Segunda parte de la Saga PROMESA Y DESTINO que narra la historia de Fafner y Lugus
La existencia de Taranis Lugus ha sido marcada por el dolor, creyéndose un ser maldito, que sólo puede llevar desgracia a los que lo rodean y que no merece la esperanza del amor. Decidido a ayudar a su pequeña Libelle a traer a sus crías al mundo, Lugus elige sacrificarse, creyendo que es lo mejor para sus seres queridos, a pesar de que esto pueda significar tener que dormir un par de siglos y no volverlos a ver...
Por su parte, Fafner intenta escapar nuevamente de lo que comienza a sentir por Lugus; embarcandose en una serie de misiones que en lugar de ayudarlo a olvidar lo harán conocer más sobre la raza demoníaca y quién es realmente Lugus.
¿Podrá Fafner regresar a tiempo para volver a ver a su demonio?
¿Lugus logrará superar su terrible pasado y aceptar que él también merece amor?
Acompaña en esta nueva historia al Clan Lanira y los Dragones del Clan Nithe Ragnar.
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paseo extraoficial
Los meses transcurrieron sin contratiempos, como Lugus lo prometió, el embarazo de Libelle había transcurrido de forma tranquila, y desde la llegada de Danu la mayor parte del control médico se realizó en casa. Todos sabían que Lugus, como el gran maestro curandero en el que, a través de los siglos, se había convertido, preparaba sus mejores trucos para el momento final. Por lo que algunos, incluso aunque no lo decían, llegaban a esperar ese gran milagro que podría vencer la terrible sentencia que significaba la maldición Lanira. Y aunque había momentos en los que lograban olvidar el inminente destino, todos estaban consientes del aterrador paso del tiempo, así que deseosos de que cada momento, cada experiencia, fuera significativa, el festejo de Baby Shower se convirtió en el evento del año.
Las preparaciones iniciaron un par de semanas antes de que se cumplieran ocho meses, Libelle ya se movía lento y el tamaño de su pansa era bastante voluminoso, sin embargo, ella seguía con las molestias al mínimo, y conservaba una gran cantidad de energía que la ayudaba a seguir diseñando un par de horas al día, coordinar con su hermana Aisha cómo quería que su empresa se manejara una vez que los bebés llegaran, y por su puesto, sus clases de yoga y mucho tiempo de calidad con su esposo; viendo películas, compartiendo sus libros favoritos, dedicándose canciones y permaneciendo por grandes ratos en silencio, abrazados, disfrutando de la mutua compañía...
Por su parte, su familia se encargaba de todo lo relacionado con el festejo, al principio Damara pidió moderación, sobre todo para no agobiar a la festejada, pero al ver la emoción brillar en los ojos de su hija al tomar las pequeñas decisiones que le llegaban a consultar con respecto a la preparación de su fiesta, la matriarca decidió no intervenir con las locuras que pudieran llegar a inventarse esos dos, y sólo pudo desear que su jardín lograra sobrevivir al gran acontecimiento.
Obviamente hubo fuegos artificiales, música en vivo, con un cuarteto de cuerdas para amenizar la comida, interpretando las piezas favoritas de la festejada y un grupo que toco tangos, porque Libelle siempre había querido bailar tango y su esposo, a pesar de su descoordinación, se lo concedió, haciéndola reír y sentirse todavía más enamorada de él. También hubo juegos para adivinar el genero, y una vez que llegó el momento de partir el pastel se usaron dos grandes velas de revelación de genero que liberaron polvo de azúcar color azul que cubrió por completo el pastel blanco. Todo fueron risas, algunas lagrimas conmovidas y una recopilación incansable de hermosos recuerdos; en fotografías y videos que algún día se les mostrarían a sus bebés.
