EL TRATO DE NUESTROS PADRES

💬\=Rigoberto\=— también descubrí que hay una bodega subterránea, donde la mafia hace negocios de entrega de drogas, fentanilo, y trafico de armamento pesado. entre otras cosas.

💬\=ÁNGEL\=— necesito entrar a ese lugar a como de lugar. Rigoberto, podrías ayudarme con tus habilidades de hackeo y clonar una tarjeta para mí?

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💬\=Rigoberto\=— imposible. hice un escaneo rápido intentando ver si podía entrar para obtener mas informacion. pero me fue imposible, tan pronto como ingresé me detectaron. tuve que eliminar todo antes que me encontraran. está bien monitoreado es imposible evadir la seguridad. Ángel, tendrás que hacer tu mejor esfuerzo para lograr entrar ahí. Aunque me encantaría ayudarte, no puedo. aún con mis habilidades de hackeo me es imposible evadir la seguridad del club.

Selina camina de un lado a otro, pensando de qué manera podría entrar al club. cuando de pronto las palabras que su padre le había dicho resonaron en su mente otra vez. hacerse pasar por una amante. dejó salir un pequeño suspiro de sus labios, al mismo tiempo apretó el puño con desdén.

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💬\=ANGEL\=— OK, gracias Rigoberto, mi sueldo es tuyo a fin de este mes. te agradezco mucho por tu ayuda.

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💬\= Rigoberto\=—Yea!!!.. Gracias Ati por confiar en mi, para esta investigación. te deseo mucha suerte Ángel.

💬\=ÁNGEL\=— ja, ja, ja, claro, gracias.

así terminando la conversación, deja el móvil y el desayuno. Levantándose y yendo a su cuarto por su laptop. saca su laptop que estaba dentro de su mochila. se dirige a la sala, y se sienta en el sofa. curiosa sumergiéndose en las redes. mientras navegaba por las redes su mente vagaba.

— debería de hacer lo que mi padre dijo..—murmuró entre susurros. mientras los pensamientos luchaban en su mente.

ella dudosa dejó salir un suspiro mientras veía al techo, cerró la laptop dejándola sobre el sofá. estaba frustrada, procedió a levantándose y dirigirse al baño. se lavó bien la cara y se empezó a poner la mascarilla de silicona. Se empezó a arreglar el cabello artificial, para salir del departamento.

Mientras tanto.. En otra parte.

Dabuc se encontraba en su oficina, limpiando un arma. cuando de pronto alguien tocó a la puerta.

— jefe.

la voz era de uno de los guardaespaldas.

— adelante. — habló con un tono frío y serio.

el guardaespaldas entró a la oficina. y consigo llevaba unos papeles en las manos.

— ¿qué asunto traes? — dándole una rápida mirada al hombre, mientras continuaba limpiando su arma. — apresúrate habla.

la voz del hombre era tan relajada y siniestra a la vez, su voz carecía de emociones.

— jefe.— dijo mientras aclaraba la garganta— hemos encontrado los datos de la chica que nos pidió investigar.

dabuc se mantuvo quieto por unos segundos. bajo el arma, posandola sobre el escritorio. y le hizo una seña al guardaespalda para que le pasara los papeles que llevaba en mano. el guardaespalda asintió y, pasó los papeles a dabuc.

— así que ella me mintió.. — las palabras salían con mucha seriedad, mientras revisaba los papeles.

— tal como nos lo ordeno, seguimos a la chica para saber en dónde se hospedaba. — hablaba mientras mantenía una postura rígida y profesional— ella entró en un pequeño hotel. sin embargo cuando nos acercamos a preguntar al recepcionista nos dijo que ninguna mujer con el hombre de "selina". se había registrado. la única persona que se había registrado recientemente , era una tal Samanta. vivía en el departamento 9 del cuarto pisó.

el hombre inspeccionaba cuidadosamente los documentos. intrigandose aún más por la mujer. él estaba deseoso de verla, de volver a encontrarse con ella. una sensación de alegría recorrió su ser. así también llegando la imagen del hermoso rostro y la calida sonrisa de selina en su mente. dicha sensación hizo que se le dibujará una leve sonrisa en el rostro.

su guardaespalda lo miraba. con incredulidad. no podía creer que su jefe al fin estaba interesado en una chica. en todo el tiempo que llevaba trabajando para Dabuc, éste había estado soltero, y nunca había prestado atención a una mujer. lo cual para él guardaespalda, eso ya era dudoso. pensaba que a lo mejor ah su jefe le gustaban los chicos. por lo cual el siempre se ponía nervioso cada vez que hablaba a solas con él. no era el más guapo, no era el más atractivo en físico. pero aún así tenía miedo de que," si su jefe era gay", lo utilizará para saciar su sed. " instinto sexual"

— encontraste, alguna cosa anormal en su expediente? — hablando por encima del hombro, mirando a su guardaespaldas.

— no, nada inusual. — explicaba con tanta tranquilidad— tal y como está escrito en los documentos. la chica es de procedencia española. tiene 20 años. vino a esta región como turista.

— ¿tan joven?. — se deja caer sobre sus sillón de escritorio, relajándose y mirando al techo. — esa chica si que tiene las agallas para mentir me descaradamente, je, tampoco fui sincero con ella, a darle el nombre de alguien más. — hablo con una voz tan tranquila y relajada.

— jefe, no es que quiera ser metiche.. pero, por qué no simplemente la atrapa y la mantiene a su lado. — sugirió.— sí en verdad le gusta consígala de cualquier manera. sí ella sé resiste a estar junto a usted, puede mantenerla encerrada para que nunca escape de su lado.

Dabuc miro con atención a su guardia, soltó una carcajada acostándose aún más en su sillón de escritorio. el guardaespalda desconcertado, no entendía por qué su jefe había estado sonreído aún más, desde que conoció a esa mujer. eso era algo que nunca había podido apreciar en todo el tiempo que avia estado trabajando con él.

— no, yo jamás me rebajaría a mantener a una mujer prisionera. es verdad esa mujer me interesa y quiero tenerla. pero tampoco quiero obligarla a estar conmigo a la fuerza, quiero conquistarla, quiero que esa mujer sea mi futura esposa. la enamoraré de la manera tradicional, tal y como debe de ser. <<< ahora que lo pienso... no tengo ni idea de cómo es conquistar a una mujer de la manera tradicional... Mm..tendre que aprender, me esforzaré en esto..>>>

— pido perdón por mi estúpida sugerencia. estoy dispuesto a recibir un castigo. — hablo mientras inclinaba la cabeza.

— está bien. entiendo que tratabas de ayudarme, puedes estirar te. — dijo mientras continuaba mirando los documentos.

— si, gracias por su misericordia. — giró sobre su eje, dirigiéndose a la puerta para salir.