Valeria, una mujer que, tras una ruptura dolorosa, busca redescubrir su confianza y deseos más profundos. Al mudarse a una nueva ciudad para empezar de nuevo, encuentra a Mateo, un hombre enigmático y apasionado que se convierte en su vecino.
A primera vista, Mateo parece ser el tipo de hombre que desafía todas las normas y expectativas. Su vida está llena de secretos, y su atracción hacia Valeria es intensa e innegable. A medida que su relación evoluciona, Valeria debe confrontar sus propios miedos y deseos reprimidos mientras explora una conexión que desafía sus límites y redefine su comprensión del amor y la pasión.
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Capitulo 13: Entre La Razón Y El Deseo
Valeria y Mateo estaban más unidos que nunca después de superar los desafíos recientes. Sin embargo, la vida tenía una forma de presentar nuevos obstáculos cuando menos lo esperaban. Este nuevo capítulo de sus vidas los llevaría a enfrentar las tensiones entre la razón y el deseo.
Un viernes por la noche, Valeria y Mateo asistieron a una fiesta organizada por el trabajo de Mateo. La fiesta estaba llena de colegas y ejecutivos de alto nivel, y Mateo estaba decidido a causar una buena impresión.
Valeria llevaba un elegante vestido negro que resaltaba su figura. Mientras caminaban entre la multitud, notó cómo varias personas miraban a Mateo con respeto y admiración. Sin embargo, una mujer en particular, Carla, parecía tener una atención especial hacia él.
—Mateo, es un placer verte aquí —dijo Carla, una ejecutiva de su empresa, con una sonrisa que Valeria percibió como algo más que profesional.
—Carla, me alegra verte. Déjame presentarte a Valeria, mi novia —respondió Mateo, poniendo un brazo protector alrededor de Valeria.
Carla saludó a Valeria con una sonrisa, pero había algo en su mirada que la hizo sentir incómoda.
—Un placer, Valeria. Mateo me ha hablado mucho de ti —dijo Carla, con un tono que dejaba entrever cierta rivalidad.
A medida que la noche avanzaba, Valeria no pudo evitar notar cómo Carla buscaba cualquier oportunidad para estar cerca de Mateo, riendo de sus chistes y tocando su brazo de vez en cuando. Valeria sentía una mezcla de celos y frustración, tratando de mantener la calma.
Más tarde, esa noche, mientras volvían a casa, Valeria no pudo contener más sus sentimientos.
—Mateo, ¿quién es exactamente Carla? —preguntó, tratando de sonar casual.
Mateo suspiró, entendiendo la raíz de su pregunta.
—Carla es una colega de trabajo, una ejecutiva importante. Sé que puede parecer que hay algo más, pero te aseguro que no es así. Eres tú a quien amo, Valeria.
Valeria quería creerle, pero la inseguridad seguía ahí.
—Confío en ti, Mateo. Pero no puedo evitar sentirme incómoda cuando veo cómo se comporta ella contigo.
Mateo tomó sus manos, mirándola a los ojos con seriedad.
—Lo entiendo, y lamento que te sientas así. Prometo que hablaré con Carla y dejaré claro que nuestras interacciones deben ser estrictamente profesionales.
Valeria asintió, sintiéndose un poco más aliviada.
—Gracias, Mateo. Eso significaría mucho para mí.
Los días siguientes, Mateo se aseguró de mantener su promesa. Sus interacciones con Carla fueron estrictamente profesionales, y se encargó de incluir a Valeria en todas las conversaciones sobre su trabajo.
Sin embargo, la tensión entre la razón y el deseo continuaba. Valeria se encontró luchando con sus propios sentimientos, tratando de equilibrar su amor por Mateo con los celos y la inseguridad que la situación había provocado.
Una tarde, mientras Valeria trabajaba en su estudio, recibió un mensaje inesperado de Carla.
—Hola, Valeria. Me gustaría hablar contigo. ¿Podemos encontrarnos para un café?
Valeria dudó por un momento, pero decidió aceptar. Era mejor enfrentar la situación directamente.
Se encontraron en una pequeña cafetería. Carla llegó primero, con una expresión serena pero decidida.
—Gracias por venir, Valeria. Quería aclarar algunas cosas —comenzó Carla, tomando un sorbo de su café.
Valeria la miró, esperando.
—Sé que he podido parecer demasiado cercana a Mateo, y lamento si te hice sentir incómoda. No era mi intención. Mateo es un gran colega, y lo respeto mucho. Pero quiero que sepas que no hay nada más entre nosotros.
Valeria sintió una mezcla de alivio y escepticismo.
—Gracias por decírmelo, Carla. Solo quiero que todo sea claro y que no haya malentendidos.
Carla asintió, con una expresión sincera.
