunque sintió que estaba invadiendo propiedad privada no pudo detenerse al ver los hermosos cuadros que decoraban la pared.
Varios escalones y sus tacones se detuvieron
-Mama- susurró entre lágrimas, un bello cuadro de acuarelas celestes y azueles daban un diseño celestial. Sus dedos extendidos tocaron la firma temblorosos al sentir aquella conexión aun a la distancia-
Unos cuantos minutos le llevaron recomponerse y decidió terminar de subir, tal vez habría otro en aquel lugar.
Sus pasos resonaban el delicado piso de madera y un sonido de golpeo constante llamo su atención. Camino con precaución, al ver una puerta a medio abrir, de lo que parecía ser otra oficina, poco a poco se acercó y escucho los fuertes gemidos de una mujer
Quiso retirarse, pero tontamente la cola de su vestido rozo la puerta y la abrió.
Sus enormes ojos azules se expandieron por la impresión y su corazón parecía salir de su pecho
Quién sería su esposo estaba a medio vestir y sobre el escritorio una bella rubia lo besaba con pasión
Joshua volteo al sentir la puerta y su corazón se detuvo al encontrarse con tan radiante mujer
Lo siento- murmuro y rápidamente la puerta se azoto al cerrarse
-¡¡Maldición!!.