Zaira es una joven que creció alejada de todo y todos, únicamente con la compañía de la mujer a la que considera su madre, pero a pesar de su aislamiento, Zaira siempre supo quién era y cuál era su propósito en la vida, y la joven está más que dispuesta a llevarlo a cabo.
Uniendo así su destino con los otros tres elegidos, Zaira deberá de derrotar al malvado dios Daotan, quién solo busca la destrucción del mundo, esta misión la llevara por un camino desconocido y lleno de peligros, un camino que no recorrerá sola, puesto que a su lado, lo quiera o no, estará un hombre que desde su nacimiento siempre supo que Zaira era su destino, y la ayudara aunque ella no lo desee.
Esta es la tercera historia de la tetralogía “Los 4 Guerreros de los Elementos”.
La primera historia es “El Guerrero de la Tierra”
Y la segunda historia es “La Guerrera del Aire”
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Capítulo 6
NARRADOR
Después del exilio de la princesa, las cosas dentro del palacio se calmaron, Beck rápidamente subió a su amada al trono, como su reina, y Kendra con el tiempo perdono a su esposo por lo que le había hecho a Jenna, y tan solo unos meses después la pareja ya actuaba como si nada hubiera pasado.
Por su parte, Jordán, nunca perdono a su padre, y su relación se volvió estrictamente profesional, mientras que con su madre, si bien tenía una mejor relación que con su padre, su actuar dejo mucho que desear en el chico, quien poco a poco se fue distanciando de ella.
El tiempo pasó, y después de pelear, contra algunos nobles, contra su mismo padre, y otras personas más, que estaba en contra de su matrimonio con Beverly, al fin la pareja se casó y poco tiempo Beverly quedo embarazada, dando así a luz al príncipe Kai, pero a pesar de que la pareja de príncipes herederos eran los que prácticamente gobernaban, puesto que el rey desatendió todo su trabajo para dejárselo a su hijo, y la reina demostró desde un principio no estar capacitada para ese puesto, el rey Beck se negaba darle la corona a su hijo, puesto que sabía de las intenciones que este tenía de traer de regreso a Jenna, y, a pesar de haber pasado ya tantos años, el rey Beck aún la consideraba una amenaza.
- Ese maldito no quiere darme el trono, pero bueno, si no me lo da por las buenas será por las malas – le dijo Jordán a Moisés, quien se había convertido en su mejor amigo desde lo ocurrido con Jenna.
- ¿usarás eso? – le pregunto Moisés a su amigo.
- Si no me deja más opción, sí.
En estos años, Jordán había conseguido pruebas de diversos desvíos de fondos que habían hecho algunos nobles con ayuda indirecta de su padre, puesto que el rey Beck era tan estúpido, que confiaba en todo lo que le dijeran aquellas personas que él consideraba de “confianza”, que no eran más que aduladores, y por esa razón está involucrado en asuntos un tanto turbios, y si tenía que sacarlo a luz para bajarlo del trono lo haría, solo tenía que encontrar el momento indicado para hacerlo.
El momento que Jordán estaba esperando llego solo unos meses después, cuando una tragedia ocurrió en el reino del Agua, el actual duque Maxwell Itsi, junto a su esposa, habían sido atacados y asesinados por un grupo de bandidos, y su hija, tan solo una bebe de un año estaba desaparecida.
- Lo que le paso a mi hermano y a su familia sin duda fue una tragedia, así que yo, con todo el dolor de mi corazón ocuparé su puesto, este antes era mío, así que estoy más que preparado para hacerme cargo del ducado, además con la muerte de mi adorable sobrina, es más que obvio que ahora mi hija es la nueva gran Koi, y la prepararé correctamente para que tome el lugar que le pertenece – hablo el Marqués Malek, el hermano del difunto duque Maxwell.
La verdad es que sus palabras no fueron del agrado de Jordán, puesto que por más que lo fingiera, el marqués no parecía ni un poco afectado por la muerte de su hermano, ni mucho menos por la de su sobrina.
- Tiene razón, Marqués Malek, es una verdadera tragedia, y estoy seguro de que hará un trabajo excelente a partir de ahora – le dijo el rey, y Jordán no podía dar crédito de las palabras de su padre, si bien no tenía pruebas, su instinto le decía que el Marqués Malek estaba relacionado con la muerte de su hermano.
