Emma creyó en aquellos que juraron amarla y protegerla.
Sus compañeros, los príncipes alfas, Marcus y Sebastián, con sonrisas falsas y promesas rotas, la arrastraron a su mundo, convirtiéndola en su amuleto.
Hija de la Luna y el Sol, destinada a ser algo más que una simple peón, fue atrapada en un vínculo que… ¿la condena? Traicionada por aquellos en quienes debía confiar, Emma aguarda su momento para brillar.
Las mentiras que la rodean están a punto de desmoronarse, y con cada traición, su momento se acerca, porque Emma no está dispuesta a ser una prisionera.
Su destino está escrito en las estrellas y, cuando llegue el momento, reclamará lo que le pertenece. Y cuando lo haga, nada será lo mismo. Los poderosos caerán y los verdaderos líderes surgirán.
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6. Retrospectiva: Debés Volver
Apreté los puños, luchando contra el impulso de abalanzarme sobre ellos. Aunque mi padre me había entrenado bien y podía defenderme, sabía que no tendría oportunidad frente a esas bestias. El aire alrededor de ellos era sofocante, una mezcla de amenaza y poder que parecía oprimir cada fibra de mi ser.
Apreté los dientes, dejando escapar una risa amarga que apenas escondía mi frustración. Su control absoluto sobre la situación me destrozaba por dentro, pero no les daría la satisfacción de verme vencida.
— No tengo intención de obedecer sus órdenes — escupí cada palabra con rabia.
Por un instante, los labios de Marcus se curvaron en una sonrisa fugaz, apenas perceptible, pero su mirada seguía siendo una barrera impenetrable. Dio un paso hacia mí, y su voz, ahora más baja, se impregnó de una amenaza velada que me heló la sangre.
— No tienes ni la menor idea de lo que eres para nosotros. Eres nuestra, lo entiendas o no. Vendrás con nosotros, por tu propia voluntad ya lo verás.
Sus palabras eran como cadenas invisibles que intentaban atarme, y algo en su voz despertó una mezcla de atracción y odio que debilitó mis rodillas. Pero no podía dejarlo ver. Me enderecé y mantuve mi mirada firme, desafiándolo.
—Lamento decirte que no soy de nadie. Mucho menos de ustedes.
Marcus me observó en silencio, como si evaluara cuánto podría resistir antes de romperme. A su lado, Sebastián soltó una carcajada breve, como si le gustara esto.
—No tienes que tomar la decisión ahora —dijo Sebastián, su tono estaba impregnado de una ironía que me hizo querer gritar. — Puedes resistir todo lo que quieras, pero al final... ya sabes cuál es tu destino. Y, créeme, sería mejor para todos si no te resistes.
Ambos se giraron, sus siluetas se difumaron en la noche, y antes de desaparecer por completo, escuché las palabras de Sebastián como una última advertencia.
— Tienes hasta el amanecer para decidir, Emma. Después… no podremos ser tan amables.
Me quedé en silencio, viendo cómo los príncipes se desvanecían entre las sombras de la noche. Sus últimas palabras se grabaron en mi mente como una marca ardiente: "Ya sabes cuál es tu destino." Una y otra vez se repetían, acompañadas por la sensación de que ya había perdido esta batalla antes de empezar.
Cuando desaparecieron por completo, toda la fachada de fortaleza que había construido se derrumbó en un instante. Mi corazón latía desbocado, pero esta vez era por una mezcla de angustia y desesperación. Me dejé caer, con el peso de su amenaza abrumándome por completo.
El dolor por el rechazo, el miedo de no tener el control de mi vida… No sabía cómo salvar a mis padres. ¿Qué podía hacer una simple loba contra ellos? La única salida que veía, la única opción que podía ofrecer algo de esperanza, era entregarme.
Quise gritar, pero solo un sollozo desgarrador escapó de mis labios, seguido de otro, y de otro. Cada lágrima era una grieta más en mi corazón. El mundo que conocía, la burbuja segura que mis padres habían construido a mi alrededor, había estallado.
Me sentía como una loba herida, acorralada. Sabía que la única salida era entregarme. Si mi sacrificio era el precio para salvar a mis padres, estaba dispuesta a pagarlo. No había otra opción. Ellos me habían amado, protegido, dado todo. No podía permitir que algo les pasara por mi culpa.
Pero entonces, justo cuando la oscuridad me envolvía por completo, una voz suave y cálida surgió en el silencio de la noche. Era como un rayo de sol que atravesaba una tormenta.
