Sangre Traidora

La noche se arrastró, tensa, con el personal médico en constante vigilancia, temerosos de una recaída de Aurora. Sin embargo, su fortaleza sorprendió a todos, y su estado mejoró gradualmente. Mientras los médicos reevaluan a Aurora, Amina, con el corazón aún agitado, aprovechó la oportunidad para tomar el teléfono de su amiga y marcar el número del abogado, aquel hombre de voz seductora y reputación intachable, encargado del divorcio de su amiga. Tres timbrazos resonaron en la oficina, pero Facundo, con una sonrisa anticipada al ver el identificador de llamadas, descolgó el teléfono antes de que el cuarto repique pudiera sonar.

__Buenos días, Aurora. Dígame, ¿en qué puedo ayudarla?__. Facundo respondió con entusiasmo, dirigiéndose a Aurora por su nombre, tal como ella le había pedido. El tratamiento de 'señora' le resulta forzado, una admisión tácita de su propia edad, algo que prefiere evitar. Además, Aurora encuentra el término de 'señorita' no acorde a su edad, por lo que han acordado un trato más informal.

__Buenos días, abogado Lennox. Le habla Amina, amiga de Aura Dubois. Necesito informarle sobre un asunto urgente que podría tener un impacto significativo en el caso de divorcio de Aurora__. La voz varonil de Facundo hizo que el corazón de Amina se acelerara, pero sacudió la cabeza, recordando la urgencia del divorcio de su amiga. Sus hormonas pueden esperar; la situación de Aurora es prioridad.

La voz de Amina casi hizo que Facundo se precipitara de su silla. Desde el momento en que la vio, la imagen de la castaña se hak instalado en su mente, negándose a desaparecer. Le parece una mujer no solo hermosa, sino también intrigante, y por primera vez en mucho tiempo, se siente atraído por alguien de su misma edad. La idea de buscar mujeres más jóvenes nunca le ha atraído; no es un cazador de cunas, por eso siempre sus conquistas tienen entre cinco o diez años menos que el.

__Qué sucede con mi clienta, señorita Amina? Dígame, por favor__. A Amina no le molesta que la llamen 'señorita'. A pesar de la picardía que a menudo nubla sus pensamientos, conserva una parte de sí misma que aún se considera pura. Es un contraste curioso, una mente traviesa dentro de un cuerpo que aún guarda un secreto.

Amina, tras un breve regaño mental a sus hormonas, procedió a explicarle la situación. Su amiga, Aurora, ha sido hospitalizada debido al estrés y la conmoción. El día anterior, la devastadora noticia de que su hermana mantiene una relación con su esposo terminó por quebrantar su estabilidad emocional, desencadenando lo que los médicos llaman el síndrome del corazón roto. Amina omitió el término médico exacto, temiendo equivocarse frente a la atractiva voz de Facundo. Un resoplido de indignación escapó de Facundo, resonando a través del teléfono. No puede asimilar la noticia. ¿Cómo es posible que alguien, nacido de mujer, capaz de ser padre o hermano, traicionara de esa manera a su esposa? ¿A la mujer que lo había acompañado en su camino al éxito? Engañarla con su propia hermana es una bajeza que lo deja sin palabras.

__La información que me ha proporcionado, además de indignante, es crucial para el caso. Más tarde, me dirigiré al hospital para solicitar el informe médico de Aurora. También le sugeriré que se someta a una evaluación psicológica, lo que fortalecerá su diagnóstico y acelerará el proceso de divorcio, sin darle a ese canalla la oportunidad de objetar__.

El silencio siguió al clic de la llamada finalizada, un silencio roto solo por los suspiros que ambos exhalaron. La tensión por la situación de Aurora se entrelaza con la intensidad de la conexión que ambos sienten, un eco palpable a través de la línea telefónica. Mientras Amina regresa a la habitación donde está hospitalizada Aurora, Facundo se dirigió al despacho de Maximus. Como si fuera el dueño del lugar, entró con paso decidido y se dejó caer en la silla frente a Maximus, su rostro reflejando una ira contenida, como si estuviera a punto de estallar. Maximus, absorto en su trabajo, oyó el estruendo de la puerta al abrirse. No necesitó levantar la vista para identificar al intruso, pero cuando se preparó para reprenderlo, la expresión de furia en el rostro de su socio lo dejó sin palabras.

__¿A qué se debe esa expresión? Normalmente, pareces estar siempre sonriendo, como si no tuvieras preocupaciones en el mundo__. Facundo fingió indignación por un momento, pero pronto se recompuso, recordando la angustia que Amina le había transmitido sobre su clienta. Explicó a Maximus el motivo de su enojo y su plan de visitar a Aurora en el hospital. Allí, le sugerirá una evaluación psicológica, complementando el diagnóstico del síndrome del corazón roto. Con estas pruebas, piensa acorralar a Arnold y obligarlo a firmar el divorcio sin objeciones.

La traición de Arnold y su hermana provocó una ola de repulsión en Maximus. Le resulta inconcebible cómo Arnold puede romper su juramento de amor y fidelidad, y cómo su hermana puede traicionar el vínculo sanguíneo con quien había sido más madre que la suya propia.

__Tu clienta es ahora también mi clienta. Iré contigo. Quiero que sienta nuestro apoyo, que sepa que juntos lucharemos para desenmascarar a su futuro ex esposo y para que obtenga la justicia y la tranquilidad que le han arrebatado__. Maximus no entiende la intensidad de su deseo de ayudar a Aurora. Desde que escuchó su nombre, las descripciones de su personalidad amable, luchadora y soñadora han despertado una curiosidad inexplicable en él. Sin siquiera conocerla, su imagen se ha grabado en su mente, impulsándolo a imaginar su rostro.

La visita al hospital es una oportunidad que no podía desaprovechar. Ansia ponerle rostro a la mujer que ha capturado su mente con solo escuchar su historia. Le indigna pensar que un hombre pudiera menospreciar a alguien tan maravillosa, tratándola como una sirvienta mientras se beneficiaba de sus sacrificios, olvidando sus propios sueños por amor a él y sin mostrar el más mínimo agradecimiento hacia ella. Maximus espera que el conocer a Aurora le permitirá enfocar su energía en ayudarla a liberarse de su opresor y a obtener la revancha que merece. Quiere que Arnold entienda que el éxito no justifica la explotación ni el daño a otros. Que el verdadero triunfo se alcanza con sacrificio y humildad, valorando a quienes te acompañan y manteniendo los pies en la tierra para evitar la amarga caída de la arrogancia.

__Me parece excelente, Maximus. Iremos a la hora del almuerzo. Así podremos llevarle algo de comida a Aurora y a su amiga, además de también tener tiempo suficiente para obtener su informe médico y persuadirla de que consulte a un psicólogo__. Facundo salió de la oficina, dejando a Maximus sumido en sus pensamientos. Susurró el nombre de Aurora, una palabra que le resulta extrañamente hermosa, que lo atrae con una fuerza desconocida y que le transmite una paz y tranquilidad inusuales.

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Holis 👋🏼. Por aquí les dejo otro capítulo 🙂😁😁.

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