En Medio De Todo

La oscuridad ha cubierto la hermosa playa, la luna la ilumina, su resplandor es reflejado en el mar, las olas mesen la imagen como si se acercara a ellos.

Íker jala Marla y la abraza por la espalda.

-- Me encanta estar contigo. Tu compañía me hace sentir bien.

La voz susurrante del chico en su oído le hacen estremecer, siente un cosquilleo en su estómago, la piel se le eriza y él lo nota.

Suben en el cofre tomándola por la cintura, acomodandola entre sus piernas. El calor del pecho de Íker, la hace sentir segura, sumado a su abrazo.

-- ¿Quieres ser mi novia? Eso de ser amigos, mm no es suficiente. Quiero más de ti .

Giran sus rostros, mirándola directamente, sus ojos se conectan.

-- ¿Qué dices?

La chica contesta: -- Sí, sí quiero.

La jala hacia él y le da un beso tierno en los labios largo y tranquilo, para luego unir sus frentes la toma por las mejillas y la nuca.

-- Gracias, me haces tan feliz yo te prometo...

No deja terminar la oración.

-- No prometas nada. Solo dejémonos llevar por lo que estamos sintiendo, si en algún momento decides ya no estar conmigo solo dilo. No me lastimes por favor.

Se sonríen con ternura, sellando la declaración con un beso suave.

Tomados de la mano, caminan por la orilla de esa tranquila playa, la refrescante brisa, balancea sus ropa.

Un anhelo ha entrado en el corazón de la bella chica con el amor por objetivo.

Su caminata los lleva a una cabaña donde venden bocadillos. Toman asiento y piden algunos tragos, entre risas y besos lo disfrutan.

Al salir del lugar van a la plazuela del lugar, un saxofonista toca una melodía hermosa. Con movimientos agiles, los dedos se deslizan sobre el instrumento, que es ejecutado con maestría, cerrando los ojos.

Íker la invita a bailar.

Se mecen como las mismas olas del mar, sin dejar de mirarse.

-- ¡Me encantas!

Dice al oído y la acerca más a él para continúar bailando. Una aura mística de romance los ha cubierto, una pequeña burbuja de amor se ha instalado en ese momento para inundarlos de amor.

Un último giro marca el final de la pieza, coronando con un delicado beso que se ve interrumpido por aplausos de los transeúntes que se habían detenido para deleitarse con la danza de la pareja.

Sonrojada Marla se esconde en el pecho del que ahora es su novio, la timidez en ella es adorable.

Con suavidad la toma del mentón y le da un beso rápido.

-- ¡Vámonos!

Depositan unos billetes en el sombrero dél saxofonista, se retira el rindo tomado de las manos sus cuerpos chocan de vez en cuando en su andar.

Pasan un rato más observando el mar.

Minutos después, lleva a su departamento, está su interior.

Al habrir la puerta, se encuentran con Aurelio, también estaba por abrirla encontrándose de frente.

-- ¡Buenas noches! Niños. ¿Cómo les fue? Agrega sonriendo, extiende la mano dando el paso.

-- ¿Gustan algo de tomar? Pregunta con un enorme sonrisa Perla que está en la barra de la cocina, les sirve un humeante café.

Los cuatro toman asiento.

Sin dar tiempo Íker inicia la conversación:

-- Deseo pedirles permiso para salir con Marla. Considero que ustedes a quién debo hacerlo, ya es mi novia.

Le toma de la mano.

-- Pues si ella lo decidió, nosotros no tenemos nada que ver, ella ya es una adulta.

Con tono firme agrega Aurelio.

-- ¡No estoy de acuerdo!

_Interrumpe Íker_ Ustedes son su familia.

La pareja sonríe, con complicidad, evidenciando que ellos también están felices por la nena.

-- Gracias por el detalle, estamos de acuerdo. Te pido que la respetes, cuídala. Cuando ya no deseas estar con ella dilo, no lo engañes, no se lo merece.

Perla agrega tomando la mano de los dos chicos.

El café pasa ligero, las bromas de Aurelio al pedir que se cuiden cuando se disfruten como pareja.

El rostro de Marla se tiñe de carmesí con el incomodo comentario.

Íker, aprieta con fuerza su mano, con nervios, escuchan todas las reglas que sugiere Aurelio.

Un rato después Íker se despide y su novia lo acompaña hasta su auto. Con un dulce beso le dice adiós, ve cómo se pierde en la avenida el auto de su novio.

