Un Simple Contrato Matrimonial.

NARRA FRANCISCO:

La sigo viendo con desconfianza, en este momento desconfío incluso de mi propia sombra.

- Melisa.

- Te juro que no lo sabía. Te dije que la vi y hablamos, pero ella no menciono nada al respecto de su vida privada o que ya estaba viendo a alguien más.

- ¿Cómo va lo otro que te pedí?

- Tus resultados ya llegaron y claro está que se puede realizar la cirugía. ¿Pero estás seguro de hacer esto? Tu madre te matará y a mí también.

- Anoche casi cometo un error con Cristal y no sé si eso se vuelva a repetir.

- Bien, te la realizaré en una semana.

- Melisa por favor averigua que está pasando con Constanza por mí, ella de seguro te confesara todo.

- Como quieras, pero me debes una muy grande.

- No tengas dudas de que te voy a pagar.

Constanza tenía nuestra fotografía todavía, eso quiere decir que todavía me tiene en su corazón así que yo no puedo rendirme. La tengo que ver una vez más y saber si ya no existe la posibilidad de recuperar lo nuestro.

Al llegar a la oficina mi madre ya estaba esperando por mí, claramente enojada.

¿Qué se te metió de repente Francisco?

- Cristal otra vez te fue con las quejas.

- No la metas en esto, fue mi amiga la que me llamo está mañana contándome todo. Su hija estaba en la fiesta y le dijo lo ocurrido, ahora estás en boca de todos.

- Simplemente, pasó así mamá, tampoco es como que prendí fuego el lugar o asesine a alguien.

- No te das cuenta de que tu actitud está dañando todo a tu alrededor hijo. Como las personas van a confiar en un líder que se agarra a las piñas en fiestas de esa clase.

- Tal parece que olvidas que yo también tengo derecho de disfrutar de esta edad. No quiero pasarme mi vida entre viejos amargados que lo único que hacen es hablar de negocios todo el tiempo.

- Y no te pido que lo hagas, pero al menos no te comportes como un patán de la calle y menos si es por una mujer.

Ella ya lo sabe todo, nunca aprobó a Constanza y menos luego de saber que quería ser actriz. Ni hablar cuando me dejó para cumplir su sueño y yo toque fondo.

- Madre por favor no interfieras en mi vida, ya hice lo que me pediste. Tome a la mujer que elegiste como mi esposa, no me puedes obligar a olvidar a Constanza o a querer a Cristal.

- Francisco si tan solo dejaras esa obsesión por un momento te darías cuenta de lo grandiosa y gentil que es Cristal. Si te dieras la oportunidad de conocerla descubrirías que ella te puede hacer muy feliz.

Abro la boca para responderle, pero inmediatamente retrocedo. No tengo como reprocharle nada, ya que no está mintiendo y menos después de lo que Cristal hizo por mí anoche.

- Madre tengo mucho trabajo que hacer.

- Te voy a dejar por ahora, pero quiero que se vayan de luna de miel y se conozcan mejor al menos.

- Cristal no puede y si no me crees preguntárselo tu misma para que veas que no te miento.

- Te quiero hijo y lo único que deseo para ti es que seas feliz. Por favor, por mí.

- Bien. Pero tendrás que esperar a que ella termine lo que sea que esté haciendo.

- Con eso ya soy feliz.

No logro entender qué es lo que todos le ven a Cristal incluso Mark la alago más de la cuenta. Cuál será el hechizo que ella tiene para que todos piense que es una buena persona, y por qué de repente yo me siento un idiota miserable por actuar de mala manera con ella todo el tiempo.

Digo ni siquiera sé en qué está metida exactamente ahora, nada me asegura que no se esté viendo con un hombre a escondidas, pero si soy honesto conmigo mismo la voy a compensar por lo que hizo anoche y por ese beso robado tan bruscamente que le di.

Llámo a mi asistente para que me ayude a conseguirle algo bonito.

- En qué lo puedo ayudar.

- Tienes idea qué le puedo dar a una mujer para que sea feliz.

Su mirada me lo dice todo y ya comienzo a sentirme incómodo por mi pregunta.

- Olvídalo solo vete a realizar tu trabajo.

- A mi esposa le gusta que le regale sus flores favoritas acompañadas de una caja de chocolates, y a cualquier mujer le alegraría una cena romántica en un lugar agradable.

- Gracias.

- Estoy para lo que necesite.

Aquí voy de nuevo. ¿Desde cuándo se supone que yo doy las gracias? Maldición Cristal está jugando con mi cabeza de una manera que no me agrada. No la puedo dejar que siga entrando en mi subconsciente con su estúpida amabilidad latente todo el tiempo.

No tengo la más mínima idea de cuál es su flor favorita, pero sí sé que le gusta comer. Así que creo que la mejor opción es llevarla a cenar.

📱 Dime..

📲 ¿Estás muy ocupada?

📱No tanto, qué necesitas.

📲 Quería saber si esta noche me puedes acompañar a cenar a un lugar en específico.

Su silencio empieza a molestarme.

📱 Muy bien estaré en casa a las 8.

NARRA CRISTAL:

¿Que diablos le pasó ahora? Espero que otra vez no me quiera llevar a uno de sus eventos especiales que terminan en catástrofe para luego tener que aguantar su mal humor en casa porque esta vez no estoy dispuesta a soportarlo.

- Todo bien Cristal.

- Más que bien Felipe. Mira ya quedó el bosquejo y ahora solo falta comenzar a pintarlo.

- Eres grandiosa no puedo creer que seas tan rápida a la hora del trabajo.

- En mi cabeza ya lo tengo todo terminado y no veo la hora de que tú también puedas apreciarlo.

- Estoy seguro de que me encantará. Vamos a almorzar hoy sí te preparé las pastas que te prometí el día de ayer.

- No tienes ideas de las ganas que tenía de probarlas. Al final anoche ni siquiera cené y la verdad es que tengo muchísima hambre así que me disculpo de antemano contigo.

- Ja ja Que bueno que prepare mucho.