- El Marqués no puede tomar el puesto de duque, él ya tiene un territorio que cuidar, territorio que por cierto, no es tan próspero como no los quiere hacer creer, si no puede con un marquesado, que por cierto no es tan grande, que nos indica que podrá con un ducado que supera y por mucho el territorio que administra actualmente, además de que la hija del difunto duque Maxwell, no está muerta, está desaparecida, y como la legítima heredera, es la única que puede decidir si dejarle el ducado a alguien más – hablo Jordán frente a todos los presentes, y muchos se mostraron de acuerdo con el príncipe.
- Pero que tonterías dices, mi sobrina es una bebe, ella seguramente ya está muerta – dice el Marqués, apretando los dientes, puesto que está más que molesto, había hecho demasiado para volver a obtener el título de duque, y al parecer el príncipe ese pensaba arrebatárselo.
- Eso no puede saberlo, ella es la elegida por el dios Kaayo, este no permitiría que le pasara algo, además, ¿acoso ya olvidaron las palabras de la oráculo?, “A veces los más frágiles, son los más fuertes”, estoy seguro de que la joven Itsi está con vida, y cuando sea el momento ella volverá – hablo una vez más Jordán.
- Esto es una estupidez, esa mocosa está muerta – grita el marqués Malek.
- ¿Cómo está tan seguro?, ¿acaso usted sabe algo que nosotros? – le pregunta Jordán, a lo que el marqués no tiene más opción que guardar silencio, tanto trabajo para nada.
- Bueno ya está resuelto, el manejo del ducado estará a cargo de la anterior Duquesa, Cary Itsi, y se iniciará una búsqueda para encontrar a la hija de los difuntos duques, esta sesión ha terminado, pueden retirarse – les hablo Jordán a todos los presentes, que uno a uno se fueron retirando, quedando solos el rey y su hijo.
- Jordán, ¿Qué fue eso?, yo soy el rey, yo soy quien toma las decisiones, y me contradijiste frente a todos – le dijo el rey a su hijo, puesto que este tipo de situaciones cada vez se volvían más comunes, y causaban el enojo del monarca, quien sentía que su hijo, comenzaba a actuar como su exesposa, creyéndose superior a él todo el tiempo.
- Solo eres el rey de nombre, porque el que hace todo por aquí soy yo, padre, creo que es momento de que me dejes el trono – le dijo Jordán a su padre.
- No, aún no estás preparado de ser rey.
- ¿y tú sí? – le pregunto Jordán a su padre, mientras le arrojaba unos papeles.
- ¿Qué es esto? – pregunto el rey, tomando los papales y leyendo su contenido, y al leer lo que había en ellos su rostro palideció.
- Estos hombres son criminales contra el reino, y tu su mejor cómplice, y si no quieres ser condenado junto con ellos, abdicarás a mi favor – le dijo Jordán a su padre, para luego salir de allí, dejándolo solo.
Sin más opciones, el rey Beck, le dio la corona a su hijo, quien impedientemente después de su coronación, arresto y enjuicio a todos y cada uno de los nobles corruptos, mientras que a su padre, simplemente le quito parte de sus ingresos como ex rey, puesto que si bien era cómplice, Jordán sabía que solo cayó presa de su propia estupidez y no porque en verdad quisiera perjudicar a alguien, por lo que mintió diciendo que su padre ayudo al arresto de dichos nobles, reduciendo así su sentencia, este fue el último acto de cariño hacia su padre que el joven haría, puesto que después de eso, para Jordán, su padre ya estaba muerto.
Jordán estaba tan ocupado, arreglado el desastre de su padre, y buscando a la pequeña Itsi, que no noto que desde hacía un tiempo no había recibió una carta de su hermana, esta falta de noticias lo asusto mucho, puesto que temía que algo le hubiera pasado, por lo que inmediatamente levanto la condena contra su hermana y mando un grupo a buscarla, pero así como con la pequeña perdida, no recibía noticias que siquiera dieran un indicio de su paradero, y sabía que preguntarle a su padre, era una pérdida de tiempo, él nunca le diría, y las pocas personas que lo sabían, tampoco hablarían, así que solo le queda esperar, esperar a encontrarlas, o en el caso de su hermana, esperar a recibir noticias de ella, que lo ayudaran a encontrarla.