NovelToon NovelToon
Cuando Pase La Tormenta

Cuando Pase La Tormenta

Status: En proceso
Genre:Amor tras matrimonio / Malentendidos / Traiciones y engaños / La Vida Después del Adiós / Divorcio / Amor en la madurez
Popularitas:23.7k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Una mujer de mediana edad que de repente se da cuenta que lo ha perdido todo, momentos de tristeza que se mezclan con alegrias del pasado.
Un futuro incierto, un nuevo comienzo y la vida que hará de las suyas en el camino.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Dolor compartido

Un día antes de que Charles se mudara, decidimos que era tiempo de hablar con nuestros hijos. La tarde estaba pesada, como si el cielo también supiera lo que íbamos a decirles.

Luana y Alex llegaron del colegio haciendo bromas, como siempre, con esa energía adolescente que a veces me contagiaba y otras me partía al medio, como hoy. Me acerqué a ellos con una sonrisa tenue y les pedí que dejaran las mochilas, que necesitábamos hablar un momento en el living.

Charles ya estaba ahí, parado al lado del sofá, con los brazos cruzados y la mirada clavada en el piso. Apenas me miró cuando entré con los chicos.

Ellos se sentaron en el sofá, uno a cada lado, sin dejar de observarnos con extrañeza.

—¿Qué pasa? —preguntó Luana, frunciendo el ceño—¿Está todo bien?

Tragué saliva, mí corazón dolía, sabía que lo que estabamos por decirles les iba a causar dolor. Charles y yo habíamos ensayado mil veces cómo decirlo. Y, sin embargo, cuando llegó el momento, me sentí tan torpe como el primer día que los tuve en brazos.

—Hay algo que queremos contarles —empecé, con la voz lo más serena que pude —Es algo importante, y queremos que lo escuchen sabiendo que los amamos profundamente. Los dos.

Ellos intercambiaron miradas, se pusieron más atentos ahora.

Charles continuó:

—Mamá y yo vamos a separarnos.

El silencio invadió cada rincón.

No hubo ni un sonido. Ni una reacción inmediata. Solo dos rostros congelados, con miradas incrédulas intentando entender lo que acababan de oír.

Alex fue el primero en hablar:

—¿Separarse? ¿Como... divorciarse?

Asentí con suavidad.

—Sí, hijo. Pero escuchen esto bien, esto no tiene nada que ver con ustedes. Los amamos igual, y siempre vamos a estar para ustedes.

Luana apretó los labios. Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

—¿Desde cuándo...? ¿Por qué? —murmuró, sin mirarnos.

—Hace un tiempo —respondí— Y no fue una decisión fácil. Tampoco es algo que deseábamos... Pero a veces las cosas cambian. Y aunque ya no podamos seguir siendo pareja, vamos a seguir siendo sus padres. Siempre.

Charles se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en las rodillas.

—Lo más importante que queremos decirles es que ustedes tienen derecho a elegir con quien quieren vivir. —dije, aunque eso me dolía profundamente —Pueden quedarse con quien quieran. No va a cambiar lo que sentimos por ustedes, ni lo que ustedes sientan por nosotros. No tienen que elegir por obligación ni por pena. Los dos vamos a seguir estando cerca.

Luana se tapó la cara con las manos. Alex se levantó y empezó a caminar por la sala, nervioso.

—No me lo esperaba... —dijo él desconcertado.— Ustedes no parecían...

—A veces las cosas se rompen en silencio —contesté con un nudo en la garganta— Pero no queremos que esto sea una batalla. Queremos que sea un paso hacia una vida más honesta. Más sana para todos.

Luana bajó las manos y me miró con los ojos vidriosos.

—Yo quiero quedarme con vos, mamá.—y luego miró a su padre —Pero no quiero que pienses que no te amo, pá.

—No voy a pensar eso, hija —dijo él abrazandola, con lágrimas en los ojos.

Mi corazón se apretó.

—Está bien, mi amor. No tenés que dar una razón. Solo queremos que estés bien. Qué los dos estén bien.

Alex se detuvo y miró a su padre.

—Yo me voy con papá.

Sentí que me faltaba el aire por un segundo, pero luego recordé mis propias palabras. “Es su elección”. Y lo era. Totalmente válida.

Charles lo abrazó enseguida, conteniéndolo. Yo extendí el brazo y Luana se acurrucó en mi pecho.

