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El Guardaespaldas De La CEO Ciega

El Guardaespaldas De La CEO Ciega

Status: Terminada
Genre:CEO / Completas / Amor prohibido / Síndrome de Estocolmo / Romance de oficina / Apoyo mutuo / Policial
Popularitas:31.6k
Nilai: 5
nombre de autor: DL700

Alice Crawford, una exitosa pero ciega CEO de Crawford Holdings Tecnológico en Nueva York, enfrenta desafíos diarios no solo en el competitivo mundo empresarial sino también en su vida personal debido a su discapacidad. Después de sobrevivir a un intento de secuestro, decide contratar a Aristóteles, el hombre que la salvó, como su guardaespaldas personal.
Aristóteles Dimitrakos, un ex militar griego, busca un trabajo estable y bien remunerado para cubrir las necesidades médicas de su hija enferma. Aunque inicialmente reacio a volver a un entorno potencialmente peligroso, la oferta de Alice es demasiado buena para rechazarla.
Mientras trabajan juntos, la tensión y la cercanía diaria encienden una chispa entre ellos, llevando a un romance complicado por sus mundos muy diferentes y los peligros que aún acechan a Alice.

NovelToon tiene autorización de DL700 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 4 Refugio

Aristoteles llegó a su pequeño apartamento y, al cerrar la puerta, sintió como si toda la tensión acumulada en el día cayera sobre sus hombros de una vez. Sin encender las luces, se dejó caer en el sillón de la sala, inhalando profundamente mientras apoyaba la cabeza en el respaldo. La imagen de Alice, serena y firme incluso en medio del peligro, aún rondaba en su mente, provocándole una mezcla de inquietud y una extraña atracción que no lograba ignorar.

Unos pasos suaves rompieron el silencio de la sala, y Aristoteles levantó la vista. Frente a él estaba su hija, Elara. Con solo catorce años, Elara tenía una presencia delicada pero fuerte a la vez. Su cabello castaño oscuro caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos verdes brillaban con esa mezcla de inteligencia y dulzura que siempre lograba desarmarlo. Vestía una camiseta amplia y unos jeans, y tenía esa sonrisa que solo alguien que conoce bien la alegría de las pequeñas cosas podía mostrar. Sin pensarlo, Aristoteles abrió los brazos, y Elara se acercó para abrazarlo con entusiasmo.

Aristoteles le devolvió el abrazo con más fuerza de la usual, como si temiera que ella se fuera a desvanecer entre sus brazos. Sentirla allí, tan cerca y viva, era un alivio que no sabía que necesitaba después del caos del día.

—¿Qué te pasa, papá? —preguntó ella entre risas, levantando la cabeza para mirarlo con una mezcla de ternura y curiosidad.

Aristoteles soltó una breve carcajada, aflojando un poco el abrazo mientras intentaba relajar su expresión.

—Nada, cariño. Solo estoy algo cansado.

Elara lo miró con picardía, arqueando una ceja con escepticismo.

—¿Cansado de llevar a millonarios de un lado para otro? —bromeó, golpeándole el hombro con suavidad antes de acomodarse junto a él en el sillón.

Aristoteles soltó una risa, y una parte de él consideró si debía contarle sobre el tiroteo, sobre el peligro que había enfrentado. Pero rápidamente desechó la idea. No quería preocuparla; Elara ya tenía bastante con su salud y sus propias luchas. Decidió mantener la paz que ella le brindaba, al menos por esa noche.

Se acomodó en el sillón, creando espacio para que Elara se acomodaba mejor.

—Entonces, ¿qué tal te fue en la escuela hoy? —preguntó, mirándola con interés.

Elara se encogió de hombros, sonriendo con esa expresión despreocupada que siempre lograba levantarle el ánimo.

—De maravilla. Tuvimos una prueba de matemáticas y, créeme, era tan fácil que hasta el profesor dudaba de lo rápido que terminamos todos. ¡Ah! Y en literatura, estamos leyendo a Edgar Allan Poe. No me imagino cómo alguien puede escribir cosas tan oscuras. —Hizo una pausa, sus ojos brillando con emoción—. Aunque, papá, tienes que leer este poema. Habla sobre la muerte y el amor y es… bueno, ¡inquietante y hermoso!

Aristoteles sonrió, observándola mientras ella hablaba con entusiasmo. Cada detalle de su día, desde los exámenes hasta los nuevos descubrimientos en la clase de literatura, le llenaban de orgullo. Era una chica especial, con una inteligencia y sensibilidad que siempre lo sorprendían.

En otro lugar, a varios kilómetros de distancia y en un lujoso apartamento en Manhattan, Alice cruzaba el vestíbulo de su hogar con la misma calma que mostraba en cualquier espacio. El departamento era amplio y elegante, con ventanales que ofrecían una vista panorámica de la ciudad. Alice se movía con naturalidad a pesar de su ceguera, pasando con precisión entre los muebles y manteniendo el ritmo de sus pasos hasta llegar al minibar en la esquina de la sala.

—¿Estás segura de que estás bien? —preguntó Jonathan, su esposo, cerrando la puerta detrás de ellos mientras la seguía con una expresión tensa.

