Esta es la historia de un par de chicas que descubren que es el amor, además que este, viene en diferentes prestaciones...Como lo es, la familia, amigos, pareja y más, porque no todo es color de rosa, como lo pintan en las novelas cursis o trilladas...Vamos, te invito a emprender esta nueva aventura conmigo, de las hermanas Prottis, su vida, aciertos, así como también equivocaciones y por qué no, el amor...
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Capítulo 13
_ Ya te dije que no seas ridícula Andreina, la doctora Prottis no tiene nada que ver en todo esto y si fuera el caso, no sería tu maldito asunto porque yo no tengo ningún compromiso contigo, nunca lo tuve, fue solo sexo…
Al ver que no lograba convencerme, sale con la peor estupidez del día
_ ¡Estoy embarazada!
Logrando enfurecerme aún más, acabando con la inexistente paciencia que me quedaba
_ Tu embarazada, muchas felicidades, mis felicitaciones al futuro padre…
Me mira con odio
_Es tu bebé Edward…
Toco mi frente con algo de desesperación y con unas ganas infinitas de retorcerle el cuello ante la semejante idiotez que acaba de decir…
_Mira mujer si crees que por decir esa estupidez y empezar a llorar, creíste que algo cambia, te puedo asegurar que no... ¿Quién crees que soy, un idiota mocoso, que nunca ha estado con una mujercita como tú? ¡No seas ilusa! ¿Creíste que por decir esa total pendejada te convertiría en la señora Evans? Se te olvido que en los escasos tres encuentros sexuales que tuvimos yo nunca estuve en ninguno de ellos sin usar protección desde el primer momento y de eso hace más de seis meses…No estás ni tibia en tus estúpidos pensamientos, pero tranquila, súbete al auto, te llevo a un lugar para que te hagan un ultrasonido ¿Veo que no sacaste bien las
cuentas? Han pasado más de seis meses desde lo última vez que estuvimos juntos ¡Sí, es que estas embarazada!¡Créeme no es mío! Además, ya para el drama, que ese papelito no te queda bien y ya no te avergüences más, porque yo ya me voy de aquí…
Trata de sujetarme gritando como una verdadera desquiciada
_ Edward me las vas a pagar, tú y esa maldita perra, te lo aseguro por lo más sagrado
_ Desde cuándo tan religiosa, que ni se te ocurra meterte con Alina o no respondo de mí, me oyes…quedas advertida Andreina
_ Me las van a pagar…los dos
No dejo que me toque ni una vez más
_ Mira no me gusta que me amenacen, el sexo consensuado no es un delito yo no te obligue a nada, sino me equivoco fuiste tú la que andaba muy urgida detrás de mí, hasta que me revolqué contigo, así que es mejor que dejes esa terrible historia de drama que te hiciste en tu jodida cabeza, porque me fastidias
_ Edward te lo juro que me las vas a pagar…
_ ¡Cómo sea!, solo te advierto una cosa más, si quieres conservar tu trabajo, te olvidas de los revolcones y haces bien tus obligaciones porque si me entero de que pasa algo, hasta lo más mínimo, estás fuera de mi empresa. Te queda claro
Subo a mi auto, realmente molesto con todo el circo romano que me monto esta mujer, mientras voy hablando solo como un completo lunático...
_En que momento me metí con esa chiflada, que imbécil soy, me deberían dar el premio al más imbécil de los imbéciles, golpeando el volante con furia, como si el tuviera la culpa de mis desaciertos lujuriosos…Por qué tenía que ser tan corriente, quien me manda a mí a pensar con la cabeza equivocada, ni que ella hubiese estado tan buena, he estado con mujeres mucho mejores, soy un verdadero animal, carajo…No me explico en que rayos estaba pensando cuando me enrede con una mujer como Andreina, no puedo entender ¡Carajo! Sí, es cierto que soy un mujeriego empedernido y eso nunca lo he negado, hasta me siento muy orgulloso de tener un largo historial de batallas entre las sábanas, pero sexo es sexo, no más, ¡Qué imbécil soy!, en qué demonios está pensando para auto sabotearme así con un elemento como este; vaya fichita resulto, amenazarme a mí, Edward Evans o amenazar con hacerle daño a Alina e inventar un falso embarazo, a sabiendas de que tengo más de seis meses de no ponerle un dedo encima, como si yo no tuviese la suficiente experiencia en el tema del sexo casual ¿Qué clase de hombre ingenuo pensó que era yo? Lo peor es que no me sorprende lo oportunista que podía ser, que solo andaba en búsqueda de posición social y dinero por tanta majadería al hostigarme...Maldición, en que mierda estaba pensando, es cierto que no soy ningún santo, pero esta vez se me fue la mano. Golpeo nuevamente el volante, con gran furia recorriendo todo mi cuerpo, pero no por culpabilidad eso jamás, ni
cosa parecida, mientras se intensifica este jodido dolor de cabeza...