Así estuvimos un rato, cada uno procesando lo que eso significaba.

Éramos una familia, sí. Pero de ahora en más, una distinta.

(Perspectiva de Luana)

Nunca imaginé que el amor entre dos personas pudiera desaparecer sin que una explosión lo anunciara.

Desde que mamá y papá nos sentaron en el living y nos dieron la noticia, siento que camino por una especie de niebla. Todo sigue aquí: mi casa, mi cama, los cuadros colgados en la pared, el desayuno en la mesa... pero nada se siente igual.

Dije que me quedaba con mamá casi sin pensar. No fue para castigar a papá, no lo odio... solo que en ese momento supe que la necesitaba a ella más cerca. Porque si no la tenía, no sabía si iba a poder sostenerme entera.

Esa noche, me encerré en mi cuarto, me puse los auriculares, pero ni la música me ayudó. Me faltaba algo. Me faltaba alguien.

Tocaron la puerta suavemente. Era Alex.

—¿Puedo pasar? —preguntó asomando la cabeza.

Asentí, sin hablar. Se sentó al borde de mi cama, como cuando éramos chicos y uno tenía pesadillas.

—¿Estás bien? —preguntó.

—No —dije —Pero supongo que eso ya lo sabes.

Él suspiró y asintió.

—Yo tampoco estoy bien.

Nos quedamos en silencio un rato.

—¿Por qué piensas que se separan? —solté al fin.

Alex tardó unos segundos en responder.

—No sé. Siempre pensé que se llevaban bien. Pero ahora... no puedo dejar de repasar cada día y sinceramente no encuentro algo que lo haya anticipado.

Lo miré. Tenía los ojos rojos, aunque estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no llorar.

—¿De verdad te vas a ir a vivir con papá?

Asintió.

—Sí. No quiero que esté solo. Y... bueno, siento que necesito entender su parte también. Tal vez así podamos averiguar qué pasó.

—¿Y yo? —pregunté en voz baja.

—¿Qué pasa contigo?

—¿Cómo voy a hacer si no estamos juntos?

Ahí, no aguantamos más. Él me abrazó fuerte, como hacía mucho no lo hacíamos. Lloramos en silencio, apoyados uno en el otro.

—Eres mi hermana —susurró —Mi mitad. Nada va a cambiar eso.

—Lo sé —respondí —pero te voy a extrañar.

—Yo también. Aunque vivamos en casas distintas, voy a estar siempre. Para ti ¿Sí?

Asentí, con la garganta hecha un nudo.

Esa noche dormimos en la misma cama. Como cuando éramos chicos y teníamos miedo a las tormentas. Porque, en el fondo, a pesar de ser más grandes, los dos teníamos miedo.

Miedo de lo que venía. Miedo de perder lo que éramos.

(Perspectiva de Alex)

No soy de llorar. No al menos delante de los demás. Pero esa tarde, después de la charla con mis padres, tuve que encerrarme en el baño con la excusa de una ducha larga para poder dejar salir lo que sentía sin que nadie me viera.

Mis papás se separaban.

Así, sin más.

Y encima nos pedían que eligiéramos con quién queríamos vivir.

¿Qué clase de decisión era esa?

Sentía que alguien había metido las manos en mi pecho y había tirado en direcciones opuestas. Como si tuviera que cortarme por la mitad.

Una mitad para mi mamá.

Otra mitad para mi papá.

Y en el medio, mi hermana. Mi reflejo, mi mitad.

Cuando ella dijo que se quedaba con mamá, algo dentro mío se aflojó. No de alivio. De tristeza.

No porque no entendiera su decisión. Sino porque supe, en ese mismo instante, que por primera vez en la vida íbamos a estar separados.

Y eso dolía más que todo lo demás.

Esa noche, después de cenar en silencio, me acerqué a su cuarto. Toqué la puerta.

—¿Puedo pasar? —pregunté.

Ella solo asintió. Me senté en su cama. Estaba abrazada a una almohada, pero me hizo un lugar sin decir nada.

—¿Estás bien? —le pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

—No —me dijo con honestidad, y sentí que se me partía algo adentro.

—Yo tampoco —admití.

Y entonces vino la pregunta inevitable.

—¿Por qué creés que se separan?

No tenía una respuesta. No una que le sirviera a ella, ni una que me calmara a mí. Todo había cambiado en un abrir y cerrar de ojos.