—Lo entiendo. Y prometo que respetaré completamente tu relación con Mateo. Es evidente que ambos se aman mucho.
Valeria sonrió, sintiéndose más ligera.
—Gracias, Carla. Aprecio tu sinceridad.
Al regresar a casa, Valeria se sentía más tranquila. Sabía que aún habría desafíos, pero enfrentarlos con honestidad y comunicación era clave para mantener su relación fuerte.
Esa noche, mientras estaban acostados, Mateo abrazó a Valeria y le susurró al oído:
—Gracias por confiar en mí. Juntos, podemos superar cualquier cosa.
Valeria sonrió, acurrucándose más cerca de él.
—Siempre, Mateo. Siempre.
A medida que Valeria y Mateo continuaban navegando por los desafíos que su relación enfrentaba, ambos se dieron cuenta de que era crucial mantener la comunicación abierta y honesta. Sin embargo, la vida seguía presentando nuevos obstáculos que ponían a prueba su compromiso y atracción mutua.
Una tarde, mientras Valeria estaba en el trabajo, recibió una llamada inesperada de Mateo. La preocupación en su voz era palpable.
—Valeria, necesito hablar contigo. Algo ha surgido en el trabajo y no estoy seguro de cómo manejarlo.
Valeria sintió un nudo en el estómago al escuchar la preocupación de Mateo.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien?
—Es sobre el nuevo proyecto que me han asignado. Implica viajar mucho más de lo previsto, y no estoy seguro de cómo eso afectará nuestra relación. Además, me están ofreciendo una oportunidad para una promoción importante, pero eso significaría menos tiempo juntos.
Valeria se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Sabía que este tipo de oportunidades eran cruciales para Mateo, pero también entendía que podría impactar negativamente en su relación.
—Mateo, entiendo lo importante que es esta oportunidad para ti. Pero necesitamos encontrar un equilibrio. ¿Podemos sentarnos y hablar sobre cómo manejar esto juntos?
—Claro, me gustaría mucho eso. Quiero encontrar una solución que funcione para los dos.
Esa noche, después del trabajo, Valeria y Mateo se sentaron en su sala de estar, enfrentando la realidad de la situación. Mateo explicó los detalles del proyecto y la promoción, y Valeria escuchó atentamente.
—Lo que más me preocupa es cómo esto afectará nuestro tiempo juntos —dijo Mateo, con una expresión de preocupación en su rostro.
Valeria asintió, comprendiendo.
—Lo entiendo. Pero creo que podemos encontrar una manera de manejarlo. Tal vez podríamos planificar nuestros tiempos juntos con anticipación, asegurarnos de que siempre haya momentos para nosotros en medio del caos.
Mateo sonrió, aliviado por el apoyo de Valeria.
—Eso suena bien. Y también puedo intentar delegar algunas tareas para tener más tiempo libre.
Ambos se comprometieron a mantener una comunicación abierta y a hacer un esfuerzo consciente para equilibrar sus responsabilidades laborales y personales. Sabían que el deseo y la atracción entre ellos eran fuertes, pero era fundamental respaldarlos con una base sólida de confianza y compromiso.
A medida que pasaban las semanas, Valeria y Mateo comenzaron a implementar sus planes. Reservaban fines de semana para escapadas cortas y establecían noches de cita regulares, sin importar lo ocupado que estuviera Mateo. Estos pequeños esfuerzos ayudaron a mantener viva la chispa en su relación, a pesar de los desafíos.
Una noche, mientras disfrutaban de una cena a la luz de las velas en casa, Mateo miró a Valeria con una sonrisa.
—Gracias por estar siempre a mi lado. Aprecio todo lo que haces para que nuestra relación funcione, incluso cuando las cosas se complican.
Valeria le devolvió la sonrisa, sintiendo una profunda conexión.
—Lo haría una y otra vez, Mateo. Lo que tenemos es especial, y estoy dispuesta a luchar por ello.
Después de la cena, se acomodaron en el sofá, disfrutando de la comodidad de estar juntos sin preocupaciones inmediatas. Mateo rodeó a Valeria con su brazo, sintiendo una paz que solo su presencia podía proporcionar.
—¿Sabes? A veces me sorprendo de lo lejos que hemos llegado. No importa cuánto enfrentemos, siempre encontramos una manera de salir adelante.
Valeria asintió, acariciando su brazo.
—Sí, es verdad. Y lo haremos siempre. Nuestro amor y deseo por estar juntos nos dan la fuerza para superar cualquier cosa.
Mientras se acurrucaban en el sofá, Valeria y Mateo sabían que, aunque los desafíos de la atracción y la vida en general eran inevitables, su amor y compromiso mutuo eran la clave para superar cualquier obstáculo.