Zaira es una joven que creció alejada de todo y todos, únicamente con la compañía de la mujer a la que considera su madre, pero a pesar de su aislamiento, Zaira siempre supo quién era y cuál era su propósito en la vida, y la joven está más que dispuesta a llevarlo a cabo.
Uniendo así su destino con los otros tres elegidos, Zaira deberá de derrotar al malvado dios Daotan, quién solo busca la destrucción del mundo, esta misión la llevara por un camino desconocido y lleno de peligros, un camino que no recorrerá sola, puesto que a su lado, lo quiera o no, estará un hombre que desde su nacimiento siempre supo que Zaira era su destino, y la ayudara aunque ella no lo desee.
Esta es la tercera historia de la tetralogía “Los 4 Guerreros de los Elementos”.
La primera historia es “El Guerrero de la Tierra”
Y la segunda historia es “La Guerrera del Aire”
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Capítulo 13
ZAIRA
Soy llevada por la reina a uno de los palacios más cercanos al palacio principal, y una vez allí, Beverly me guía hasta una muy bella habitación, la cual es más grande que mi antigua casa completa, es inmensa.
Tal y como dijo la reina, un par de guardias llegan detrás de nosotras, con mi equipaje, y lo colocan dentro de la habitación, para después retirarse.
- Te dejo para que te instales, alguien vendrá a buscarte cuando la comida este lista, mientras tanto, descansa, fue un viaje muy largo – me dice la reina.
- Gracias, su majestad – le digo.
- Beverly – me dice ella, recordándome que me pido que la llamara así.
- Gracias, Beverly – le repito.
- De nada, descansa – me dice, y se va de allí dejándome sola.
Sin dudarlo, corro y me arrojo sobre la cama, la cual es incluso más suave de lo que luce, desde que la vi, fue lo primero que quise hacer.
- Esto, es, sin duda, una nube – me digo a mí misma, mientras ruedo por la cama, la cual no parece tener fin.
Estoy muy a gusto, disfrutando de la enorme cama, en mí ahora, habitación, que cuando alguien toca la puerta, no puedo evitar molestarme un poco, y aunque una parte de mí quiere simplemente ignorar a la persona del otro lado, la otra parte, la que es educada, gana, así que me levanto para abrir.
- ¿Quién es? – pregunto antes de abrir.
- Un placer, gran Koi, mi nombre es Jennifer – dice una voz femenina del otro lado de la puerta.
- Y el mío es Kailani – dice una segunda mujer – fuimos enviadas por su majestad, el príncipe Kai, para asistirla de ahora en adelante – termina de hablar la segunda mujer.
¿Enviadas pro Kai?, él nunca me dijo nada, pienso, por lo que, guiada por mi curiosidad, decido abrir la puerta, aunque no sin antes, colocarme un escudo mágico, no soy tonta, entre más personas estén a tu alrededor, son mayores las posibilidades de que encuentres a alguien que quiera hacerte daño, así que más vale estar preparada.
Al abrir la puerta, frente a mí hay dos chicas, un poco mayores que yo, deben rondar por los veintitantos, ambas sin duda, son hermosas, y a la vez distintas entre sí, una de ellas tiene el cabello rosa claro y los ojos azules, mientras que la otra, tiene el cabello castaño y los ojos del mismo color, y de inmediato sé que ambas no pertenecen al reino del agua, puesto que por lo que mi madre me explico, en los 4 reinos, hay ciertas características que comparten todos sus habitantes, debido a la magia dentro de ellos, y ellas nos parecen portadoras de magia de agua.
- Su majestad el príncipe envía este mensaje, para que corrobore que lo que le decimos es verdad – me dice una de las jóvenes, la de pelo rosa, que por su voz, asumo que es la que se presentó como Jennifer.
Jennifer me da una botella vacía, pero la reconozco de inmediato, es la botella que mi madre usaba para comunicarse con su hermano, después de explicarnos lo que paso, Kai se quedó con ella, por lo que puedo asumir, que lo que dicen estas dos jóvenes es verdad, por la que las deja pasar.
- Es un placer para nosotras servirla – me dicen ambas, mientras hacen una reverencia.
