Eloíse, una mujer hermosa de cabello negro, ojos profundos, grises como un día nuboso, corazón noble, pero con una vida miserable, al morir su madre, Eloíse es obligada a casarse a la mayoría de edad por su madrastra Karelin, la cual no soporta tenerla bajo su mismo techo, sus dos hermanastras se casan con el hombre de sus sueños, pero Eloíse debe casarse sin amor y sin recibir un cortejo como toda dama de la alta sociedad debería de recibirlo. Karelin se dedicó a buscar por todos lados al hombre con menos prestigio y malo del reino, sus amistades le aconsejaron cual sería el indicado, el duque Ciro, un hombre descrito como salvaje, malo y de poco prestigio por ser un heredero bastardo, el cual es buena opción para Eloíse, según karelin.
NovelToon tiene autorización de Sharon Güillen para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 12 Baile
Ciro
Al parecer la niña resultó ser una mujer muy llamativa, Eloíse se acerca a mí, esta nerviosa puedo sentirlo.
Hace una pequeña inclinación y se presenta.
— Es un gusto poder verlo gran duque.
Simplemente, asiento, no respondo nada, ahora si somos el centro de atención de todos.
Todos aplauden y gritan, que vivan los duques.
Mi madre se acerca y nos lleva a un lugar apartado.
— Estoy tan feliz por esto, mírate... Ahora eres un gran duque. Pero antes que todo, ella es Eloíse tu esposa.
Hasta que diga que es mi esposa suena extraño, no la conozco.
— Eloíse él es Ciro, tu esposo. Así que ahora compórtense como lo que son.
Ruedo los ojos, ahora soy yo el que se siente como la damisela a la que casan a la fuerza, mi madre se marcha e intento decir unas palabras.
— Siento como nos conocimos la otra noche.
— Oh no se preocupe señor, yo... Perdón, duque.
Ruedo los ojos.
— No sé si sabes ¿con quien te casaste?
— ¡La verdad, no! Solo firme los papeles y acá estoy.
Respiró profundo. No puedo creer que el emperador haya permitido un con matrimonio conmigo.
— Solo te pediré una cosa.
— ¡Lo que ordene!
— Mantente lejos de mí, que esté matrimonio es una farsa y pronto se terminará.
No responde, simplemente me ve a los ojos y eso... Eso me incomoda.
Así que decido marcharme, me encaminó por una copa de vino y se me acercan cuatro damas.
— Gran duque, es un placer conocerlo.
— ¿A mí o a mi fortuna? Pregunto con sarcasmo.
— Ehh, claro que a usted.
— Pues... Es un gusto señoritas, pero estoy ocupado.
Me alejo de ellas, es increíble que el poder, el dinero y el título te brinde más respeto.
Me encaminó para el balcón, pero ahí veo a Eloíse, alguien se le acerca, así que decido ocultarme detrás de la pared.
— ¡Tienes suerte hermanastra!
— ¿Qué quieres Sofía?
— ¡Es increíble que te casaras con un bastardo!
— ¿Y qué con eso?
— ¿Es acaso que no lo sabías?
— No.
— Mamá nos dijo que era viejo y feo, pero es todo lo contrario.
— Tu madre siempre buscará su beneficio.
— ¡Pero mira que suerte tienes, de pasar a ser un simple duque bastardo, ahora es un hombre millonario!
— ¿Es acaso que no lo era? ¡Acaso no vez su palacio!
— Pero ahora lo es más, por eso lo nombraron gran duque.
— Pues bien por él.
— Pero puede que muchas damas quieran estar con él ahora y él en cualquier momento puede darte carta de divorcio.
Veo que se queda callada.
— Pues si un día quisiera pedirme el divorcio...no me queda más que dárselo.
— ¿A caso dejarás ir tanto dinero?
— No estoy acá por dinero, estoy acá por qué fui obligada, no tenía otra opción.
— Pobre tonta, una mujer mayor sabrá conquistar al duque y cuando eso llegue... Ya quiero ver como te mandan a la calle.
Comienza a reírse la tal Sofía y se marcha, dejando a Eloíse callada.
Es hermosa, claro que encontrará esposo después de mí.
Me encaminó al salón y me topó con mi madre.
— Hijo, baila con tu esposa.
— ¡Madre, ya te dije que...!
— Que nada, finge solo está noche por mí.
Respiro profundo y ella va en busca de Eloíse.
Al poco tiempo viene y la veo de pies a cabeza nuevamente, ella tiene algo... Algo que no puedo describir.
Se acerca a mí, todos aplauden y nos hacen espacio para que podamos bailar, sujeto su mano y ocasiona una sensación extraña, la tomo de la cintura, puedo decir que me encanta poner nerviosa a una Dama.
