NovelToon NovelToon
El Despertar Del CEO Al Amor

El Despertar Del CEO Al Amor

Status: Terminada
Genre:Romance / Yaoi / CEO / Matrimonio contratado / Triángulo amoroso / Completas
Popularitas:83
Nilai: 5
nombre de autor: Edna Garcia

Ethan Vieira vivía en un mundo oscuro, atrapado entre el miedo y la negación de su propia sexualidad.
Al conocer a Valquíria, una mujer dulce e inteligente, surge una amistad inesperada… y un acuerdo entre ellos: un matrimonio de conveniencia para aliviar la presión de sus padres, que sueñan con ver a Ethan casado y con un nieto.

Valquíria, con su ternura, apoya a Ethan a descubrirse a sí mismo.
Entonces conoce a Sebastián, el hombre que despierta en él deseos que nunca se había atrevido a admitir.
Entre secretos y confesiones, Ethan se entrega a una pasión prohibida… hasta que Valquíria queda embarazada, y todo cambia.

Ahora, el CEO que vivía lleno de dudas debe elegir entre Sebastián, el deseo que lo liberó, y Valquíria, el amor que lo transformó.
Este libro aborda el autoconocimiento, la aceptación y el amor en todas sus formas.

NovelToon tiene autorización de Edna Garcia para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 13

Las semanas pasaron lentamente, marcadas por pequeños cambios en el comportamiento de Valquíria.

Las náuseas matutinas se volvieron frecuentes, el apetito variaba cada día y el humor oscilaba entre la risa fácil y el llanto repentino.

Valéria, encantada, vivía alrededor de la nuera, mimándola con zumos, frutas y cariños exagerados.

—Necesitas alimentarte bien, querida —decía, sirviendo platos generosos—. ¡Ahora estás comiendo por dos!

Valquíria sonreía, paciente, mientras Ethan observaba desde lejos, dividido entre el asombro y la admiración.

Nunca imaginó que un día tendría una familia reunida de esa forma, aunque el matrimonio fuera una invención.

Pero, de repente, todo parecía… demasiado real.

En una tarde tranquila, Valquíria descansaba en el sofá, cubierta por una manta ligera. El sol entraba por las ventanas, iluminando su rostro sereno.

Ethan estaba sentado en el sillón, leyendo un informe, cuando oyó su leve suspiro y desvió la mirada.

Su mirada cayó sobre el vientre aún discreto, pero ya con un leve contorno.

Sin entender por qué, sintió un impulso extraño, casi instintivo.

Cerró el informe, se levantó despacio y, antes de que se diera cuenta, se arrodilló a su lado.

—¿Ethan…? —murmuró ella, somnolienta.

Él vaciló, medio avergonzado.

—¿Puedo…?

Ella lo miró confusa, hasta entender lo que quería.

Sonrió, con dulzura, y asintió.

Ethan entonces posó las manos sobre el vientre de ella, con delicadeza, como si sostuviera algo demasiado frágil para el mundo.

Por un instante, se quedó en silencio.

Después, susurró casi para sí mismo:

—Es difícil creer que… existe una vida aquí dentro.

Valquíria observó su gesto con ternura.

—También pienso en eso todos los días.

Ethan mantuvo las manos allí, sintiendo un calor suave bajo la piel de ella.

—Yo… nunca imaginé que iba a sentirme así —dijo, en voz baja—. No pensé que sería capaz de encariñarme con algo que aún ni siquiera ha nacido.

Valquíria sonrió.

—El amor a veces nace antes de la razón.

Él la miró, intentando comprender lo que ella sentía.

—Valquíria, aún intento entender cómo tuviste el valor de hacer todo esto. De aceptar un matrimonio que no era por amor. De ponerte en esta situación.

Ella respiró hondo, pasando la mano sobre el lugar donde él tocaba.

—Creo que valor es una palabra bonita para disimular el miedo, Ethan. Yo también tuve miedo. Pero sentí que era lo correcto a hacer.

—¿Correcto?

—Sí —respondió, con calma—. Porque de alguna forma, yo sabía que este bebé traería un nuevo comienzo. Para ti, para tus padres… y quizás para mí también.

Ethan bajó la cabeza, emocionado.

—No sé qué va a ser de nosotros. No sé qué voy a sentir cuando nazca.

Valquíria miró hacia el techo, pensativa.

—Cuando el bebé nazca, nos daremos un tiempo.

Él alzó la mirada, sorprendido.

—¿Un tiempo?

—Sí —asintió ella, con serenidad—. Podemos inventar un motivo cualquiera. Decir que no nos estamos entendiendo, que necesito estar un tiempo fuera…

Ethan se quedó en silencio, procesando cada palabra.

—¿Y pretendes volver a Italia?

—Pretendo —respondió ella, firme, pero con un brillo melancólico en los ojos—. Es mi hogar, al fin y al cabo. Pero prometo que, incluso allá, nunca dejaré de acompañar la vida de este bebé.

—¿Cómo así?

—Quiero venir a Brasil por lo menos dos veces al año —explicó, con ternura—. Quiero verlo crecer, oír las primeras palabras, ver los primeros pasos. Aunque sea de lejos, quiero formar parte de esto.

Ethan respiró hondo, con el pecho oprimido.

—¿Y en cuanto a mí?

—Tú serás el padre de él —dijo, sonriendo—. El verdadero.

Él desvió la mirada, intentando contener la emoción.

—¿Y mis padres?

—Tus padres tendrán el nieto que siempre soñaron —respondió ella, con convicción—. Yo cumpliré mi parte. Cuando sea hora de partir, dejaré al bebé al cuidado de ellos. Ellos sabrán amar y cuidar de este niño con todo el corazón.

Ethan se quedó en silencio, absorbiendo su serenidad.

Había una fuerza impresionante en Valquíria, una mujer que parecía hecha de calma y coraje.

—No importa el método que me hizo embarazarme —continuó ella, con voz suave—. Lo que importa es que este bebé lleva la sangre de los dos. Es mitad mío, mitad tuyo.

Esas palabras resonaron dentro de Ethan como una verdad que lo hizo estremecerse.

Mitad de ella, mitad de él.

Una vida creada a partir de un pacto, pero que ahora tenía forma, sentido y latidos.

Él volvió a posar las manos sobre el vientre de Valquíria, sintiendo su propio corazón acelerarse.

—Prometo que voy a cuidar de este bebé —dijo, con firmeza—. Aunque aún no entienda completamente lo que siento.

Valquíria tomó sus manos y respondió con una sonrisa tranquila:

—Sé que lo harás, Ethan. Tienes un buen corazón. Y este bebé te va a enseñar lo que es amor, aunque el amor llegue de un modo diferente.

El silencio que se produjo fue leve, lleno de significados.

Ethan permaneció allí, sentado a su lado, sintiendo el calor de la vida que crecía bajo sus manos.

Por primera vez, no sintió culpa ni confusión.

Solo un sentimiento nuevo, suave y puro, el de pertenecer a algo mayor que sus dudas.

Desde fuera, el viento balanceaba las cortinas de la sala y el sol caía despacio, tiñendo el cielo de tonos anaranjados.

Valquíria se adormeció, y Ethan continuó allí, inmóvil, observando el leve movimiento de su respiración.

Por primera vez, él sonrió de verdad, una sonrisa tranquila, sin máscaras, la sonrisa de quien comenzaba, por fin, a encontrarse.

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play