Continué manejando que me hervía la sangre, como una langosta al vapor, hasta que por fin llegué a mi casa, con la rabia como la de un perro que bota babas envenenado, me afloje la corbata que sentía como si me estuviese ahorcando, tire el saco sobre un mueble y me serví un wisky doble en las rocas, luego otro, luego no me di cuenta en qué momento llamé a la doctora Prottis…
_ Hola hermosa
_ ¡Edward!...
_ ¿Estás ocupada?
_ Un poco, sí, pero dime, pasa algo…
_ Puedes venir a mi casa
_ ¿Te encuentras bien?
_ Puedes venir, porque creo que voy a explotar en cualquier momento, por este maldito dolor de cabeza que me está matando…
_ Espera, te sientes mal…
_ ¡Sí! ¡Sí! Siento una fuerte presión en el pecho y un jodido dolor de cabeza…
_Ok, mándame la dirección ya salgo para allá…
**Alina **
Me encuentro en la clínica terminando de completar unos archivos cuando escucho mi celular vibrar, al revisarlo veo que es una llamada de Edward lo cual me sorprende un poco pues hoy no quedamos en vernos,
aunque es cierto que hemos estado salido mucho en estos seis meses, no ha sido nada de índole romántico, aunque no pudo negar que me gusta mucho su compañía, pues es un hombre muy atractivo, gracioso, atento, caballeroso, pero también un mujeriego empedernido; cuando me dijo que no se sentía bien me preocupó por lo que deje lo que estaba haciendo para dirigirme a la dirección que me envió
Llego casi a las siete de la noche, se abre la reja dejándome entrar. Me bajo de mi auto con el maletín con lo necesario para atender a un paciente, me próximo a la puerta y esta se abre dejándome verlo, vestido con un pantalón oscuro, con la camisa medio abierta y la corbata suelta cayendo a los lados sobre sus hombros, mientras tiene una mano en su bolsillo y la otra sosteniendo un vaso con licor, por lo que es un poco obvio que ha estado bebiendo…
Entro sin distraerme de lo que podría ser una emergencia pues me dijo que sentía una presión en su pecho, aunque él es un hombre realmente hermoso, además de seductor, que puede medir como 1:87cm,
con una preciosa cara angelical, que parece de porcelana fina, su cabello es negro azabache, lacio que parece muy sedoso, sus cejas son abundantes perfectamente acomodadas, con una mirada penetrante, con unos ojos color gris azulados, cubiertos con unas pestañas largas, curveadas, su nariz es perfilada, mandíbula masculina, tez blanca; además de estar usando un perfume exquisito que enciende las hormonas femeninas…Me concentro bien en mi función como médico
_Edward como se te ocurre estar bebiendo si no te sientes bien…Quitando el vaso de su mano
Cuando escucho su voz ronca invitándome a pasar, luego se inclinó para besar mi mejilla causando escalofríos en todo mi cuerpo al ayudarme con el abrigo
_ Qué bueno que viniste doctora…
Sin apartar su mira de mí, como un tiburón en cacería, entro para colocar el vaso sobre una mesa cerca de la entrada
_ Tú me llamaste porque no te sentías bien ya lo olvidaste, dime Edward que sientes…
_ Quieres tomar algo…
_Vamos concéntrate, que es lo que sientes Edward…
Llevándolo a un sillón para que tomara asiento y empezar a revisar sus signos vitales
_Siempre es usted así preocupona doctorcita…
Acariciando mi mejilla