En la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, una serie de desapariciones misteriosas aterra a la comunidad. A pesar de los esfuerzos de la policía local, las víctimas desaparecen sin dejar rastro. Héctor Ramírez, un detective experimentado, es llamado para investigar. Mientras avanza en su pesquisa, descubre que las desapariciones están conectadas por una serie de pistas inquietantes que parecen ir más allá de lo criminal. Atrapado en un misterio que desafía su comprensión, Héctor se enfrenta a fuerzas que no pueden ser explicadas por la lógica. A medida que el caso avanza, la atmósfera de la ciudad, cargada de historia y superstición, se convierte en un campo de juego para lo sobrenatural.
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3 de Abril 2024
Bitácora del Inspector Héctor Ramírez
Hoy en la mañana, mientras revisábamos los avances del caso de Santiago Herrera, recibimos una llamada inesperada. Según el reporte, un joven había sido visto deambulando cerca de la Catedral de San Cristóbal de las Casas, en evidente estado de confusión. La descripción coincidía con Santiago.
Cuando llegamos al lugar, lo encontramos sentado en los escalones de la catedral, con la mirada perdida. Vestía la misma ropa que llevaba el día de su desaparición, aunque ahora estaba desgastada y sucia. Su semblante era inquietante: los ojos hundidos, la piel pálida, y una expresión vacía que parecía atravesar todo a su alrededor.
Me acerqué a él con cautela.
—Santiago, soy el inspector Héctor Ramírez. Estamos aquí para ayudarte. ¿Sabes dónde estás? —pregunté en voz baja, tratando de no alarmarlo.
No respondió. Apenas me miró, como si mi presencia fuera irrelevante. Intenté varias preguntas más, pero su silencio era absoluto. La única señal de que estaba consciente fue cuando un parpadeo lento siguió a mis palabras.
Un grupo de transeúntes comenzó a rodearnos, curiosos por la escena. Ordené a los oficiales que lo escoltaran hasta la patrulla para evitar aglomeraciones. Lo llevamos directamente al hospital más cercano para un chequeo médico completo.
El informe inicial de los médicos fue desconcertante. Santiago no presentaba heridas visibles ni signos de violencia física, pero estaba en un estado de aparente shock profundo. Apenas pronunciaba palabras, y cuando lo hacía, eran incoherentes. Mencionó algo sobre "una sombra" y "la puerta", pero sin contexto ni sentido claro.
Lo más extraño fue que no recordaba nada de los días anteriores. Según él, la última cosa que podía reconstruir era haber salido de la biblioteca el 29 de marzo. Después de eso, su memoria era un vacío total.
Por la tarde, visité a Santiago nuevamente en el hospital. Esta vez, su madre, María Herrera, estaba con él, llorando desconsoladamente. Intenté obtener más información, pero él seguía con la mirada fija en la ventana, ignorando mis preguntas.
Sin embargo, un detalle llamó mi atención: al tomar notas, vi que sus manos temblaban ligeramente, como si estuviera frío, a pesar de que la habitación estaba cálida. En su muñeca derecha, llevaba una pulsera de hilo rojo con un pequeño amuleto de metal. Según su madre, él nunca la había tenido antes de desaparecer.
De vuelta en la estación, convoqué a mi equipo para analizar esta nueva información. La falta de lesiones físicas no descartaba la posibilidad de un trauma psicológico severo. Pero lo que más inquietaba era su estado de confusión, similar al de alguien que ha sido sometido a una experiencia aterradora o manipuladora.
Recordé los detalles del caso de Mariana Gómez: el símbolo en su pecho, el edificio abandonado que antes era una iglesia. Aunque no había pruebas claras de conexión, no podía ignorar las similitudes.
Un patrón comenzaba a emerger, pero todavía no era capaz de unir las piezas. ¿Quién estaba detrás de estas desapariciones? ¿Y qué les estaba ocurriendo a estas personas mientras estaban fuera de nuestro alcance?
Mientras terminaba mis apuntes del día, no podía dejar de pensar en las palabras de Santiago: "la sombra" y "la puerta". ¿Podrían ser pistas, o simplemente fragmentos de una mente fracturada por el miedo? Una cosa era segura: este caso apenas estaba comenzando, y las respuestas no serían fáciles de encontrar.