Alice no respondió de inmediato. Con una mano firme, tomó una botella de whisky y sirvió una pequeña cantidad en un vaso de cristal que conocía bien. Había dispuesto cada objeto en su hogar de manera exacta, de modo que nunca hubiese margen para errores. Tomó el vaso y se giró hacia Jonathan, dando un pequeño sorbo que dejó un sabor ardiente y reconfortante en su garganta.

—Estoy bien, Jonathan —dijo finalmente, con voz calmada, como si el intento de secuestro apenas hubiera sido un contratiempo.

En ese momento, Elijah Hartford, jefe de seguridad del congresista, se acercó a Jonathan desde el pasillo, con una expresión de seguridad controlada.

—Congresista, he organizado un equipo especial para que realice rondas de vigilancia en las calles cercanas. Solo como medida preventiva.

Alice frunció ligeramente el ceño y dio otro sorbo a su whisky, notando cómo el peso de la conversación aumentaba en la habitación.

—No es necesario —replicó Alice, en un tono firme y decidido—. Ya tenemos suficiente con la policía. Poner más seguridad solo atraerá más atención.

Jonathan apretó los labios, evidentemente molesto, y la miró con esa mezcla de irritación y frustración que ella conocía bien.

—Es necesario, Alice —dijo con un tono tajante—. Y te advierto que, a partir de ahora, vas a necesitar un guardaespaldas personal.

Alice, que estaba terminando su primer vaso, maldijo entre dientes, dejando escapar un suspiro antes de servir otra medida de whisky.

—No puedes obligarme a tener a alguien siguiéndome todo el día, Jonathan —replicó, manteniendo la calma aunque su tono denotaba su rechazo—. No es mi estilo.

Jonathan cruzó los brazos, sin ceder un milímetro.

—Lo vas a tener y se acabó, Alice. Tu seguridad es importante, y no voy a ceder en esto.

Alice permaneció en silencio, sintiendo cómo una mezcla de rabia e impotencia se acumulaba en su pecho. Sabía que Jonathan lo decía más por la imagen pública que necesitaba proyectar que por genuina preocupación por ella. Sin embargo, entendía que ceder en este aspecto evitaría mayores conflictos.

Finalmente, tomó una decisión.

—Está bien —dijo, en un tono resignado y algo desafiante a la vez—. Pero será alguien que yo elija.

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Jaima Zulay Urriola Arispe
Estoy descuerdo con Mafer, el final es escueto, faltan detalles....
Para no dar una calificación a medias , me abstendré de darla.
Soraida Gomez
ALICE SALIO DE SU MAL ESTADO QUE BUENO.
Soraida Gomez
UFF ESA TIPA MANDO A MATAR A SU PROPIA HERMANA
mafer Mata
Escritora está novela de verdad está incompleta no entiendo este final
Veronica Barrionuevo: Es verdad. No tiene un final cómo debe ser.
total 1 replies
Nancy Martinez
es el final?? así parece..
Sandra Espinoza Caldas
Me queda muchos vacíos con respecto, como es que Sofía se encuentra con aristoteles, son pareja o sigue como amantes, que paso con el padre de jesica, por que su esposo de Alice quería lastimarla
Sandra Espinoza Caldas
Espero que se haya encontrado con sofi
milagros benitez
ni lo
Nancy Martinez
ahh que alivio, aunque Aristóteles esté herido 🤕
Soraida Gomez
OYE ESCRITORA ME DEJASTE EN SUSPENSO. QUIERO SEGUIR LEYENDO. MUCHAS BENDICIONES
Soraida Gomez
HUY DIOS QUE SUSPENSO SIENTO ANSIEDAD POR SEGUIR LEYENDO HABER QUE PASA CON ELLOS Y SOFIA.
Soraida Gomez
O SEA Y TODOS CONFIABAN EN ESE TORNER? EN SERIO?
Soraida Gomez
HAY DIOS. EL PADRE DE NUESTRA CEO COMETIÓ EL PEOR SACRILEGIO DAR EN ADOPCION A SU PROPIA NIETA CON RAZON ESTA LA ODIA TANTO QUE HASTA SE ACUESTA CON SU PADRASTRO.
Soraida Gomez
LA BRUJA ASISTENTE DEBE SER FAMILIA DE NUEATRA CEO.
Soraida Gomez
UFF ES UNA CHICA LISTA PERO DEBE CUIDARSE DE ESE TIPO.
Soraida Gomez
QUE SUCIOS, ESE CONGRESISTA NO QUIERE A NADIE SI NO A SU PODER ES MUY IDIOTA.
Soraida Gomez
HAY DIOS SI ESE TORNER ES UNO DE LOS CÓMPLICES IMAGINATE EN QUIEN ESTAN CONFIANDO.
Soraida Gomez
CLARO SOFIA NO TE DEBES RENDIR ESA BRUJA NO TE VA A VENCER YA PRONTO VENDRA LA AYUDA
Soraida Gomez
BUENO ESOS DOS ESTAN FUERA DE COMBATE CON LA LOCA DE YESS.
Soraida Gomez
ARISTOTELES ES UN EXMILITAR NO CREO QUE SE QUEDE TRANQUILO Y MENOS SI SE TRATA DE LA HIJA DE SU AMADA CEO
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