- ¿Requiere que le prepare un baño? – me pregunta Kailani, y bueno, ahora que lo dice, no es tan mala idea.
- Sí, me gustaría – le digo, a lo que ella asiente, y se dirige a una de las puertas que están en la habitación, revelándome que es la entrada del baño.
- Mientras tanto, yo prepararé su ropa, ¿algo en particular que desee usar? – me pregunta Jennifer, mientras se acerca a la otra puerta, revelando que es el armario.
- Algo ligero y cómodo – le pido, aunque no sé si haya algo así allí.
Por lo que pude ver en el camino hacia aquí, la ropa que usan los nobles, sobre todo las mujeres, es, un tanto, muy incómoda, algo que yo nunca usaría, al menos que sea estrictamente necesario.
- ¿Este vestido le parece? – me pregunta Jennifer, sacándome de mis pensamientos, mostrándome, un hermoso vestido de color lila, el cual es muy sencillo, y para nada pesado, y si bien yo estoy más acostumbrada a usar pantalones, y no vestidos, acepto gustosa su opción, pues el vestido luce cómodo.
- Sí, ese es perfecto, gracias – le digo con una sonrisa.
- Su baño está listo – nos dice Kailani, y ambas se acercan a mí, y la verdad no entiendo qué están haciendo, hasta que siento que quieren empezar a quitarme la ropa.
- Esperen, esperen, ¿qué hacen? – les digo, mientras me separo de ellas.
- La preparamos para su baño – me die Jennifer, como su fuera algo muy obvio, y entonces lo recuerdo.
Mi madre me dijo, alguna vez, que en la nobleza, se acostumbra que los sirvientes hagan casi todo por sus señores, y eso incluía, el aseo personal, algo que a mí siempre me pareció ridículo e innecesario, así como una invasión a la privacidad.
- Yo puedo hacerlo sola, así que por favor esperen afuera, si necesitó algo, yo las llamo – les digo, a lo que ambas se ven entre sí, y después de un rato, ambas asienten, y con una reverencia, se van dejándome sola.
Ya a solas, me dirijo al cuarto de baño y quedo impactada por lo enorme que es, además de que está amueblado muy elegantemente, pero lo mejor de todo es la tina, una tina enorme, en la que gustosa me hundo, al agua huele muy bien, debido a las esencias que uso Kailani en ella, la verdad estoy tan a gusto aquí, que me da pena irme, pero cuando el agua se enfría, sé que es momento de dar por terminado mi baño relajante.
Una vez termino de vestirme, vuelvo a llamar a Jennifer y a Kailani, quienes me esperaban fuera de la habitación, la verdad no sabía qué hacer con ellas, toda mi vida he hecho todo por mí misma, así que para mí no había sentido en que ellas me sirvieran, pero cuando se los hice saber, ellas no aceptaron irse.
- Cuidar de usted ha sido un pedido de su majestad el príncipe heredero, él ha hecho mucho por nosotras, así que, aunque no tenga tareas que darnos, nosotras cuidaremos de usted – me dijo Kailani en nombre de ambas, y no pude hacer otra cosa que admirar su lealtad.
El resto del día paso sin nada muy relevante, para la comida, fui llevada hasta el palacio principal, donde compartí la mesa con los reyes, donde el rey se disculpó conmigo, por haberme ignorado cuando llegue, obviamente yo le perdone, puesto que no estaba molesta, tal y como dijo la reina, yo comprendía que extraña a mi madre, y que quería pasar tiempo con ella.
También en la comida estuvo presente Kai, a quien le pregunte por mis dos doncellas, confirmándome lo que yo ya sabía, que él las había mandado, y cuando le dije que no eran necesarias, y que lo mejor era que las reasignara a otro puesto, él se negó.
- Me gustaría decir que este lugar es seguro, pero soy consciente que no es así, hay cosas que aún desconoces, pero este no es el momento para discutirlas, por lo que te pido que confíes en mí, Jennifer y Kailani te protegerán – me dice, y aunque tengo ganas de decirle que puedo defenderme sola, no lo hago, él tiene razón, hay cosas que aún desconozco, así que mejor me mantengo en silencio, por ahora.
agici