—Soy una persona que cuando encuentra es alguien especial... no la dejara, hará lo que sea para estar junto a ella.
—Nunca me ha gustado alguien de mi mismo género, pero ella... ella me hace sentir cosas que nunca había sentido ni pensé sentir. Serán estos sentimientos verdadero, mis verdaderos sentimientos.?
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No me gustan los niños.
(Pov Saroth.)
Mia: Señorita Russell, que hace aquí.?
—Preguntó algo sorprendida, yo levante una ceja preguntándome a que se refería.—
Annie: ¡Mami ya termine!
—La niña a su lado dijo pasándole el plato a Mia emocionada. Mami.?, ella era madre.?. Mia le sonrió y tomó el plato para luego tomar un pañito y limpiarle la boquita.—
Mia: Muy bien amor, ahora ya puedes comer helado.
Annie: ¡Sí! ¡quiero helado de fresa mami!
—Ella parecía una niña de unos 2 o 3 años, pero al escucharla hablar tan claro... parecía de más edad, ella se veía como una niña encantadora al igual que la madre, pero... a mí no me gustan los niños, tampoco los odios, pero no me gustan para nada.—
Mia: De fresa será, amor.
Oliver: Que haces allí parada.?, ya Debías de estar en nuestra me...
—Dijo Oliver entrando al restaurante, pero apenas vio a Mia se calló. Hoy domingo él fue a mi apartamento emocionado que quería traerme a un restaurante que hace poco abrió, y la verdad... ya sabía de este restaurante. Él se había quedado afuera para atender una llamada.—
Oliver: Señorita Mia, un gusto verla.
—Dijo sonriendole a Mia, ella le devolvió el saludo igual.—
Mia: Un gusto verlo, Señor Miller.
Oliver: Ya te dije que me puedes decir Oliver.
—Mia solo le sonrió. No sé que me pasaba, pero me sentía rara ahora mismo, es como si ella me fuese mentido sobre su hija, sé que no somos nada... pero así me siento.—
Oliver: Y quien es esta lindura.?
—Preguntó arrodilladose a la altura de la niña, quien estaba jugando con algún juguete de ella.—
Mia: Ella es Annie, mi niña.
—Dijo mirando a Oliver para luego mirarme a mí, yo solo la estaba mirando a ella, no sabía que decir o si debería decir algo.—
Mia: Y ella es mi mejor amiga, Joyce.
—Dijo presentando a su amiga a Oliver, Oliver la volteo a ver, se presentó para luego volver a Annie, que ahora sé su nombre.—
Oliver: Ya que estamos aquí, porqué no nos sentamos con ellas.?
—Preguntó parándose para verme, yo le sonreí y asentí. No se porque acepte, tal vez me sentía confundida y quería saber más, o tal vez sí quería sentarme con ellas.—
—Le pedimos al mesero que nos trajera otras dos sillas y platos. Nos trajeron todo y nos sentamos.—
Oliver: Y bien Joyce, hace cuanto conoces a Mia.?
—preguntó tomando agua, yo estaba de brazos cruzados observando como Mia intentaba quitarle el juguete a Annie, pero apenas ella hacía cara que iba a llorar... ella se lo devolvía.—
Joyce: Señor Miller... apenas lo conozco, así que no veo porque le contaría de mi vida con Mia a usted.
—Dijo sería, supongo que no le gustó que nos sentaramos aquí, y ahora que lo pienso... jamas le pedimos la opinión a ellas. Que grosero de nuestra parte. Entonces decidí hablar.—
Saroth: Disculpen nos, nos sentamos y no pedimos si podíamos o no, fue grosero de nuestra parte...
Mia: No pasa nada, igual íbamos a aceptar.
—Se apresuró ella a hablar, entonces me quedé más tranquila, hasta que..—
Joyce: Lo siento, ustedes no me caen bien, mi amiga quiso trabajar con ustedes, pero yo nunca tuve de acuerdo, puede que ella esté bien, pero...
Mia: ¡Joyce!, Que dices.?
—La interrumpió ella, yo mire a Mia quien miraba a su amiga con ganas de matarla, y para ser sincera... quería saber que quería decir ella.—
Joyce: Sabes que no soy hipócrita, si los tratos solo será por tí.
Oliver: Vaya... tu amiga es muy sincera.
—Dijo Oliver, yo miraba a Joyce detenidamente, ahora entiendo porque Mia dice lo que siente o piensa, su amiga es igual.—
Saroth: Gracias por tu sinceridad, y tienes razón, la hipocresía no nos lleva a ningún lado, y no me importa si me tratas por tu amiga... eso demuestra que te importa mucho, porque a pesar que no te caigamos bien... nos tratarás por tu amiga.