Con una sonrisa, vuelven a su hogar.

* * *

La siguiente semana se la pasan entre trabajo y citas.

El amor va creciendo en ellos, esa sensación de tranquilidad que los llena.

Cada día los detalles son hermosos, muy significativos entre ambos.

Al contarles a Sharon y Sheila, ellas también se alegraron por ella.

Cuando se encontraba con ellos, aprovechaban para amenazarlo. Sugerian diferentes torturas si la hace sufrir .

Sin poder evitarlo, se ponía nervioso, aunque terminaban riendo, leía el fondo de sus ojos, que esas dos eran capaces de cumplir sus amenazas.

* * *

A mitad de semana mientras revisaban unos documentos en su oficina con sus socios reciben una llamada que contesta poniendo el altavoz.

-- Dime Sheila ¿En qué te puedo ayudar.

Responde sin dejar de ojear sus documentos.

-- ¡Tenemos una emergencia! ¿Podrías venir, hasta la playa lo más pronto posible?

-- ¿Sucede algo?

Pregunta alzando la voz, sus socio ponen más atención.

--Solo ven, acá te explico, llegas en 20 minutos.

-- ¡Sí!

Sierra sus documentos, toma su bolsillo y se dirige al ascensor. Roberto, David y Alfredo van detrás de ella sube su auto y esos tres con ella.

-- Te acompañamos, se nota que es importante.

Los tres como de costumbre hablan al mismo tiempo y sin decir más inicia su recorrido a toda velocidad.

Al llegar, descienden de su auto y buscan a las gemelas que están muy sentadas en la banca a un costado de la cancha de voleibol donde se conocieron.

Cruzándose de brazos pregunta: -- ¿Y la urgencia?

Le avienta una maleta Sharon contesta sonriendo:

-- Tenemos un partido y nos hace falta una integrante, no refunfuñes y apúrate. El equipo

contrario ya está calentando.

Le señala con el dedo y ella observa.

Anudando sus agujetas, Sheila informa:

-- La apuesta de hoy es de 500 billetes. ¿Juegas o no?

Marla se va a un local de ropa donde se cambia.

Sus amigos aprovechan para reclamarles, pero son callados cuando entre las gemelas los abrazan guiñendo en un ojo.

El partido es a tres sets de 15 puntos. Desde un inicio el equipo de las gemelas domina.

Saques, remates, bloqueos y recepciones perfectos les dan la victoria.

Ya para cobrar la apuesta, Carla le dice unas malas palabras a Sharon, da el dinero y se despiden.

La chica al pasar al su lado la empuja, antes de caer la gemela la jala por el cabello y cae con ella.

Comienza la pelea, las otras dos compañeras intentan golpearla en el piso donde está, pero intervienen Sheila y Marla intercambian golpes sin dudar.

Sharon golpea a Carla en el abdomen y sube a ella dándole varios golpes en sus costillas.

Por su parte Sheila de un solo golpe nokea a su contraria que cayó como regla.

Al girar se da cuenta como tienen del cabello a Marla, golpea con el codo, en el estómago, derribando a su adversaria.

Los chicos paran la pelea, las toman de las manos y salen corriendo los policías se acercan.

No pudieron escapar los nueve chicos son detenidos y llevados a la estación de policía por riña callejera.

En los separos ríe nerviosas, les informaron que alguien debe ir por ellas. Deciden llamar a Íker quién momentos después llega con un abogado.

Al carearse con las chicas se concluye que Carla y sus amigas se iniciaron la pelea, se concluye que cada quien se queda con sus golpes, pagando la fianza de 100 billetes por cada uno para que los dejen en libertad.

Pagando la fianza, Íker y el abogado ven cómo las sacan de los separos al fondo de la comisaría.

Va directo a su novia, un poco tenso, cuestiona:

-- ¿Estás bien?

-- Sí, gracias

Responde apenada.

-- Vámonos todos juntos.

Al llegar al departamento le hacen curación Perla y Aurelio quienes ríen.

-- ¿Que han hecho con mi nena? Ella no pelea.

Agrega Perla, mirando molesta a las gemelas que bajan la cabeza, apenadas.

-- ¡Déjala! Debe aprender a defenderse, demostro que es leal al equipo.

Aurelio ríe con los gruñidos de Marla al sentir el ardor en su boca.

Cenando entre risas, cada uno da la versión de los hechos de la aventura que vivieron hoy.