En un mundo lleno de magia, Aarón es un joven que vive en un pequeño pueblo con su familia, el solo desea tener una vida como la de sus padres, encontrar a una mujer a la cual amar y que lo ame y tener una hermosa familia, ya que si bien ellos no son ricos, ni viven en grandes mansiones, tienen lo suficiente para vivir una buena vida y ser felices, pero todos sus planes cambian cuando descubre que él es el portador de un poder antiguo y que sus destino esta entrelazado al de otras tres personas, quienes juntos deberán salvar su mundo del dios Daotan, un dios maligno que solo busca el dolor y la muerte de todos los seres vivos.
En el camino por dominar sus nuevos poderes y comprender su nuevo papel, Aarón descubrirá que el amor no está descartado de su vida y talvez sea ella a quien necesité para poder lograr su destino.
Esta es la primera historia de la tetralogía Los 4 Guerreros de los Elementos
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Capítulo 13
NARRADOR
Tal y como predijeron el viaje duro un total de 6 días, en los que se aseguraron de llegar a los poblados que había en el camino, para pasar la noche y no pasar tanto tiempo a la intemperie, ya que no querían arriesgarse a ser atacados, puesto que la familia sería un blanco fácil y si algo les llegará a pasar, esto causaría un descontrol en Aaron, quien aunque ya dominaba mejor su magia, si la usaba demasiado podría tener otro colapso, puesto que aún no se acostumbraba a su nuevo poder.
Durante todo el camino, por decisión unánime, Aaron uso una capucha para que nadie viera sus cuernos, por el momento era mejor guardar el secreto, también Jorge le enseño a ocultar su rastro mágico, de esa manera nadie podía sentir su poder, ya que al ser este tan enorme alertaría a cualquiera de su presencia.
Ya a punto de caer la noche del sexto día, llegaron al ducado Tero, donde fueron recibidos por otros caballeros, quienes fueron los que se encargaron de los caballos, mientras que sus compañeros se retiraban a descansar, también salieron unos cuantos sirvientes para atender a su señorito, y se sorprendieron al verlo acompañado de una familia de plebeyos, pero quien más llamaba la atención era aquel que ocultaba su rostro bajo una capucha.
- Sonia, avísale a mi padre y a mi madre de mi llegada, y diles que necesito hablar con ellos, los esperaré en el salón blanco, también manda a preparar 4 habitaciones para mis invitados – le ordena Jorge a una de las sirvientas que había salido a recibirlo.
- Si mi señor – le contesto la joven y partió a realizar lo que se le había ordenado
- Acompáñenme, iremos al salón blanco, allí los presentaré a mis padres y buscaremos la mejor manera para manejar esta situación - les dice Jorge a Aaron y a su familia, quienes asienten.
Los 6 se adentran a la enorme mansión, la cual dejó fascinados a 5 de ellos, quienes nunca habían estado en un lugar así, pero la más encantada era Afra, quien, en sus ojos infantiles, aquel lugar era un palacio de cuento.
- Mira mami, las paredes brillan – decía la niña señalando los adornos de oro en estas.
La ilusión en los ojos de la pequeña enterneció a más de uno, y no solo a quienes la acompañaban, sino también a los sirvientes con los que se cruzaban. Indudablemente, Afra era encantadora, y causaba en las personas a su alrededor una gran ternura.
Al llegar al salón blanco, la familia entendió el porqué de ese nombre, si bien la habitación tenía varios colores, muchos de ellos en tonos muy vivos y brillantes, el color que predominaba en la habitación era el blanco.
- Adelante tomen asiento, mis padres no tardará en llegar – les dice Jorge
Una vez acomodados no tardó en que llegaran los padres de Jorge, la pareja ducal rondaba por los 40 años, al igual que los padres de Aaron, el duque era una versión mayor de su hijo, lo único que los diferenciaba era el tono del cabello, ya que el del duque era de un todo gris oscuro, y no verde como el de su hijo y esposa, mientras que la duquesa, casi no compartía rasgo con su hijo, más que el color del cabello, tenía una piel blanca y unos ojos de color verde pasto, que la hacían lucir sumamente hermosa, otra diferencian que tenía con su esposo e hijo, era su mirada, la cual en vez de inspirar algo de temor, inspiraba ternura.
- Me alegra tanto que hayas vuelto, estaba preocupada – dice la duquesa Aurora, quien no duda en abrazar a su hijo, ignorando a todo los presentes
- Estoy bien madre – le dice Jorge mientras se separa de ella con una sonrisa
- Cariño, no estamos solos – le dice su esposo, quien ya había reparado en los invitados.
El duque Tero no dejaba de mirar al señor Arlo, debido a su parecido con el duque Kasar, ni a Aaron, quien aún se ocultaba bajo una capucha.
- Una disculpa por mu actitud – les dice la duquesa Aurora a los invitados y queda igual de impresionada que su marido por los visitantes
- Jorge, hijo, ¿Quiénes son ellos? – le pregunta su padre, a lo que Jorge invita a sus padres a sentarse antes de hablar.
- Padre, hemos sido engañados todo este tiempo, y estas personas son prueba de ello – le dice Jorge a su padre, quien mira extrañado a su hijo, ya que no entiende de lo que habla.
Jorge ante la mirada confundida de su padre y le hace una seña a Aaron para que este no solo se retire la capucha, sino para que también libere su poder, algo que el chico hace al instante, dejando sin palabras a la pareja ducal, quienes no deja de ver, impresionados, a Aaron
- Pero ¿Cómo?
- El duque Knox no es el primogénito de su familia, soy yo, nací casi un año antes que el actual duque – les contesta Arlo, quien capta la atención de los duques, para la pareja, su parecido con aquella familia, ahora tenía sentido.
- ¿Cómo sucedió esto? – pregunta el duque realmente confundido
- Es algo delicado, padre – le dice Jorge mientras señala con la cabeza a Afra, por lo que el duque comprende rápidamente que es algo que no pueden hablar frente a la niña
- Está bien, lo discutiremos después, ahora lo importante es conseguir una audiencia con el rey, yo me encargaré de eso, espero poder conseguirla en los próximos días, este es un error que debemos remediar a la menor brevedad posible – dice el duque Vicente, el cual está más que impresionado por lo que estaba sucediendo
- Mientras tanto, debemos prepararlos – dice Jorge y le lanza una mirada significativa a su padre.
Padre e hijo han trabajo juntos desde que el pequeño aprendió a leer y a escribir, por lo que actualmente podían comprenderse sin necesidad de palabras, y al ver la mirada de su hijo el duque Vicente dedujo lo que su hijo ´planeaba y le pareció más que perfecto y estaba seguro de que incluso el rey lo aprobaría.
- Tienes razón hijo mío, yo me encargaré de enseñarle, aunque sea lo básico al señor Arlo, Aurora, tú harás lo mismo con la señora Chantal y tu hijo te encargarás del joven Aaron, mientras tanto la señora Sira se encargará de enseñarle a la niña, por otro lado, a usted señora Ersa, le asignaremos una dama de compañía para que la asista – les explica el duque a los presentes, quienes asientes conformes
- Gracias por la ayuda que le está brindando a mi familia, le estaremos siempre en deuda – le dice el señor Arlo con una reverencia, a lo que el resto de su familia lo imita.
- El que está, y estará en deuda, seré yo; usted y su hijo son un verdadero milagro – les contesta el duque Vicente.
Poco después, la duquesa mandó a llamar a una sirvienta para que ayudara a la familia del gran Carneo a instalarse, el viaje había sido largo y necesitaban descansar.