¿Cómo inició? como para terminar de este modo. Frente al Archiduque Maximilian yacía la mujer que creyó muerta.
Aquella dama que todo el mundo creyó muerta. Pero ante la conmoción de todos en aquel banquete Imperial, la voz del principe heredero que no ocultaba su molestia frente a la situación resonó en todo el salón.
«¡¿Cómo te atreves?!»
Él era un hombre que estuvo en la guerra desde hace 15 años, pero lo que los sorprendía no era la cara del principe heredero lleno de un aura asesina, sino el niño pequeño que traía en sus brazos, uno que tenía su mismo cabello blanco.
Y para Maximilian la cara de la dama no era lo que él conocía.
Ella no podía ser Jadella, ella no podría ser su difunta esposa, ella no podía serlo, por qué la Jadella que él conocía... jamás lo miraría con tanto desprecio.
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VENDAR
Al día siguiente Eliot despertó adolorido, pero mucho mejor que la noche anterior.
[¿Cuando me quedé dormido?, ella estaba hablando de tomar medicinas y ya no me acuerdo]
En la silla mecedora aún podía sentir el calor del fuego cerca de él y suspiró al ver a la mujer durmiendo en su regazo cubierta sólo por una manta.
[No era necesario que te quedarás ¿Sabes?]
Oscurecio la mirada.
[Esto está mal, ella es una mujer casada. Simplemente le agradeceré y me iré como la última vez- ¿Huh?]
Miró la mano de Jadella, en su dedo anular el anillo ya no estaba visible y con algo de duda le acarició la cabeza susurrando un...
«Jadella»
«mm...»
«sabes que sigo desnudo ¿Verdad?»
«¡!»
Jadella se paró de inmediato alejándose de Eliot con la cara sonrojada.
«l-lo siento»
«jajajajaja»
«¡No te burles!»
«jaja... ya era mi turno de reírme»
Jadella se fue con la cara roja y pronto regresó con ropa que dejó a Eliot.
«cambiate»
Eliot se empezó a quitar todas las mantas que lo cubrían con un indiferente...
«está bien»
«¡No delante de mi idiota!»
Una vez más Jadella escapó y se encerró en su habitación con llave.
«¡Avísame cuando termines!»
El peliblanco sonrió al verla actuar de forma tan tierna y se paró para cambiarse, al menos la parte inferior pues debía tratar las heridas de la parte superior aún.
[¿Tendrá alguna medicina por ahí?, mejor me curo yo solo]
Su espalda tenía un corte bastante largo, pero no era profundo y en cuando a su hombro, parecía que tuviera una enorme mancha morada y hasta negra debido al fuerte moreton que ahí había.
Primero abrió la puerta de la cabaña y dejó a los lobos salir con un...
«vuelvan antes del anochecer»
Los lobos inclinaron la cabeza de forma tierna y luego se fueron. Ahora Eliot cerró la puerta y caminó por la cabaña buscando medicina o alguna venda como mínimo.
«¿Hm?»
Pero sus ojos se desviaron por el resplandor de algo metálico en la única pequeña y redonda mesa cerca a la cocina, fue allí curioso y vió el anillo de casada sobre los documentos de divorcio.
[Así por eso no lleva su anillo, ¿Habrán tenido una pelea?]
«oye, ¿Ya terminaste?»
Dio media vuelta otra vez a la chimenea y se sentó en la silla mecedora al escuchar la voz de Jadella.
«si, ya terminé»
Jadella abrió la puerta viendo el abdomen de Eliot y volvió a cerrar la puerta de golpe.
BAM
«¡Eres un mentiroso!»
«¿Como quieres que cure mis heridas?, ¿Por sobre la ropa?»
Hubo un largo silencio en dónde Eliot esperaba pacientemente a que el conejo asustadizo asomara la cabeza. Y Jadella salió lentamente como la predicción.
«s-sólo tengo medicina básica»
«con eso es suficiente, no te preocupes» [Ya es bastante que me estacionado toda la noche]
Jadella volvió a entrar a su habitación y salió poco después con un ungüento y vendas; y sólo en ese instante se fijó en las heridas de Eliot en lugar de su musculatura.
Se acercó más apresurada.
«¿Te duele mucho?»
«...no mucho, el frío me ayudó en ese aspecto»
«que bueno»
Jadella mojó en agua caliente su pañuelo y lo pasó por las heridas de Eliot.
«n-no soy muy buena con las heridas»
«lo sé»
«¿Lo sabes?»
