Melissa quien vive una vida difícil desde pequeña, a los 16 años comete un terrible error, y tiene que enfrentarse a grandes desafíos, obligada en cierta forma por su madre a casarse tan joven con un hombre al que no ama, un embarazo que lo cambia todo y luego la desdicha de perder la custodia de su hijo, en medio de tanto dolor encuentra el apoyo y consuelo que necesita en un hombre maravilloso.
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La cena sopresa
En la casa Fátima Erick y Melissa estaban más tranquilos pensaban en diferentes estrategias para presentar una apelación a la demanda anterior para recuperar a Noé, esta vez irían con cabeza fría y ya más tranquilos, pero mientras eso sucedía ellos se iban acercando más sentimentalmente, la convivencia los había hecho que se conozcan mejor, sus sentimientos iban aumentando aunque los dos tenían muy oculto eso, por una parte, Melissa tenía miedo de volver a intentarlo y no estaba segura de si él la correspondería, por otro lado, Erick pensaba que no era el momento para esas cosas cuando su princesa Melissa estaba atravesando una difícil situación, tenía miedo que la rechace, pero Fátima ya se había dado cuenta de la miradita de esos dos, decidió darles un empujoncito, preparo una cena muy íntima, era una pequeña sorpresa, luego llamo a su hijo y le dijo que sentía un poco mal y que llegará a las 6 a casa para que le acompañe al doctor, Erick estaba preocupado por su madre, así que decidió salir pronto de la oficina para ir con su madre, pero eso no fue todo, pues Fátima llamo también a Melissa y le dijo lo mismo, ambos estaban muy preocupados y llegaron a casa, pero para su sorpresa no había nadie y en su lugar encontraron una mesa con flores, velas y una botella de vino, también estaba una carta que decía: “Hijos sé que han pasado momentos muy difíciles, por favor disfruten esta noche, solo por hoy olvídense de todo y disfruten la velada, los quiere Fátima”.
Ambos rieron por las ocurrencias de Fátima, pero aceptaron la cena, se sentaron y disfrutaron de una hermosa velada, cómo decía en la carta olvidaron todo por unos momentos, una vez terminada la cena se fueron a ver una película, Erick llevo la botella de vino, pasaron una linda noche viendo películas, hasta que Erick tomó la iniciativa tomo las manos de Melissa y empezó a decir:
- Princesa, quiero decirte algo, seré muy directo, Melissa me gustas mucho, sé que no es el momento, pero quisiera que me des la oportunidad de demostrarte todo el cariño del mundo, sé que pronto llegará Noé a nuestras vidas y a él también lo quiero tal y como te quiero a ti.
Melissa se quedó un poco pensativa, Erick tenía miedo que no le haya gustado su declaración tan directa, y cuando iba a hablar, Melissa dijo:
- Erick, sabes que aún estoy casada, si tú me quieres cómo dices te pido que hagamos las cosas bien, te pido que esperes por mí.
- Princesa claro que sé eso, solo te pido una oportunidad tú estás casada lo sé, pero nunca amaste a tu esposo, además el trámite puede llevar años, ya vez que él nunca te va a dejar ser libre y tu mamá menos.
Melissa sabía muy bien que Erick tenía razón, pero quería hacer las cosas bien, aunque también pensó, siempre he hecho las cosas bien, y que me pasó, pues no, es momento de hacer las cosas como se den, sin pensar entonces le dijo a Erick.
- Sí, tienes razón eso podría llevar años, está bien te voy a dar y me voy a dar la oportunidad de vivir un amor bonito, solo te pido que vayamos despacito y que no olvides que mi prioridad es recuperar a mi hijo.
- Claro que sí princesa, es nuestra prioridad, estoy tan emocionado de esto, te quiero demasiado Melissa, me has hecho tan feliz con esta oportunidad.
- Erick, solo una cosa más, debemos ser discretos, no quiero que mi familia tenga motivos para hablarle mal de mí a mi hijo.
- Está bien princesa seré paciente y discreto.
Erick estaba muy feliz al igual que Melissa, así que se acercaron y sellaron su relación con un beso, el beso fue subiendo de tono, hasta que escucharon que la puerta se abría, y enseguida se separaron, era Fátima y dijo de una manera coqueta.
- Hola chicos espero no haber interrumpido nada.
- Mamaaa!! No digas esas cosas, si tú fuiste la que planeó toda la cena.
- Es verdad Fátima hoy hiciste de cupido y estamos muy agradecidos por eso.
- Hay chicos me alegro mucho, era obvio que ustedes se quieren, solo necesitaban un empujoncito, se merecen toda la felicidad muchachos.
- Gracias mamá, solo recuerda que mi princesa aún sigue legalmente casada y no podemos exponernos a que usen esto en contra para la apelación de Noé.
- Lo sé hijo, habían pensado en eso, pero Melissa merece ser feliz, feliz de verdad.
- Gracias mamá.
- Gracias Fátima, eres cómo una verdadera madre para mí, gracias por tu apoyo y compresión, por recibirme en tu casa y ahora en tu familia.
Todos se abrazaron y se quedaron viendo películas, Fátima estaba cansada, se despidió y se fue a dormir, Erick y Melissa se quedaron un rato más, aprovecharon besándose un poco más, para Melissa fue una nueva experiencia, pues Vicente jamás logro hacerle sentir esa sensación extraña que recorría su cuerpo al sentir los besos y las caricias que la hacían estar muy acalorada así que mejor decidió irse a su habitación, no quería cometer otro error, Vicente entendió y se despidió de élla con un tierno beso en la frente, el también se fue a su habitación, ya que era muy tarde.
A la mañana siguiente despertaron todos muy contentos, Melissa había preparado el desayuno, todos se sentaron y disfrutaron de unas deliciosas empanadas de viento con café, era domingo así que los chicos decidieron ir a pasear al parque, allí vieron a Vicente con su pequeño Noe, Melissa quiso ir corriendo hacia el niño, pero Erick la retuvo, pues el niño todavía no quería verla y sería un momento incómodo para ella y el pequeño, decidieron mejor regresar a casa y no agrandar el mal rato, en la casa Melissa se encerró en su habitación no quería ver ni hablar con nadie, ahí paso todo el día.