—Emma...
Me quedé inmóvil, alzando la mirada con el corazón latiendo desbocado. En la puerta de la cabaña, un hombre imponente se alzaba, llenando el espacio con una presencia que me quitó el aliento. Su cabello dorado, como un reflejo del sol, caía en ondas suaves que enmarcaban un rostro cincelado con una perfección casi irreal. Sus ojos de ámbar me miraban con una mezcla de calidez y autoridad, como si pudieran ver hasta el rincón más oscuro de mi alma.
Cada movimiento que hacía desprendía una seguridad tan inquebrantable que, por un momento, el miedo se disipó.
—¿Quién eres? — murmuré, mi voz salió rota por el llanto, mientras las lágrimas seguían surcaban lentamente por mis mejillas.
—Emma, no estás sola. — respondió ignorando mi pregunta, con un tono suave y firme a la vez —No puedes entregarte, hay alguien que te necesita.
Sacudí la cabeza, mi angustia regresó de inmediato.
—¡Mis padres me necesitan! ¡Solo quiero salvar a mis padres! Si tengo que entregarme por ellos… lo haré. Nada es más importante que ellos.
Hubo un silencio cargado de tensión. Su mirada se suavizó, pero sus palabras llegaron como un susurro lleno de significado.
—Tus padres siempre estarán en tu corazón, pero hay más en juego que tu sacrificio. Emma, eres especial. Llevas una luz que no debe extinguirse. Tu hermana te necesita, no podrá sobrevivir sin ti… si te dejas vencer, ni ella ni tus padres podrán seguir.
Sus palabras parecían tan conocidas y desconocidas a la vez. ¿Una hermana? ¿Alguien que dependía de mí? ¿Mis padres no podrán sobrevivir?. Mi respiración se tornó irregular, atrapada entre la confusión y una chispa de esperanza que intentaba abrirse paso.
—No entiendo… ¿de qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con que no podrán sobrevivir?
—Busca a tu hermana. Emma eres la Luz del día, la esperanza que tú mundo necesita, no es momento de entregarte, aún no llega tu batalla.
—No puedo, ellos dijeron que vendrían. Mis padres, ellos me necesitan más que nadie. No puedo abandonarlos, lo siento. No puedo.
Fue entonces que se acerco mas a mi quedando a mi altura.
—Mi leal rayito de sol. Tu alma es hermosa y tu corazón tan puro, tus padres hicieron un excelente trabajo cuando te envié con ellos, pero no es momento de ir con los príncipes. No aún.
Mis lágrimas se detuvieron, y una profunda calma se instaló en mi pecho, como si su voz hubiera tocado algo sagrado dentro de mí. Pero el miedo seguía allí, persistente, recordándome lo que los príncipes habían dicho y la amenaza que pesaba sobre mis padres.
—Emma, tus padres estarán bien, hay personas cuidándolos. Puedes estar tranquila. Pero tú hermana te necesita debes buscarla.
—¿Dónde la busco? –murmuré, sin entender por qué empezaba a creer cada palabra que salía de su boca.
—Tu eres día, ella es noche. Tú vives en la luz, ella en las sombras. Mi rayito de sol, tú curas el cuerpo y ella el alma. Se vienen tiempos difíciles donde muchas personas dependerán de ustedes. Aún no es tiempo de ser reina. Debes volver.
Cerré los ojos, dejando que sus palabras se grabaran en mi mente como una promesa. Cuando los abrí, él ya no estaba, pero su presencia había dejado una calma inesperada, un eco reconfortante que me llenó de una fuerza que no sabía que poseía
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Queridos lectores:
...Sé que he estado ausente, y antes que nada, quiero disculparme por haberlos dejado....
...Este tiempo ha sido uno de los más difíciles para mi. Hace unas semanas, un angelito que llenó mi corazón de ilusión durante más de cinco meses decidió emprender su vuelo para cuidarme desde el cielo. Ese adiós inesperado dejó un vacío inmenso en mí, uno que todavía estoy aprendiendo a sobrellevar....
...Aunque el dolor sigue presente, estoy tratando de dar un paso hacia adelante y de recuperar un poco de esa "normalidad"....
...Les dejo estos capítulos, y les pido que me tengan un poquito de paciencia mientras intento retomar el ritmo....
...Prometo esforzarme por estar aquí para ustedes y no fallarles....
...Gracias por sus comentarios, su cariño y su apoyo constante, significan más de lo que puedo expresar....
^^^Kathy^^^