Beatriz Salinas, conocida como Bea, asume con entusiasmo la vida; sin embargo, pronto su vida cambiará de un momento a otro y una vorágine de emociones, sentimientos y acontecimientos la podrían llevar a conocer al verdadero amor.
Bea desconoce que tras ella existe una persona obsesionada con acabar con su existencia; y que la vida perfecta que creía tener se puede desmoronar en cualquier momento.
¿Podrá Bea liberarse de quien quiere lastimarla?
¿Podrá Bea reconocer el amor de su vida en medio del caos que se avecina?
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24. Entre criminales
Bruno ha recibido un mensaje de Roberto Correa. El ex novio de Bea, está furioso, el atacante se ha atrevido a amenazarlo con delatarlo si no lo ayuda a salir libre. Así que tiene un plan para callarlo, pero si no resulta deberá exterminarlo, el menor de los Alcazar sabe que su familia jamás le perdonará un escándalo como ese.
En la prisión, Roberto está en una esquina del patio de la cárcel, su familia está pagando su protección, pero la fuerte suma de dinero que unos criminales acaban de recibir de Bruno, ha permitido que dejen solo a Roberto por algunos minutos, así que uno de los reclusos se le acerca, se sienta a su costado y le enseña una navaja, Roberto se asusta, mira a todos lados buscando a sus protectores, pero se da cuenta de que está solo.
- "Pendejo si hablas del corredor estás muerto, así que mantén tu puta boca cerrada, #$#", dijo el recluso, haciendo bailar la navaja en sus manos para luego ser incrustada en el abdomen de Roberto, quien se retuerce en el suelo; pese a que no ha sido muy profundo.
El recluso se aleja, minutos más tarde, recogen a Roberto y lo llevan a la enfermería, tenía en claro quien había mandado el mensaje, por ahora no podía hacer nada para delatar a Bruno, pero si creía que eso iba a quedar así, estaba muy equivocado.
Por otro lado, Bea se ha ido al área de personal del Bufete a consultar si aún estaban buscando una secretaria, le afirmaron que en efecto no habían conseguido, porque el jefe del departamento era un viejo renegón que vetaba a cada una de las que habían mandado; el doctor Humberto Rivero no parecía congeniar con las jóvenes que le habían mandado, porque pasaban más tiempo tratando de ligar a un abogado y/o en el móvil que en el trabajo; necesitaba a alguien más atento a las labores del área.
Beatriz dejó la hoja de vida de Liliana, y pidió una oportunidad para ella; antes de que se tuviera que encargar de su sobrino, la amiga de su hermano había trabajado en un par de empresas, y con lo que necesitaba obtener en empleo, sabía que se iba a esforzar.
Cuando Bea salió de la oficina de recursos humanos y se disponía a tomar el ascensor, se encontró con Adrián Valdez, ella saludó amablemente y se puso a un costado para que el director del bufete avanzara sin problemas.
- "Sube, Bea, entiendo que vamos al mismo piso", dijo Adrián.
Bea dio una pequeña sonrisa y subió, normalmente el jefe siempre mantenía la distancia con los empleados de la firma, pero está vez él avanzó un paso y rápidamente se posicionó cerca de ella, lo que le sorprendió.
- "Siento si te asusté; pero me dijeron que tuviste un golpe realmente fuerte en el rostro, pero sigue luciendo igual de bello", expresó Adrián.
Bea retrocedió, chocando su espalda contra la pared, el ataque la había dejado más nerviosa que nunca. Adrián sonrió, la podía mirar con más detenimiento y definitivamente era una mujer hermosa, del tipo que a él le gustaba.
- "Ha pasado tiempo y las secuelas han desaparecido", dijo Bea, poniendo más seria la mirada.
Adrián pone su mano en la pared del ascensor, no le gustaba que ella se pusiera así, él parecía creer que bastaba que él abordara a alguien para que la mujer aceptara sus coqueteos, pero Bea no mostraba ningún interés en él.
Las puertas se abren y Kevin se encuentra con la escena. Bea aprovecha para salir del ascensor, le incomodó la situación y más aún que Kevin se hiciera una idea equivocada, pero no tenía más opción que avanzar y alejarse.
Kevin le puso una mirada asesina a Adrián; quien quiso salir del ascensor, pero su sobrino lo empujó hacia dentro y luego, cerró la puerta del elevador, para luego presionar el botón de no interrumpir.
- "Si a ella le gustaras no haría absolutamente nada, sería su decisión y no podría cambiarla; pero es obvio que no está interesada en ti, sin embargo, como zorro viejo estás detrás de ella, con ninguna buena intención. Te advierto algo, Adrián, te pasas de listo con ella y te destruyo, lo juro", expresó Kevin, llevando a Adrián hasta el fondo del ascensor.
- "Parece que tú no entiendes que ella jamás será alguien que la familia acepte para ti, deja de preocuparte por ella", dijo Adrián acomodándose la camisa que le habían arrugado.
- "Sabes qué es lo que pasa cuando me dices eso, me animo a ganar su corazón, si me detengo es porque quiero lo mejor para ella y tú no la vas a arruinar, no me obliguen a tomar control de todo y enseñarles lo que es realmente estar en el infierno", manifestó Kevin; presionando el botón para salir.
Adrián hizo una mueca molesta, era molesto recibir la amenaza de alguien, que para él se creía demasiado.