Invencible Amor

La música estaba a todo lo que daba en el famoso club night, el alcohol y las drogas estaban circulando al orden de la noche en el ambiente festivo sin que pareciera que era mitad de semana, pero nada de eso llegaba hasta el cuarto vip del club, donde el ambiente contrastaba mucho con la fiesta que se estaba dando en la zona común. El ambiente lúgubre de la zona vip era palpable debido a que Gina de Rosas Russo no estaba de ánimo para celebrar, solo estaba presente para ahogar su frustración en alcohol y tratar de olvidar por unos momentos el fiasco de su matrimonio con Valentino Russo. Su situación marital había empeorado desde el regreso de Roxanne Salvatore a su círculo social de élite, su ausencia y desaparición en los medio es lo que le ha dado fuerza a su regreso, nadie sabía nada de ella por tres años y de repente regresa como si nada para inmiscuirse en sus vidas, Gina no está para nada feliz con todo esto, al principio le pareció divertido que se codeara con Moretti, no pensó que le afectará su regreso, al ser ella ahora la señora Russo sentía que su puesto y matrimonio estaban asegurados pero la noche del cumpleaños de Enrico le demostró que realmente no tenía nada por sentado, ni siquiera su status. 

Desde aquella fiesta el comportamiento de Valentino cambio, aunque era en su momento una persona fría y reservada, ahora era mucho más cortante a la hora de hablar, parecía estar molesto cuando le dirigían la palabra o de si estaba demasiado cerca suyo, para Gina la única culpable de esto era Roxanne, esa mujer arrogante estaba arruinando todo los avances que había tenido con Valentino, le daba rabia que todavía tuviera tanta influencia en el. Sentía que si no hacía algo con ella podría perder a su esposo, lo que le causaba un inmenso terror, el era el hombre de sus sueños, para Gina no había nadie mejor que Valentino Russo, un hombre guapo, formidable y recto, con un patrimonio económico impresionante, se negaba a perder semejante espécimen masculino porque estaba segura de que no existe nadie como él, negándose por completo a ver la realidad de su relación, a aceptar que su matrimonio nació muerto desde su concepción y que es la única que está viviendo la fantasía de una familia feliz y perfecta. 

Gina era quien se esforzaba por que esta relación se mantuviera en pie, para su suerte la relación funcionaba pero solo enfrente de las cámaras y sus colegas, dentro del cuarto las cosas eran diferentes, Valentino se a negado a tocarla desde que se casaron y mantiene su distancia  durmiendo en un cuarto separado, pero Gina está bien con todo esto, para ella es cuestión de tiempo para que Valentino se enamore, era consciente de su belleza y sensualidad, su buen carácter le daba más puntos, estaba seguro que él caería ante su amor, solo necesitaba deshacerse de los estorbos que le nublaban el juicio, la primera era Bianca y la segunda Roxanne.

-Preciosa, estás muy callada hoy ¿Te pasa algo? .- Dijo un hombre atractivo mientras la rodeaba con uno de sus brazos, Gina ante tanta presión se acostó en su pecho en forma de refugio. 

En los momentos en los que Gina no puede seguir soportando la frialdad de su esposo, la presión de su suegra o la carga de ser una madre, es cuando huye a los brazos de su amante, Renato Betti, un supermodelo con quien a trabajado múltiples veces en el pasado, él le da a Gina lo que Valentíno se niega a darle, muestras de afectos y pasión desenfrenada. 

-Se supone que la fiesta sería el momento perfecto para nosotros, para que todos vean la perfecta pareja que somos y esa mujer lo arruino, quisiera que volviera a ser una don nadie.- Decía molesta Gina. 

-Tranquila preciosa, pronto la dejarán como a todas, Moretti se aburre rápido de las mujeres y ella no será excepción.- Dijo entre risas.

-Si ¿Pero cuánto tiempo le tomará dejarla?.-

-Su relación más larga duró dos años, durará menos que eso.- Decía confiado Renato.

-No creo poder soportar esta situación más tiempo, necesito que terminen lo antes posible, no me queda más que hacer que las cosas se apresuren.- decía mientras se soltaba de Renato y sacaba su celular.- Veamos, el escándalo de infidelidad fue lo que la arruinó hagamos que vuelva a suceder ¿Aún hablas con Victor, Ren?.