«eras un desastre cuando tu caballero salió herido»
«...lo siento»
«no lo sientas»
«¿Huh?»
«es normal no saber algo que nunca has hecho, pero si tienes la voluntad de aprender un poco más sin importar tu origen o tu pasado, te aseguro que ya eres más sabio que el resto»
«... voluntad...» [sin importar mi origen o mi pasado]
Mientras ella ponía el ungüento con la mayor delicadeza posible recordó a Maximilian: él era como una última cuerda que le daba sentido a lo que era ella "la esposa perfecta de Maximilian Reiban".
«Jadella»
Ante su nombre ella reaccionó de sus pensamientos.
«¿Qué, qué ocurre?»
«¿Piensas gastar toda la medicina en sólo una herida?, ya pusiste demasiado»
«¡¡!!, oh... estaba distraída»
«trata de no volverlo a hacer frente a una persona herida»
«si»
Jadella frotó con cuidado el gran moreton en el hombro para finalmente envolverlo con las vendas, bueno, "tratar" de poner correctamente las vendas.
«lo estás apretando demasiado»
«ah, lo siento, ¿Así esta mejor?»
«ahora se está cayendo»
«oh...., ¿Así mejor?»
«siento que tengo un martillo de brazo, ¿No se supone que debes vendar mi hombro?»
«lo siento, esto...»
«mal»
«¿Y esto-»
«mal»
.
.
.
«perfecto»
Jadella estaba realmente cansada luego de una hora de práctica.
[¿Qué tan mala soy para tardar tanto en aprender algo tan simple?]
Ella estaba llorando por dentro, pero al sentir la mano de Eliot acariciar su cabeza con gentileza se sintió cálida después de mucho tiempo.
«lo hiciste muy bien Jadella»
Jadella levantó la mirada y sus pupilas se dilataron al ver la genuina sonrisa de Eliot que la felicitaba, derramó un lágrima asustando al peliblanco.
«¿Qué, qué te ocurre?»
«no nada, sólo... es la primera vez que alguien me felicita por algo jaja» [algo que no sea una falsa alabanza en algún banquete]
«otra vez te estás riendo»
«jajaja, lo siento, es que ser felicitada sólo por aprender a vendar..., se siente extraño» [es gracioso cuando a penas si me felicitaba cuando memorizaba esos gruesos libros de política o etiqueta]
«¿Eso crees?, mis padres dicen que es bueno reconocer el esfuerzo que hace cada uno, por muy mínimo que sea»
«debes tener unos padres muy buenos»
«yo... no diría eso, pero no puedo negar que son cálidos a su manera» [aunque a veces dan mucho miedo]
Jadella miró otra vez el cuerpo de Eliot fijándose ahora que había líneas blancas finas y sutiles.
«¿Qué es eso?»
«¿Qué?»
Jadella señaló las líneas blancas en su cuerpo y él entendió.
«oh, esto, ... piensa en ellos como tatuajes de la buena suerte»
«¿Tatuajes?»
«uhm..., hay una tribu en las montañas nevadas, una tribu extremadamente antigua que las hace»
«ya veo. Bueno, ahora ponte ropa mientras yo voy a preparar algo de comida»
«¿Sabes cocinar?»
«...un poco...» [sólo pan y sopa simple, el guiso a penas]
«creo que es mejor comer carne seca»
Jadella se enojó poniendo nervioso a Eliot que sólo aceptó que Jadella lo cubriera con varias capas de manta para que pueda mantenerse en calor.
«nadie preguntó, tu vas a comer lo que prepárare. Eres un paciente y estas en mi cabaña» [además aquí no hay carne seca, sólo congelada]
Eliot se mantuvo en silencio y miraba desde la silla mecedora cada acción que hacía Jadella.
Ella se puso un delantal y ató su cabello a lo alto, los bruscos movimientos que hacía para despegar la congelada carne cúbica entre sí y tirarlo a la olla con agua apenas empezando a calentar en la chimenea junto a la tetera llena de agua.
Buscar harina fermentada y amasarla sobre la mesa que antes limpió, hacer algunos cortes decorativos y meterla de forma ovalada dentro de una olla recubierta con aceite para finalmente meterla dentro de un horno que prendió con más leña.
Eliot sonrió sin notarlo, nunca había visto a una noble así.
Era imposible pensar que Jadella no era noble, sus gestos eran sumamente elegantes y aquella vez en dónde la rescató llevaba ropa simple, si, pero su joyería simple seguía notandose cara.
Sus ojos la seguían en cada pequeño movimiento que hacía, en cierto modo era inevitable no mirarla.