Niebla y Rayo, regresan a casa después de michos años tras una mentira de su hermana menor. pero pronto descubrirán que su destino si estaba escrito y que la mentira de su hermana tan solo fue el principio de todo.
NovelToon tiene autorización de Maria Fabelo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 18
NARRADOR
Rayo llegó junto a Tala al castillo de su familia. En cuanto entró, corrió a la habitación de su hermana menor, la cual aún dormía, pero seguía quejándose. Su madre y Zafiro estaban ahí cuidándola. A él le dolía ver a su hermanita así de débil, pero debía ser fuerte para poder ayudarla.
—Mamá, ¿cómo puedo ayudarla? —cuando Lluvia ve a su hijo, lo abraza.
—Ve con tu padre y ayúdalo a encontrar a su pareja. Si lo encuentran, ella podría tener más posibilidades de lograrlo —responde Lluvia a su hijo mayor.
—Podríamos correr la voz en el pueblo de que Cielo está enferma y necesita que su pareja venga hasta ella para sobrevivir. No tenemos que decir qué es lo que pasa en específico, solo que está enferma —Tala interviene.
—Es una buena opción, así su pareja podría venir a ayudarla —Lluvia y Tala están de acuerdo en eso.
—Bueno, ustedes corran el rumor, yo voy a ayudar a mi padre —Rayo se fue a buscar a su padre, mientras que Tala regó el rumor de que Cielo necesita a su pareja para recuperarse de una enfermedad en todo el bosque. En cambio, Lluvia se encargó de regar el rumor en todo el pueblo, bueno, entre las criaturas mágicas que viven en el pueblo.
Los rumores comenzaron a viajar con mucha rapidez hasta una parte del bosque que nadie ha visitado jamás, donde hay un grupo de seres especiales del cual todos ignoran su presencia.
Ahí llegó el rumor. Un joven de ojos rojos se interesó en ese rumor y, sin decir nada, se alejó de todo su grupo y comenzó a vagar a escondidas por todo el bosque. Nadie podía verlo, pero él los veía a todos. Al anochecer, ese hombre llegó frente al castillo. Pasó como si nada por la puerta principal, nadie pudo verlo ni sentirlo. Él simplemente caminó y subió las escaleras hasta la habitación de Cielo, quien estaba quejándose del dolor.
En la habitación, Zafiro salió por un momento, dejando a Cielo sola, o al menos eso creyó ella. De entre las sombras, salió ese hombre y acarició con su mano la mejilla de la hermosa Cielo.
—¿Qué te pasa, pequeñita? Yo aún no puedo salir a la luz y tú me haces venir a salvarte, eso no se hace, hermosa —el hombre, al ver cómo se quejaba, simplemente se acercó a ella, dejó un beso en sus labios y luego de transformarse levemente, dejó su marca en el cuello de Cielo.
—Te veré pronto, mi Cielo, recupérate —el hombre dejó un último beso en los labios de la chica y salió del castillo de la misma forma en la que entró, sin ser visto.
Zafiro, quien había salido a tomar aire fresco, volvió a la habitación y en cuanto entró, encontró a Cielo sentada en su cama con sus ojos abiertos, sin moverse. Se veía desorientada.
—¿Cielo? —Zafiro se acerca a ella y la abraza.
—Zafiro, ¿qué me pasó? —indaga Cielo mirando a Zafiro con confusión.
—Creo que tu pareja escuchó los rumores y vino a ayudarte —responde Zafiro, confundiendo aún más a Cielo.
—¿Y quién es él? —Cielo está confundida. Ella escuchó lo que le dijo el hombre mientras ella dormía, pero no entiende qué significa que aún no puede salir a la luz.
—No lo sé, de hecho, nadie lo sabe. Tu mamá se encargó de buscarlo por todos lados, dijo que tú lo necesitabas, pero no sé cómo entró sin que nadie lo viera, ni cómo te marcó —confiesa Zafiro, luciendo un poco confundida.
—¿Y ahora qué voy a hacer? ¿Qué soy, Zafiro? —sabía de la lucha que había dentro de ella, pero no sabe quién ganó.
—Eso lo averiguaremos ahora mismo —Zafiro envió a llamar a Patricio y a Lluvia, quienes al escuchar que su hija estaba despierta, corrieron de regreso a la habitación, al igual que Rayo y Tala.
—Cielo, hija —Lluvia y Patricio corrieron a abrazar a su hija y esta los recibió feliz.
—Mamá, papá, estoy bien —Cielo trata de tranquilizar a sus padres, quienes apestan a ansiedad y ella puede percibirlo claramente.
—Estábamos muy preocupados, ¿qué pasó? —Lluvia y Patricio revisan a su hija buscando señales, bien sea de Lobo, Vampiro o de ambas especies.
—Es lo que debemos averiguar, hazlo Patricio —Patricio entiende a lo que se refiere Zafiro y este se transforma lo suficiente para dar el rugido de un Alfa. Los ojos de todos los Lobos en la habitación cambiaron de color inmediatamente, pero los de Cielo no. Permanecieron en su color natural.
—¿No sentiste nada? —indaga Patricio con su hija y esta niega con la cabeza.
—No, nada —responde Cielo tranquila.
—Prueba con esto —Zafiro le entrega a Lluvia una luz ultravioleta, para probar si los ojos de su hija son los de un Vampiro.
—Mírame —Cielo observa fijamente a su madre y esta acciona la luz en sus ojos, pero más del resultado de cualquier persona al ser enfocado por cualquier luz, no obtuvieron mayor resultado que ese de parte de Cielo.
—¿Cómo? ¿No es Vampiro ni Lobo? —Rayo está sorprendido con la reacción de su hermana a las pruebas de su madre.
—No lo sé, pero aún hay algo más que averiguar: si es humana —Zafiro se acercó a Cielo y antes de que ella o Lluvia pudieran reaccionar, dobló uno de sus dedos hasta fracturarlo.
—¡¿Qué demonios te pasa?! —los ojos de Cielo se tornaron amarillos y al apretar su puño con rabia, todos los artefactos en su habitación se alzaron en el aire, y esta al verlos se asustó y estos cayeron nuevamente al suelo mientras su dedo se reparó por sí solo.
—Definitivamente, no es humana —comenta Rayo sorprendido con el poder que demostró su hermana menor.
—¿Qué soy? —Cielo está preocupada, tiene miedo.
—Creo que primero debemos investigar qué es tu pareja, a lo mejor él intervino en tu cambio, no lo sabemos —Lluvia abraza a su hija tratando de consolarla y confortarla.
Mientras tanto, Zafiro sale de la habitación y se dirige a la gran biblioteca que se encuentra en el castillo. Ahí hay libros menos importantes, historias y cuentos que todos dicen que son falsos, pero lo que acaba de pasar con Cielo le hace recordar a Zafiro una historia muy antigua, que nadie ha confirmado nunca que sea real.
—El poder del zorro, KITSUNE, ¿en esta parte del mundo? —se pregunta en voz alta Zafiro, mientras todos en la habitación de Cielo desconocen de sus sospechas, ya que esa historia sobre ese tipo de zorros y sus colas se originan en Japón.