-Por supuesto, trabajaremos juntos en una marca de lujo de ropa la próxima semana ¿Lo llamo?.-

-Todavía no, deja que me asegure primero.- Gina marco un numero en su celular y fue atendida.- Hola Lorenzo, necesito que hagas algo más por mi ¿Puede hacerlo?.-

Lorenzo Greco era el investigador privado que Gina contrata cada vez que necesita información de una persona pero no cualquier tipo de información sino la necesaria para acabar con alguien, Lorenzo es excelente para encontrar información incriminatoria que la gente suele ocultar del ojo público para mantener su imagen limpia, se especializa en encontrar cosas sucias de los ricos y famosos. Gina confía plenamente en él para que investigue a sus víctimas.

-Hola Gina, te estaba por llamar, acabo de conseguir  información muy especial acerca de Bianca Russo.- 

-¿¡Encontraste algo!? Sabía que esa mujer no podía borrar todo.- Dijo emocionada Gina.

-No fue nada fácil, esa mujer tiene experiencia en ocultar su rastro pero encontre algo investigando a su amigos, lo que me llevó a una laboratorio especializado en estudios de la sangre y genética, que es manejado por Julio Fabbri.-

-Es el padrino de Valentino, es medico o algo asi es normal que trabaje en ese lugar.- dijo decepcionada Gina.

-Por supuesto, la cosa aquí  es que al parecer es un secreto quien es el dueño del laboratorio, si lo buscas de forma normal no lo encontraras pero si lo buscas de forma legal verás que el laboratorio le pertenece a Bianca Russo.-

-¿Bianca dueña de un laboratorio? .- Cuestiono Gina, le parecía extraño que no lo supiera debido a la naturaleza parlante de Bianca. 

Gina comenzó a dar pasos hacia atrás en sus memorias más profundas para recordar si alguna vez le había hecho mención de esto, Bianca era una mujer presumida que le gustaba jactarse de todos sus bienes y negocios con los demás, Gina recuerda la mayoría de sus parloteos aburridos sobre sus grandes inversiones en bienes raíces pero nada de un laboratorio de ese tipo. Tampoco recordaba a Valentino contarle al respecto, él conoce todos los negocios de su madre, le aconseja cómo venderlos e invertir en ellos correctamente.

-Puede que Valentino no lo sepa.- Susurro para si misma, dándose cuenta que había encontrado algo.- ¡Lorenzo tienes que sacar todo lo que puedas de ese lugar! debe haber una razón por la que Bianca no lo mencione.- 

-Con gusto, mi lady, esta misma semana comenzaré a investigar a Fabbri y su trabajo en este lugar, trataré de no alargarme más de un mes pero no prometo nada.- 

-¡Espera Lorenzio! Antes de que comiences necesito que averigües algo por mi, necesito la agenda de Roxanne Salvatore fuera de su trabajo para una pequeña jugarreta.- Decía con un tono divertido Gina.

-Puedo hacerlo, te enviaré todo por mensaje cuando lo consiga.- Fue lo último que dijo Lorenzo antes de colgar.

-¿Al fin buenas noticias? .- preguntó Renato ante la enorme sonrisa de Gina, esta le entregó una risita animada en respuesta.

-Contacta con Victor, dile que tengo un pequeño trabajo para él.-  Después de mucho tiempo por fin Gina sentía que las cosas estaban saliendo bien para ella, solo necesitaba ser un poco más paciente para conseguir lo que quería, al final todo llegara a ella.

Su celular vibró en su mano varias veces seguidas, indicando que más de un mensaje entraron a su bandeja, todos provenían del mismo número que no estaba agendado en el celular de Gina, aun así fue capaz de reconocer a la persona que la contactaba y su rostro cambió por completo, como si hubiera mordido un limón, las comisuras de sus labios se contrajeron en señal de rechazo, el mensaje solo hizo que ese sentimiento fuera mayor.

"Gina.. 

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos, quisiera volver a verte de nuevo.

Por favor llámame de nuevo”

Negó con la cabeza con cada palabra que leía, era una persona de su pasado con la que había cortado contacto y no deseaba volver a retomar esa relación. Nerviosa bloqueó el número con la esperanza de no volver a recibir mensajes suyos otra vez, guardó su celular en su bolso y trató de olvidarse del asunto.

Volvió a concentrarse en las buenas noticias y en el ahora, su sensación de prematura victoria la llevó a buscar celebrarlo antes de tiempo con champagne, música y las apasionadas caricias de su amante.