Sámara es una mujer loba, que vive felizmente con su familia, a ella sueña con encontrar a su mate, pero cuando finalmente logra sentir su aroma, este se oculta, dejando una decepción en ella y su loba, pero ¿Por qué su mate se ha escondido? ¿Será alguien que ellas ya conocen?
Te invito a leer esta emocionante historia para descubrirlo…
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Desobedeciendo su orden
(Samara): ¿Qué Jaret dijo que…? ¡Vuelve a repetirlo, Oriel! Seria.
(Oriel): Sam, lo dijo por tu bien. Las cosas están un poco pesadas en la manada y no sería conveniente que volvieras. Además, es una orden de tu mate y rey, no debes desobedecerla. Serio.
Con Nerea:
(Nerea): ¿Acaso ese idiota nos está amenazando? Enojada.
(Samara): Si él cree que por ser el rey y mi mate puede darme órdenes, está muy equivocado, y mucho menos cuando se trata de un problema como este. Enojada.
(Nerea): Nosotras vamos, porque vamos. Ningún hombre va a darnos órdenes, y más si se trata de la manada. Debemos estar allí para ellos. Seria.
(Samara): Tienes razón. Somos las futuras Reinas Luna y nuestro deber es estar con nuestros mates y la manada. Se lo prometimos a la Diosa Luna, que no la íbamos a defraudar por darnos una nueva oportunidad, y eso haremos. Segura de sus palabras.
(Nerea): Así se habla, como toda una Reina. Así él no quiera nuestra presencia, estaremos allí, junto a él, y ayudaremos a proteger a nuestra manada. Seria, cerrando la conexión.
(Samara): Escucha, Oriel, a mí nadie me da órdenes. Si yo dije que nos vamos, es porque nos vamos, ahora, a la manada. Seria, apretando el botón del ascensor.
(Oriel): Pero Samara, es una orden directa de… no dejarte ir a la manada… solo debes obedecer porque no solo es tu mate, es tu rey, y si no… Interrumpido.
(Morgan): Déjala, no lograrás nada. Tú mejor que nosotras sabes que esa mujer, cuando toma una decisión, no hay nadie que la cambie. Seria, alejándose.
(Azra): Ella tiene razón, sabes lo terca que es y no cambiará nada si sigues diciéndole que es el rey alfa. Suspira, alejándose.
(Luna): En el tiempo que conozco a Sam, a ella no le gusta recibir órdenes, y esta no será la excepción. Y no le importa recibir su castigo por desobedecer. Camina hacia la salida.
(Linda): Solo déjala y apoya su decisión, porque no cambiará de parecer. Además, ella nos va a necesitar ahora más que nunca, ya que al presentarse corre peligro. Entonces debemos cuidarla, así ella no quiera. Sonríe tiernamente, llevándolo de la mano hacia la salida.
(Oriel): (Piensa) ¿Por qué es tan linda cuando sonríe? Cada que la miro me enamoro más. (Sonriendo) Está bien, Samara, no me opondré, iremos a la manada, pero vas a tener que dejar que cuidemos de ti, así quieras o no. Tú no vas a salir sola. Si tú quieres esto, tendrás que afrontar las consecuencias de todo sin reprochar._ Serio.
(Samara): Está bien, aceptaré las consecuencias, pero sé cuidarme sola, pero acepto su ayuda. No me arriesgaré a poner en peligro todo. Ahora es hora de que conozca mi manada, mi nuevo hogar y mi gente. Sonríe, saliendo del ascensor.
(Morgan): Qué bien que mi padre está en buenos términos con Jaret, y también soy amiga de la futura Reina Luna. Ahora puedo entrar a la manada sin problema. Media sonrisa.
(Luna): No solo tú, yo igual. Los hechiceros también estamos en buenos términos con la manada del rey alfa, y ellos con nosotros. Sonríe tiernamente mientras entra a la camioneta todo terreno que tenía Oriel.
(Linda): ¡Wow! Nos iremos en esa semejante cosa. Mirando el vehículo.
(el auto)
(Oriel): Sí, hermosa, y tú vendrás conmigo de copiloto. Le besa la mejilla y la ayuda a subir.
(Samara): Linda, este será un largo viaje y este vehículo nos ayudará a ir más rápido por los terrenos por donde iremos. Le sonríe a Linda.
(Linda): Estoy un poco nerviosa, nunca he estado en una manada y eso me emociona mucho. Al fin conocer una y saber cómo es. Sonríe emocionada.
(Oriel): A mí también me emociona todo esto. Al fin podré presentarte a mis padres formalmente y además poder tenerte junto a mí. Sonríe, agarrando su mano, y Linda se sonroja.
Durante el viaje, las chicas hablaron de distintas cosas de la universidad y lo que podría pasar en la manada, mientras Oriel solo conducía serio y opinaba cuando era necesario.
(Oriel): Ya estamos a 15 minutos de la manada. ¿Estás preparada para ver a Jaret enojado por tu decisión? Serio, viendo a Sam por el retrovisor, ya que las demás chicas estaban dormidas.
(Samara): Sí, lo estoy, hermanito, no te preocupes. Sabré cómo lidiar con eso. Bosteza. Además, no me dijiste quién es el beta de Jaret. Creí que eras tú, pero dijiste que no, entonces, ¿de quién se trata? Lo mira curiosa.
(Oriel): Ojitos, te contaré bien lo que pasó ese día. Le sonríe un poquito. Ese día Jaret llamó y dijo que tenía que ir urgente a la manada. Entonces yo salí de inmediato. Al llegar, me dijeron que tenía que participar en el torneo de pelea de la manada para buscar el beta para el rey alfa, y tuve que participar sin reprochar nada. Y estuvimos participando, pero no fui yo el ganador. Suspira.
(Samara): Entonces, si no fuiste tú, ¿quién fue? Atenta.
(Oriel): No te lo diré, lo averiguarás sola, ojitos. La mira por el retrovisor y vuelve la vista al frente. Al llegar te llevarás una sorpresa más, porque aceptó sin dudar y se lo veía muy emocionado. Sonríe, recordando.
(Samara): Está bien, entiendo. Lo averiguaré. Ahora dime, ¿eso que se ve allá lejos es la entrada a la manada? Mirando por la ventana.
(Oriel): Sí, esa es la entrada. Está custodiada por dentro y por fuera. Mamá y papá tienen el trabajo de comandante en la manada, así que esto parece una fortaleza. Ya tú conoces a nuestros padres cuando se trata de la seguridad. Suspira.
(Imaginen que estaban algo así en la entrada de la manada)
Jet _ avión