—Dije sinceramente, y en el fondo de mí... sentí que nos llevaríamos bien cuando nos conozcamos mejor.—
Annie: Mami quiero helado.
—Dijo por fin soltando el juguete.—
Mia: OK amor, ya te pido el helado.
—Le respondió con una sonrisa, y cuando menos lo pensé... yo también estaba sonriendo mientras las miraba a ellas.—
Joyce: ¡Disculpe!
—Llamo Joyce al mesero, él vino lo más rápido posible.—
Joyce: Me puedes traer una bola de helado, que sea de fresa, gracias.
—El mesero asintió y se fue. Apenas llevaba por mucho unos 20 minutos aquí con ellas, pero podía notar que esa niña era la luz de ellas dos, Joyce aunque parezca estar distraída, está pendiente de la niña, y Mia... pues, ella no le quita los ojos de encima. Parecen una familia de verdad, donde Mia es la madre y Joyce el padre, Joyce parece de esos padres que pretenden no prestar atención, pero es todo lo contrario, Mia... Mia es de esas madres que vive y desvive por sus hijos, al pensar que ella me gusta... me siento un poco mal, que de pronto venga a dañar esta familia, porque soy realista... mi madre no es ninguna paleta en dulce.—
Mia: Ustedes... no tienen hambre.?
—Preguntó ella mirando a Oliver y a mí. Desde que nos sentamos sólo bebimos agua, los platos de comida que habían en la mesa no lo quería tocar, pues, nosotros no lo pedimos.—
Mia: Veo mucha comida en la mesa, ninguna de nosotras come tanto.
—Si es así, por que tanto platos.?, me pregunté.—
Mia: Joyce suele exagerar, dice que no suelo comer mucho en casa, así que cuando salimos a comer suele pedir mucho para que yo coma bien, pero en realidad no comemos mucho.
—Oliver no esperó y comenzó a comer, yo.?, yo solo la escuchaba atentamente. Luego de un rato el mesero volvió con la bola de helado, se le entregó a Joyce y ella enseguida se la entregó a Mia. Mia puse el helado en la silla de la niña, luego le comenzó a dar, pero parece que después de dos bocado de helado... la niña quería comer sola, Mia no quería soltarle la cuchara, pero al ver que la niña iba a hacer berrinche... ella le entregó la cuchara para que ella comiera sola. Luego pedimos algunos otros platos, comenzamos a comer, luego se hizo un silencio incómodo, mi mejor amigo que suele hablar mucho, hoy estaba callado. El almuerzo pasaba tranquilo, solo hablamos de vez en cuando, Mia peleaba todo rato con la niña porque ella no se dejaba limpiar la cara cuando se llenaba toda de helado. En los silencios incomodo, quería hacerle miles de pregunta a Mia, pero sabía que no podía, no tenía el derecho de hacerlas. Oliver hablaba aveces con Joyce mientras Mia luchaba con la niña, yo feliz al verla a ella, porque para mí... una niña cuidaba a otra niña. El almuerzo pasó, Mia fue al baño con la niña para cambiarla de ropa, yo me ofrecí a pagar el almuerzo pero alguien se molestó cuando lo dije.—
Saroth: Pagaré el almuerzo, me esperan.
—Joyce se paró y me agarro del brazo mientras me miraba desafiante.—
Joyce: Ni creas, yo puedo pagar mi almuerzo, gracias.
—Dijo para luego ir a pagar, yo me quedé sin poder decir nada.—
Saroth: Creo que enserió no le caemos bien.
—pensé.—
Oliver: Sí la quieres conquistar... creo que primero debes conquistar a su mejor amiga.
—dijo con una sonrisa burlona cuando ya estuvimos solos. Él tenía razón, será difícil con ella. Cuando le comenté a Oliver de mi nueva asistente, el se rió fuerte, él sabía que no necesitaba una asistente, pero cuando le comente quien era ella, estuvo algo de acuerdo, ¿por qué algo de acuerdo.? porque él piensa que teniéndola trabajando para mí la pondría más en peligro y en las garra de mi madre, y la verdad.... creo que es cierto, pero que hago... eh.? la quiero ver todos los días, y la única manera de que eso ocurriera... era teniéndola trabajando para mí como mi asistente personal.—
Saroth: No te preocupes por ella, es normal que actue así, pero ya el tiempo le demostrará que no soy una mala persona.
