Seducida por un Mafioso

Mateo

Cuando escucho que han encontrado a Francesco, cada gota de sangre que corre por mis venas se calienta, va a pagar por lo que hizo, bajo rápidamente las escaleras y para mi sorpresa, Antonio continúa diciendo que mi padre lo traerá aquí, lo cual es genial y malo al mismo tiempo, genial porque no necesitaré moverme para acabar con este desgraciado, lo haré sufrir, ¡va a sentir el precio de la traición! Malo por no querer que Beatriz escuche sus gritos, tal vez una mordaza resuelva eso, sonrío imaginando toda la escena. Voy a mi oficina y llamo a mi padre,

Mateo: ¿Ya están llegando?

Lorenzo: Tu hermano debería llegar en 5 minutos

Mateo: ¿Dónde lo encontraron?

Lorenzo: Estaba saliendo de un ‘club nocturno’, como ya habían pasado 2 días sin encontrarlo creyó que nos habíamos relajado

El coche llega

Mateo: ¡Necesito ir, han llegado! Buenas noches

Lorenzo: Buenas Noches, ¡Diviértete!

Mateo: Lo haré

Cuelga y camina hacia la parte trasera de la casa, allí está su hermano, dos de sus hombres y el "traidor" que está amordazado, con una capucha en la cabeza y manos atadas a la espalda.

Entra en la casita, los hombres lo sientan en una silla y le atan las manos, él intenta resistirse, lo cual es inútil, ya atado Mateo se acerca y le quita la capucha con una sonrisa maliciosa en los labios y sostiene su puro.

Mateo: ¿Qué tenemos aquí? Sabes, antes de empezar me gustaría escuchar lo que tienes que decir en tu defensa. ¡quítenle la mordaza!

(Los hombres obedecen)

Él arrastra una silla y se sienta frente a él

Mateo: Vamos, te escucho

— dice soltando humo al aire

Francesco: Me vieron obligado

Mateo: ¿Obligado? (sonríe)

Francesco: Amenazaron con matarme

Mateo sonríe con lo que acaba de decir, se levanta y da vueltas alrededor de él, deteniéndose detrás de la silla

Francesco: Por favor, dame otra oportunidad, haré lo que quieras

Él se inclina al nivel de su oído y susurra

Mateo: Deberías saber, querido, si ellos no te mataran, yo lo haría por ellos

Sujeta su cabello y presiona el puro en la mejilla de Francesco, quien grita con la acción

Francesco: ¡Por favor, por favor no me mates!

Mateo: Realmente crees que vas a salir de aquí, nadie dispara a mi familia y vive para contarlo

Mateo usa un anillo de defensa personal, herencia que fue de su abuelo, de su padre y ahora suyo, camina hasta una mesa y coge dos anillos más, más simples que el que lleva, pero igual de dañinos

Se vuelve hacia Francesco y se detiene frente a él, el hombre implora, pero la mirada de Mateo es oscura como la noche,

Mateo: ¿Qué quieren los Mancini?

Francesco: No lo sé

Mateo le golpea en el rostro

Mateo: Otra vez, ¿qué quieren los Mancini?

Francesco: No lo sé

Mateo lo golpea tres veces más, haciéndole sangrar la boca

Mateo: ¿Estás listo para responderme ahora?

Francesco: No sé nada

Mateo sonríe y se quita los anillos, ¡Francesco cree que ha desistido de la tortura!

Francesco: Dame otra oportunidad y descubriré lo que quieren!

Con las espaldas hacia él, manipulando las herramientas de la mesa Mateo responde

Mateo: Sabes, tengo miles de ideas en mi mente, puedo estar aquí toda la noche, después de todo no tengo nada mejor que hacer y si no respondes lo que quiero escuchar, será peor

Toma un paño y Francesco niega con la cabeza,

Mateo: Pietro, hermano, llena el cubo con agua

Francesco: No sé nada

Mateo: ¿Nos traicionaste por nada?

Coloca el paño en el rostro de Francesco forzándolo hacia arriba mientras Pietro vierte agua sobre él, se detiene por un momento y habla de nuevo

Mateo: Estoy escuchando

Francesco: No sé

Mateo repite la misma acción 5 veces, y Francesco se resiste a decir algo

Mateo: Tengo que admitir, tienes mucho valor para no delatarlos así, ¡y aún más para traicionarnos!

(Aplaude)

Quítenle la ropa y pónganlo de pie, atado con sus muñecas en aquellas cadenas allí — Dice señalando el lugar

Francesco: ¡No, no, no!

Mateo: Veamos cuánto hombre eres ahora

Los hombres lo arrastran, dejándolo exactamente como Mateo ordenó

******

Beatriz

Estaba medio dormida, hasta que escuché gritos, un hombre gritaba y gritaba, me asusté muchísimo con todos esos gritos, ¡me aterrorizó bastante! Al principio pensé que era una pesadilla, pero los gritos se hicieron más fuertes, entonces recordé al tal Francesco, las gotas de sangre en la casita del fondo, sabía que algo muy malo estaba sucediendo allí, aunque me sentía aún débil, no podía permitir que Mateo matara a ese hombre, me levanté de la cama, me puse unas bragas y un camisón, me fui agarrando de las paredes hasta llegar al fondo, ya era tarde en la noche y no había nadie por la casa, a medida que me acercaba los gritos aumentaban, llegué a la puerta y con mucho miedo la abrí, la escena parecía sacada de películas, un hombre completamente desnudo, sus brazos atados hacia arriba en cadenas, Mateo estaba con las mangas arremangadas y golpeaba al hombre como si fuera un saco de boxeo, tres hombres lo observaban todo, se reían, escuché a Mateo preguntándole qué querían los Mancini, hasta que no vi más nada.

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Mateo

Estaba concentrado, ya iba a dejar de golpearlo y coger un bate de béisbol, cuando la puerta se abrió, murmuré una maldición al verla, y entonces ella se desmayó.

Pietro: ¿Quién es esa?

Mateo corre y la recoge del suelo, ya en sus brazos se vuelve hacia su hermano y dice

Mateo: Mírame y escúchame, mátalo ahora y envía la cabeza a los Mancini, preferiblemente con una manzana en su boca, para dejar claro con quiénes están tratando, voy a descubrir qué estaba tramando

Pietro: Entendido

Mateo camina de vuelta a la casa, sube las escaleras y va a su habitación, la coloca en su cama, y se lava rápidamente, se pone solo unos pantalones y se acuesta a su lado

Mateo: ¿Por qué fuiste allí?

Él acomoda un mechón de su cabello tras su oreja, acaricia su rostro y la observa "dormir", pronto él también se duerme

Beatriz estuvo dos días encerrada, y él dos días sin dormir

Continuará...