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El rastreo de los dragones renegados que quedaban se complicó, debido a la desaparición de aquellos hombres que habían contratado, tontamente, a Andras. En su investigación encontraron algunos cómplices, pero entre más avanzaban les quedaba más claro que existía una cabeza que lideraba aquella extensa organización, y era éste líder al que todavía no habían podido encontrar, así que una misión que en un inicio parecía cosa sencilla, se había estado prolongando durante meses, en los cuales, lo único seguro era que el líder de dicha organización no era un renegado cualquiera, si no, seguramente, un miembro de algún clan importante de los prestigiosos Dragones Negros del Norte y eso dificultaba todo.
—¿Cómo te ha ido en el interrogatorio?— preguntaba Fafner a un malhumorado Andras.
—Otro fracaso, aunque no me guste admitirlo— suspiró frustrado —Vamos a necesitar combinar nuestras habilidades en el próximo interrogatorio...
—¿Por qué no me llamaste para que te ayudara en el que acabas de terminar?— preguntó curioso, ya que el cambio de actitud de ese demonio era muy significativa, ya que durante los interrogatorios, solía conducirse con total frialdad y podía prolongar la agonía de los desafortunados por periodos de tiempo demasiado extensos para su gusto, al grado de que, en los meses que llevaban trabajando juntos, Fafner había tenido que ampliar su concepto de crueldad.
—Me ofusqué y no pude contenerme— admitió Andras con un aire derrotado —El infeliz mencionó algunas cosas que me pusieron de mal humor— fue todo lo que dijo ante la insistente mirada de Fafner.
—Eso es nuevo, tú nunca te pones de malas en un interrogatorio, al contrario— comentó Fafner con gran curiosidad, ya que en lo que había podido observar, aquel demonio, a pesar de que los anteriores interrogatorios habían resultado, en su mayoría, inútiles, siempre parecía muy satisfecho con los resultados de tu trabajo —¿Qué lo hizo diferente esta vez?
—Existen aberraciones que ni siquiera un demonio tolera— soltó con una voz cargada de asco y enojo —Pero si quieres saber de qué se trata puedes acompañarme a un paseo extraoficial— ofreció con total seriedad.
—¿Debo preparar una unidad de apoyo?— preguntó a manera de respuesta.
—Mmm— Andras pareció considerarlo durante unos segundos antes de contestar —Prepara una unidad de extracción y quizás también sea bueno llevar algo de apoyo medico.
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El lugar al que llegaron fue un muelle de carga, el lugar se veía lúgubre, con una pobre iluminación y un ambiente cargado de neblina, era fácil imaginar una posible emboscada asechando detrás de cada torre de contenedores, en especial porque contrario a la bulliciosa actividad que se manifestaba en esos lugares, sin importar la hora del día o noche, justo ahora el sitio parecía haber dejado de funcionar, como si sus apretados horarios de envió y recepción se hubieran cancelado, y no fueran a llegar barcos ni transportes terrestres para movilizar las mercancías. El lugar se sentía tan sospechoso que Fafner hubiera preferido avanzar con la máxima cautela, pero Andras se movía a gran velocidad sin dar tregua, sin importar que sus movimientos lucían antinaturales, y que cualquier humano que pudiera llegar a verlos se daría cuenta, ya que cuando se era tan obvio el glamour perdía su efectividad.
Entonces llegaron al final del muelle, en el lugar había un contenedor abierto que aparentemente acababan de vaciar y otro rodeado de seguridad, que parecían estar a punto de abrir, también había un par de camiones esperando, todo se desarrollaba en completo silencio, era evidente que esos hombres eran sobrenaturales, la forma en que se movían y la capacidad mara anular hasta el más mínimo sonido que pudieran llegar a ocasionar los delataban. Fafner en ese momento comenzó a trazar en su mente el mejor curso de acción, en especial porque su agudo oído había percibido sonidos de personas heridas en uno de los camiones, en especial le llamó la atención el sollozo ahogado de un pequeño, Andras también lo escuchó y al instante enloqueció...
gracias autora, un buen capitulo vamos x /Plusone/