—Dije. Después de un rato veo venir a Mia que traía en brazos a la niña, y entonces comprendí porque ella me dijo de esos horarios de trabajo, y ahora más que nada quería preguntarle algunas cosas, pero como dije antes, no me siento con el derecho de hacerlo, de hecho, ahora no quiero preguntarle nada, dejaré que el tiempo y ella decidan hacerlo.—
Mia: Nosotras ya estamos listas. Donde está Joyce.?
—Preguntó buscando a Joyce con la mirada.—
Saroth: Ella ya regresa.
—Le respondí mirando a la niña quien apoyaba su cabeza en el hombro mientras me miraba, acaso ella...—
Joyce: Ya podemos irnos, Mia.
—Dijo volviendo. Mia la miro y le sonrió, y no se porque, pero sentí algo feo dentro de mí.—
Mia: Genial, entonces nos vamos.?
—Preguntó con una sonrisa en su rostro mientras ahora me veía a mí, Oliver estaba concentrado con la niña, creo que le cayo bien la niña, en si a él le gustan los niños, así que.—
Saroth: Claro.
—Salimos del restaurante, ya afuera nos despedimos y cada quien tomó su camino. el camino a nuestros apartamentos fue totalmente silencioso, él no me dijo nada y yo tampoco dije nada. No entendía porque hable poco, normalmente hablo, y al igual que Oliver, nos habíamos quedado sin palabras. Yo tenia mi mente un lío ahora, ella tenía una niña, a mi no me gustan los niños, pero me gusta ella, si quiero tener algo con ella, debía querer también a la niña, no se como terminara esto, si ella se entera que no me gustan los niños... estoy segura que ni siquiera me daría la hora, es normal, si la quiero conmigo, también debo querer a la niña.—
Oliver: Tengo curiosidad...
—Ahora estábamos en mi apartamento, yo estaba de brazos cruzados frente a la ventana mirando la ciudad mientras pensaba, él estaba sentado en los muebles.—
Oliver: No te gustan los niños, que harás ahora.?, seguirás cortegiandola o te darás por vencida.?
—Lo volteé a mirar apretando mis dientes, como se le ocurre decir eso, no me gustan los niños, pero haría el intento por ella. Hace tiempo que no me siento de esta manera hacia alguien, no me alejare de ella por algo que tiene una clara solución.—
Saroth: Ni de bromas, por ella haría lo que fuese, querer a esa niña no sera nada para mí.
—Dije sentándome frente a él mientras lo miraba fijo a los ojos.—
Oliver: No quiero bajarte de esa nube... pero no deberías ir a la carrera, aun no sabes si ella le gustan las mujeres, y mucho menos que sienta lo mismo que tú, comprendo lo que dices.... pero ve despacio, no te vayas a lastimar tú mismo.
—Él tenía razón, pero no sé puede controlar los sentimientos.—
Saroth: Lo sé, solo hablo contigo de mis sentimientos, ella aún no sabe sobre mis sentimientos por ella, por eso ahora es mi asistente personal.
—dije. Él solo se me quedo mirando y yo a él.—
Saroth: Bien, ahora vete, y no saldré de party hoy.
—Dije, él levantó sus manos en forma de protesta.—
Oliver: Entiendo que alguien te guste, pero no por eso dejaras de divertirte ¿o sí.?.
Saroth: No Oliver, no dejaré de divertirme, pero esta noche no quiero salir, ve tu solo.
—Le respondí levantándome para dirigirme por un trago. No dejaría de divertirme, aún sigo soltera y eso significa que puedo hacer lo que quiera, pero... hoy no tengo ganas de salir.—
Saroth: Quieres uno antes de irte.?
Oliver: No gracias, ahora te has vuelto una aguafiestas, mejor me voy.
—Él se levantó y salió de mi apartamento asotando la puerta, parece que se enojó.—
Saroth: Solo no tengo ganas hoy.
—Dije en voz baja para luego terminar de un solo trago el whisky que tenia en mi mano. Fui y me sirve otro.—
*
*
*
Saroth: Mi madre sigue en casa.?
—Le pregunté a la ama de llaves cuando me abrió la puerta.—
-Si señorita, ahora mismo esta desayunando con su abuela.
Saroth: Gracias Kerim.
—Le agradecí. Me dirigí donde mi madre, mi abuela apenas me vio al igual que mi madre... una sonrisa se dibujaron en sus rostros.—
Ava: Pero que es esta sorpresa.
—Me dijo abrazándome aun sentada en su silla.—
Elizabeth: Siéntate, de seguro aun no desayunas, ven, desayuna con nosotras.