—Tal vez ya no se amaban —dije además de considerar que nunca nos dimos cuenta que algo malo pasaba —O tal vez nunca supimos lo que de verdad pasaba entre ellos.

Cuando me preguntó si de verdad me iba a vivir con papá, sentí que se me cerraba la garganta.

—Sí —dije y le expliqué mis razones. Después me preguntó como iba a hacer sin mí.

En ese momento entendí que el dolor de nuestros padres no era el único. Que nosotros también estábamos rompiéndonos un poco.

La abracé. Y lloramos en silencio.

Le aseguré que nada iba a cambiar entre nosotros, que sin importar donde o con quien estuviéramos viviendo siempre iba a estar para ella.

Dormimos juntos esa noche. Como cuando éramos chicos y la tormenta nos asustaba.

Y sí, puede que esto también sea una tormenta. Pero al menos estábamos bajo el mismo techo una noche más.

1
Emperatriz Reales
Gracias, q linda historia
martina araque
Hermosa mil felicidades escritora muy bonita su novela 😍🌹
mariela
Valió la pena todo lo que pasó Samantha y Alessandro hubo miedo, fracasos, incertidumbre, pero sobretodo hubo confianza y mucho amor está segunda oportunidad que les regaló la vida les trajo la felicidad anhelada y dos milagros que se sumaron a la manada hermosa novela con una trama diferente me encantó Autora te felicito por esa manera de escribir y expresar sentimientos que le llegan a uno gracias y Dios te bendiga siempre 🫂😘🙏🇻🇪💐
mariela
Charles por fin entendiste que fuiste tu quien destruyó el hogar y la confianza de Samantha así que ahora te toca ser mejor padre para tus hijos.
Emperatriz Reales: Le costo entenderlo pero lo entendió, q bueno por el, merece tambien conseguir su media naranja, y no fallarle como lo hizo con samanta
total 1 replies
Clemen Franco Arevalos
Muy buenos capítulos, como siempre cautivan...👌👍🌹🇵🇾💐💖
Jazmina Garcia
Me Encantó
Claudia Patricia Cruz Saa
Felicidades autora me encanta que este embarazada de ése maravilloso hombre /Smile//Smile/
mariela
Que hermosos capitulos fue un maratón maravilloso donde hubo mudanza, desorden, tristeza, adaptación, comprensión pero sobretodo mucho amor fue difícil para Samantha que Charles por fin le diera el divorcio pero se logró y ahora de paso un milagro llega para terminar de formar esa familia un par de gemelos que harán de su padre un ser completo y feliz y sus hermanos mas serán los consentidores Definitivamente Autora de escribir maravillosa me encanta esa manera de narrar te felicito por tan bella novela donde la resiliencia, la comprensión, la confianza, el respeto y el amor todo lo puede.
Andrea Pupo
fuaaaaaa enorme maratón gracias autora!!!!💗💗💗
mariela
Charles después de todo lo que haz hecho y destruido dices que todavía son familia jajajaja que ridículo e imbécil eres para no querer firmar el divorcio.
Muy buena decisión Samantha vivir juntos cuál es el problema es la felicidad de ustedes
Rose Mary ⚘️
ya le dieron duro tatequieto
mariela
Charles por fin te pusieron un alto ahora perdiste también la confianza de tus hijos con esa mentira sobre Alessandro que es un hombre serio e inteligente y está muy enamorado de Samantha así ve y busca a tu tóxica
martina araque
Que estúpido no se da por vencido después de lo que hizo...
martina araque
Sí deben ir despacio porque ella está saliendo de una relación que la dejó muy dolida y él todavía no se sabe que le pasó
martina araque
Me encanta tú novela...
martina araque
Así es los hijos crecen y ya después una queda sola ..
martina araque
No es sólo confianza es que él quiere andar con las dos es muy tonto de verdad, sólo piensa en si mismo
martina araque
Lloré 😭 es muy triste pasar por está situación....los recuerdos vuelven 😭
martina araque
Hay no puede ser que hombre tan hipócrita... bueno hay un dicho que dice nunca confíes en hombres...
mariela
Charles sembró la duda en sus hijos sobre Alessandro y ahora ellos lo rechazan que se vayan los dos con su padre pero cuando se de cuenta de lo que le están haciendo que no se arrepientan por pendejos y no hablar claro con su madre y Alessandro de frente.
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play