Cuando piensas que todo acabó para ti, que el amor y la felicidad no eran para ti.
Encuentras a quien te enseña en tan poco tiempo a amar, pero no es tan fácil.
Fernanda renuncia a su amor, por complacer
a quien solo le interesa el dinero, aunque se niega en el último momento.
¿La vida puede ser tan buena como para amar también en otra época, de la misma manera?
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Capitulo 11
La mañana llegó y las dos señoritas se pusieron manos a la obra, mientras una usaba el dinero para resolver todo en segundos, la otra jugaba con fuego, una carta que usaba con toda confianza.
_Ve y compra unos dulces para el joven duque, asegúrate de que sepa que soy yo._
Hablo Kenia en su habitación, frente a un espejo observaba su belleza, Renata era poco para ella, sería elegida como la duquesa y así llevar esa noticia a su padre.
Horas después
_¿Qué hará señorita?_
Pregunto su doncella.
_En mí._
Guardo silencio, no podía volver a decir en su época.
_Prepararé una nueva receta que se me ocurrió, galletas con chispas de chocolate._
Hablo con una sonrisa, pensando en Íker y su cara de felicidad cuando se la hizo por primera vez.
Flash
_Toma._
_Que es mi amor._
La aló a él para darle un beso primero.
_Unas galletas, siempre estás comiendo y quise hacerte algo rico y sano._
Íker sonrió y probó una quedando asombrado y contento, eso se lo volvió rutina para Fernanda.
Fin del flash
Tres horas después, Renata salió de la cocina a su habitación, mando a su doncella ah qué llevará las galletas donde se encontraba Rainer organizando unos papeles importantes, pero la duquesa regreso a las doncellas de ambas señoritas, ya que debían hacer apto de presencia las dos.
_Ayúdame a arreglarme, zera._
Le pidió Renata.
_Si señorita._
Renata optó por algo no tan extravagante, si la duquesa quería que fueran a la oficina donde se encontraba el joven amo, era para probarlas también en eso.
Unos veinte minutos después, Renata llegó donde ya se encontraba la señorita Bill con una sonrisa de triunfo, viendo lo impuntual que era.
_Me disculpo por lo impuntual._
Se inclinó Renata.
_No creo que tenga una excusa para eso._
Hablo Rainer molesto por la ventaja que tenía la señorita Bill.
_No, joven amo, no vi el tiempo y la hora de arreglarme._
Respondió segura.
_No veo en que se arregló, señorita Bonnie, parece que va al campo de batalla._
Hablo burlona Kenia.
_Si lo dice por mi vestuario poco ostentoso, lo elegí por qué imaginé que la duquesa quiere que ayudemos al joven Amo, y estar cómodo es muy importante._
Hablo Renata viendo a Kenia sin apartar su mirada.
_Ya no discutan más, por favor, por qué no pruebas ahora lo que te compro la señorita Bonnie, cariño._
Le hablo la duquesa a Rainer, quien ya tenía la mirada en las galletas.
_¿Dónde compro esas galletas?_
Le hablo Rainer a la doncella de Renata.
_Las galletas las preparo mi señorita, joven amo, en la cocina quedaron muchas más._
Las palabras de la doncella dejaron a todos sin palabras, Rainer tomo una en su mano rápido y la metió a su boca, cerró los ojos y pudo sentir ese sabor tan especial, tan único, una lágrima estaba a punto de salir, pero abrió los ojos de golpe, un fuerte dolor de cabeza lo aturdió.
_Hijo, ¿qué tienes? Un médico._
Grito la duquesa.
_Salgan todos, menos la señorita Bonnie._
Grito el duque, el médico entró, Renata no decía nada, estaba algo asustada, podría ser que el joven fuera alérgico a algún ingrediente.
_Si algo le pasa a mi hijo, serás culpable._
Le grito la duquesa, mientras afuera Kenia se reía de la doncella, el médico termino y al salir entró Kenia disimulando preocupación.
_Ya estoy bien, ¿no escucharon al médico? Solo fue un dolor de cabeza._
Respondió Rainer fijando la mirada en Renata.
_Salgan, menos la señorita Bonnie._
_Pero joven._
Rainer le dedico una mirada de mala gana a Kenia, dejándola sin otra opción, salió tan molesta que pago con su doncella por no decirle que ella debía hacer las galletas, aunque no era esa la obligación.
_¿Cómo hiciste estas galletas?_
Pregunto Rainer metiendo otra a su boca.
_Ah que se refiere, joven._
Pregunto confundida Renata.
_Qué ingredientes usaste, como obtuviste las chispas de chocolate._
_El lago frío pudo ponerlo así, el cacao y la leche hacen bonita combinación y la harina de trigo ayuda._
Renata hizo lo posible para que sus palabras fueran convincentes.
_Creeré en tus palabras, me disculpo por juzgarte sin saber._
Renata sonrió y luego observo lo que Rainer tenía en su escritorio.
_Puedo ayudarle a organizar los libros._
Rainer asintió y siguió disfrutando las galletas, mientras Kenia trataba de acercarse y ganarse a la duquesa.
_(Qué astuta fue esa niña, no puedo negar que fue una gran sorpresa.)_
Pensó la duquesa para ella, mientras Kenia solo hablaban de sus profesores de etiqueta.
_Duquesa, ¿me está escuchando?_
Volvió a hablar Kenia.
_Sí, señorita Bill, solo pensaba un poco._
_No cree que la señorita Renata, fue muy._
_¿Inteligente? Sí, mira que preparar estás, ricas galletas, si mi hijo sigue comiendo así, terminará gordo._
Bromeó la duquesa, dejando a Kenia con su mala intención en el aire, no permitiría que hablara así de quién ya era su favorita, sincera, amable, cuidadosa, que sepa cocinar era una gran noticia para que su hijo estuviera bien si las cosas se ponían malas en un futuro.
Hay q seguir leyendo 🙃