Novela romántica basada en una historia de superación.
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CAPITULO 12
Nos sirvieron el almuerzo y ella me explico como era su forma de trabajar y la cantidad de casos que había ganado, admitió que era la primera vez que teína un caso como el mío, pero que estaba dispuesta a trabajar duro y eso es algo que le agradezco ya que esta dispuesta ayudarme sin cobrar, nos despedimos de ellos y una vez sola le pregunte Amanda, ya no podía con la curiosidad.
- Quiero saberlo todo, esa mujer parecía muy tranquila con tu presencia y hasta agradecida contigo y eso sí que es raro sabiendo que eres la ex de su esposo.
- Suspirando, te lo resumiré ellos se conocieron primero y cuando Alberto era mi novio se reencontraron por casualidad, él fue sincero y me dijo que ellos se amaban, pero las circunstancias los habían separado y quien era yo para meterme en medio de ese amor, me aleje del y le dije a ella que lo hiciera muy feliz pues es un hombre único.
- Wau, eso debió ser muy duro, ahora entiendo por qué sigues soltera, si antes te admiraba ahora te idolatro por dios mujer, renunciaste al amor de tu vida para que fuera feliz quien hace eso hoy en día.
- Una persona que sabe que el amor no se puede forzar y aunque él me dijo que me quería y podíamos seguirlo intentado yo no estaba dispuesta a recibir menos de lo que yo estaba brindando y por eso lo deje ir.
- Lo dicho, eres más buena de lo que aparentas, que te parece si te invito un trago aún tengo tiempo.
- Amiga es lo mejor que has dicho en todo el día.
Volvimos al restaurante, pero esta vez nos sentamos en el bar, ella pidió un whiskyi y yo una copa de vino, para mí era muy temprano para algo tan fuerte, se tomó dos tragos de golpe al parecer ver a su ex le afecto más de lo que ella quiso admitir, la note triste y tratando de aguantar el llanto.
- Amanda no te reprimas déjalo salir, de vez en cuando es bueno llorar.
- No quiero hacerlo, pero no te imaginas lo doloroso que es para mi verlo, aun lo amo.
Le di un abrazo fuerte y dejo salir esas lagrimas que tanto reprimió, después de unos momentos dejo de llorar y se tomo otro trago de golpe.
- Suficiente amiga, esta será la última vez que llore por ese hombre ya es momento que pase la página y me abra de nuevo al amor.
- Así se habla, creo que yo haré lo mismo, que te parece si después que salga de este lío tú y yo nos vayamos de citas.
- Es una promesa, no quiero que después te arrepientas.
- Te lo prometo, creo que yo también necesito abrirme de nuevo al amor.
Ya se nos había hecho tarde para volver a trabajar así que la deje a ella en su sede que estaba más cerca y luego me fui a la mía, todo parecía en orden, entre a mi oficina y busqué en mi bolso el número de Sofía, pensé un momento antes de marcar, suspiro y pongo el teléfono en alta voz.
- Hola, buenas quien habla.
- Soy yo Sofía.
- Hasta que te dignas a llamar, pensé que tendría que ir a buscarte a ese lugar donde trabajas.
- No vengas aquí, te llame para acordar una reunión, dime donde nos vemos mañana.
- Está bien, te enviaré la dirección a este número y nos vemos mañana en la mañana.
- Bien, nos vemos.
Colgué la llamada antes de que me dijera algo más, muerdo mi labio para recordarme que tengo que ser fuerte, ella aún me afecta y no puedo dejar que lo sepa, trate de concentrarme en el trabajo, me tomaré el día mañana.
Consciente de lo que me esperaba y tratando de controlar a mi amiga la ansiedad me vestí para la ocasión, escogí un conjunto entero de color negro y unos tacones que tenía a juego, es de los conjuntos más formales que tengo y me hacen lucir profesional y hermosa a la vez, verme en el espejo mejoro mi ánimo, mirándome me repetí por encima vez “PUEDO CON ESTO PORQUE SOY FUERTE, VALIENTE Y NO LE TEMO A NADA”.
- Mami que hermosa estás hoy, vas a una fiesta.
- No cariño, mamá tiene una reunión importante y quiso estar acorde a la ocasión.
- Me gusta mucho tu atuendo mami, puedo tener uno igual.
- Por su puesto, que te parece si este fin de semana te llevo de compras.
- Súper, mami es la mejor.
- Bueno, bueno, ya no más halagos y termina tu desayuno o llegaremos tarde a la escuela.
Deje a Estrella y conduje a la dirección que me envió Sofia, la abogada ya me esperaba en el lugar, la dirección era un casino del centro, con solo ver el lugar se puede deducir a que se dedica ahora, salude a Andrea e ingresamos al casino, pregunte a los guardias y me dijeron que su jefe nos esperaba en el quinto piso donde estaba su oficina, pero dijo que solo estaban esperando a una persona, le dije que éramos la dos o ninguna, el hombre hablo por la radio y parece que autorizaron la entrada de ambas.
- Te necesito concentrada Laia, recuerda que ella te busco, tu solo pregúntale que quiere, es importante que la mires a los ojos y le demuestres que no piensas ponerle las cosas fáciles, debe querer dinero y piensa que tu le darás lo que sea por no perder a la niña.
- Como estás tan segura, parece que su nuevo marido es dueño de este lugar.
- Lo dudo, confía en mí, no le digas que soy tu abogada a menos que sea necesario, solo déjala hablar.
- Bien, intentaré controlarme, pero cuando se trata de mi hija pierdo la cabeza.
- Hoy no puedes perder la cabeza, necesito a esa mujer que maneja una tienda que vende millones al año, esa que resuelve los problemas de otros a pesar que su vida este de cabeza.
Sus palabras me llegaron, deje de sudar y baje de ese ascensor con la frente en alto y una mirada sin emociones, por mi hija lo doy todo y soy capaz de enfrentarme a un león hambriento.