La pego más a mí y siento sus senos en mi pecho, bajo la mirada, tienen un buen tamaño, subo la mirada lentamente y ella está roja, creo que ha notado lo que acabo de hacer.
— ¿Eloíse porque aceptaste casarte conmigo?
— Yo no tenía otra opción y... me ve como quien dice, no debí decir eso.
— Habla, me gusta que la gente sea sincera, odio la hipocresía.
— Fui obligada, ya que no había realizado mi debut, era casarme o irme a un convento.
— Entonces era casarte con alguien que podría ser un asesino a irte a un convento.
— Pues era de arriesgarme y... ¿Usted?
— ¿Qué quieres saber de mí?
— ¿Por qué actúa así, si usted aceptó casarse conmigo?
— Debo decirte que yo no acepté este matrimonio, por mí fuera ya me hubiera divorciado. Soy sincero.
— ¿Entonces como es que estamos casados?
— Por mi madre, ella falsificó mi firma y claro...no puedo demandar a mi madre.
— Yo... Yo no sabía nada.
— No te preocupes, esto durará un año, luego podremos divorciarnos.
Se queda callada observándome.
— ¡Claro, como usted diga duque!
— Solo te pediré que...
— Me mantenga alejada de usted. Me lo dice en coro.
— Gracias, Eloíse.
El baile termina y suelto su delicada cintura, no sin antes volverla atraer a mí.
— Espero haya quedado claro.
Digo aún más cerca de ella y su pecho sube y baja.
— Que hermosa pareja, es de admirar a esta bella dama, habla un Márquez. ¿Cuánto tiempo tienen casados?
— cuatro meses, interviene mi madre.
— Es increíble que el Emperador aceptara su unión, pero mire duquesa que ahora su esposo ha subido de título, eso es algo bueno. Espero conocer a un heredero de ustedes dos pronto.
—¡Así será! Responde mi madre.
El Márquez sonríe y se marcha.
— Gracias hijo por comportarte y estar junto a tú esposa.
— No es mi esposa y en un año será más que oficial.
— ¡Ciro! Me regaña mi madre.
— Ella ya lo sabe todo. No es necesario ocultar nada.
— ¡Deseo irme a mi habitación! Interviene Eloíse.
— ¡Claro querida, ve!
Al marcharse Eloíse mi madre vuelve hablarme.
— Date la oportunidad de conocerla.
— ¡Que no!
— Eres un terco.
Me da la espalda y se marcha.
El festejo termina y para todos soy la novedad del año, con esposa, una fortuna millonaria y un nuevo título, ahora sí... Soy un hombre respetado.
Los días van pasando y Eloíse ha cumplido en no cruzarse en mi camino.
Ya han pasado dos semanas desde el debut y mi presentación como gran duque, camino por el jardín cuando veo a Mary
— ¿Cómo has entrado?
— La concubina favorita del gran duque es bienvenida.
— Oh claro. Ruedo los ojos
— Ha pasado mucho tiempo desde que estuvimos Juntos, deseo que me hagas tuya, la última vez fue cuando regresaste de tu viaje y fuiste a verme antes de regresar a tu palacio.
— Tienes razón, hace falta que...
— Buenas tardes, habla Eloíse.
Me le quedo viendo serio.
— Buenas tardes, usted es... Habla Mary.
— Eloíse.
— Eloíse la sirvienta o la hija de alguien.
— Mary, cuida tus palabras le advierto.
— Pero entonces ¿quién es?
No puedo ni decir que es mi...no ni pensarlo, mi madre fue la del contrato, así que no me corresponde decir algo de lo que yo no quise.
— ¡Soy una amiga de la familia!
— Ah perdone usted señorita.
— No se preocupe, solo pasaba por acá y quise saludar.
— Es usted muy amable, por cierto...¿es cierto lo que dicen?. Pregunta Mary.
— ¿Ahora que dicen?
— ¡Que estás casado!
Intercambiamos miradas con Eloíse.
— ¡La gente dice muchas cosas!
— Que bueno, por qué dijeron que era menor y a ti te gustan así como yo, hembras.
— Con su peHabla, debo irme. habla Eloíse.
Al pasar a nuestro lado un viento fuerte hace que su sombrero vuele y...su aroma huele muy bien. su cabello se alborota, tiene un cabello rizado largo, nuestras miras se cruzan nuevamente.
— ¡Que hermoso tu sombrero! Se lo entrega Mary.
— Gracias, responde marchándose.
Veo como se desaparece de mi radar.
— ¿De dónde es ella?
— No lo sé y ni me interesa, ahora debo irme, debo arreglar asuntos, te busco en estos días.
A ponerse las pilas porque después viene otro y la conquista