—Me decía mientras nos separabamos del abrazo. Ella le pidió a la empleada que sirviera otro plato, y así lo hicieron.—
Saroth: Claro madre, pero solo comeré frutas, sabes que no suelo desayunar muy a menudo.
Ava: Por eso mismo, la única manera que comas algo en las mañanas es cuando vienes.
Elizabeth: Eso es cierto, además, no entiendo por que no vuelves a casa, nos sentimos solas aquí, ¿no es así madre.?
—No volvería a casa, si lo hago no tendré la libertad que tengo ahora, no, jamás volveré. Mi madre miró a mi abuela y viceversa, entonces entendí que esto era de ellas dos, pero no iban a convencer.—
Saroth: Saben que eso no va a ocurrir cierto.?
—Dije sirviéndome algunas frutas en mi plato.—
Elizabeth: No me daré por vencida, algún día volverás.
—Mi madre es una ternura cuando no se le lleva la contraria, pero después que uno le lleve la contraria se vuelve un monstruo sin sentimientos, ahora no me dice nada porque la idea de mudarme lo háblanos antes con ella, Oliver y yo, entonces al ver que ambos queríamos... ella aceptó.—
Saroth: Madre, por favor.
Ava: Yo también quiero que vuelvas, después de que tu madre se va a la empresa... yo me quedo sola en esta mansión sin hacer nada y sin amigos, seria divertido si tuviera compañía.
Saroth: Abuela, se te olvida que yo también trabajo.?, así viviera aquí, seria lo mismo, yo estoy todo el día en mi empresa.
—Al parecer mi abuela se dio por vencida ante eso, mi madre como siempre respondiendo mensajes, yo comí un poco de frutas pero ya no quería más.—
Elizabeth: Entonces, algún motivo de tu visita.?
—Preguntó soltando el celular.—
Saroth: Ningún motivo madre, solo quería visitarlas, eso es todo.
—Dije. Ella me miró, luego comió un bocado de su comida para después tomar el pañuelo y limpiarse la boca, enseguida se levantó.—
Elizabeth: Bien. Tengo que irme ya, tengo una reunión a primera hora.
—Dijo para luego retirarse de la mesa, mi abuelo hizo lo mismo y yo la seguí.—
Saroth: Estás bien abuela.?
—Pregunté caminando a su lado con mis manos atrás de mi espalda.—
Ava: Es obvio ¿no.?, soy una vieja que se cuida, así que no te preocupes.
Saroth: Pero que dices, no estas vieja, ojalá estuviera así como tú a tu edad, te ves mucho más firme que mi madre, abuela.
—Dije provocando le una sonrisa a mi abuela, yo sonríe también.—
Ava: Te falta muchos años para llegar a mi edad, y como está el mundo hoy... dudo eso nieta.
—Sonreí para mí, y ella tenía razón, llegar a una edad a la cual los viejos de antes llegaban... se ha vuelto un reto para los viejos de ahora, y todo eso es por la contaminación del aire y los químicos que le echan a todos los alimentos ahora.—
Saroth: No te preocupes abuela, sabes que se cuidarme bien, y como no hacerlo si me enseño la mejor.
—Le dije abrazándola.—
Saroth: Me encantaría quedarme más tiempo abuela, pero debo irme, prometo visitarte más seguido.
Ava: No te preocupes amor, se que estas ocupada con tu trabajo, así debe ser la vida de un adulto responsable.
Saroth: Tienes razón, pero eres mi responsabilidad también, eres mi abuela y debo visitarte más seguido.
—Le dije volviéndola a abrazar, le di un beso en su mejilla y me separe del abrazo.—
Saroth: Sabes que no hago promesas por deporte, así que ten por seguro que te visitaré más a menudo.
—Ella asintió, le di otro beso y me encamine a la salida. Me subí a mi auto y me dirigí a mi empresa, al llegar parqueo el auto para luego entrar al edificio, tome el ascensor, pulse el número al cual iba, un minuto después... la puerta se abrió, al salir del ascensor y fijarme en la dirección a la cual estaba mi secretaria... veo a Mia allí con ella charlando, me acerco un poco y pregunto.—
Saroth: Mia, que haces aquí.?
—Ella me miró con una sonrisa que juro que sentí mi corazón palpitar a mil por horas. me parecía extraño... hoy ella entra a trabajar formal mente, pero habíamos quedado que ella entraba después de las 9 y apenas eran las 8, entonces... que hacia ella aquí a estas horas.?—
porfavor otro capítulo más gracias