Soy Marcela y jamás creí que algo así me sucedería a mí. fui víctima de traición entre mi novio y mi hermana, lo que me llevó a refugiarme en el alcohol y acostandome con quién menos pensé... mi vida dio un giro inesperado en menos de lo que se espera... Ven y se parte de mí historia...
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Un largo camino
Lo miré como si estuviera viendo a un ser divino. Su voz, su postura, su total imperturbabilidad. Era como si el caos a su alrededor no lo afectará en absoluto.
Un muro de hielo inexpugnable. Incluso cuando mi padre le clavó su mirada más mortífera que poseía, Leandro permaneció inmutable.
—Vienes a mi casa, atacas a mi invitado ¿Y esperas que crea todo lo que has dicho?—gruñó mi padre, con su voz impregnada de amenaza pura.
Pero Leandro ni siquiera parpadeo.
—Desplazar— corrigió a mi padre con calma. —No romper—
El rostro de mi padre se deformó por la ira.
—Insolente. ¡Largo de mi casa!—
La orden fue pronunciada con tal poder que la habitación entera parecía estremecerse. El aire se tornó denso, casi irrespirable. Un poder lobuno arrollador emanó de mi padre, su furia se expandía como una ola incontrolable en toda la habitación.
Vi como todos los presentes reaccionaban ante el descomunal despliegue de energía. Hasta yo di un paso atrás instintivamente, sintiendo mi cuerpo temblar. Lina se encogió en un rincón, aterrorizada. Elijah trato de mantenerse firme, pero su expresión dejaba en claro que estaba al borde de ceder. Incluso yo, quién estaba acostumbrada a la presencia dominante de mi padre, sentí que mis piernas flaqueaban.
Pero Leandro.
Leandro no tuvo ninguna reacción.
No se inmutó, no se tensó, ni siquiera parpadeó.
Mientras todos los demás eran sometidos por la brutalidad del poder, él parecía aburrido.
No podía creer lo que estaba viendo. Mi padre era lo más poderoso que conocía, quizás el más fuerte del mundo. Su presencia solía ser temblar a los más valientes, y ahora estaba ejerciendo toda su furia sin restricciones.
Pero Leandro, él solo lo miraba con indiferencia. Cómo si la monstruosa presencia de no fuera más que un leve susurro en el viento.
Él sigue completamente tranquilo, imperturbable ante la imponente exhibición de poder.
—¿De verdad tenemos que hacer esto?— suspira con hastío. —Bien... ¡Detente!—
Solo una palabra basto.
Pero aquella palabra tuvo la suficiente fuerza como para sacudir los cimientos de la casa.
El aire se volvió aún más denso y aprensivo, una ola de energía arrolladora golpea toda la habitación, tanto fue el poder que hasta vi a mi padre gemir de dolor, su poder sofocado en un instante. Tan rápido como El dominio de Leandro se impone lo hace desaparecer.
El ambiente se alivia de un golpe, como si una tormenta hubiese pasado de largo, dejando a todos radiantes y temblorosos. De solo pensar si hubiera continuado todos habríamos caído bajo su presión, hasta la casa se habría derrumbado, y tengo por seguro que él habría salido ileso.
Leandro exhala con calma, como si la escena no hubiera sido más que un inconsciente menor.
—Ahora que hemos terminado con eso—vuelve a hablar con esa paz que lo reina. —¿Cuál es su respuesta mi propuesta para su hija?—
Por primera vez en mi vida, he visto el miedo en los ojos de mi padre.
—Pero... ya ha pagado por ella, por completo— balbució luchando por mantener su dignidad, aunque un leve temblor en su voz lo traiciona. —Raúl es muy generoso y estoy obligado a cumplir mi parte del trato. Yo...—
—Así que todo se trata de dinero— Leandro resopló con desprecio. Sin dudarlo, saca un cheque en blanco de su bolsillo y lo deja caer sobre la mesa. —Escribe tu precio—
Mi padre me miró en ese instante y sentí un nudo en el estómago al intercambiar miradas. Puedo ver que él no está sorprendido por la oferta, pero sí lo está por el logotipo impreso en el cheque. "Banco Real". No sé lo que significa, pero la forma en que los veo palidecer me dice que es algo grande.
—Es para hoy— insiste Leandro con impaciencia. —No tengo toda la noche—
Mi padre toma bolígrafo con manos temblorosas y escribe una cifra considerable.
Apenas aparta la pluma del papel, Leandro sacude las manos con indiferencia.
Veo a mi padre sonreír con satisfacción, en el fondo sé que su astuta expresión lo de lata, a él no le importa quién me lleve siempre y cuando el precio sea adecuado.
Entonces lo comprendí todo.
En realidad Nunca le he importado.
Siempre pensé que, aunque me tratara como una sirvienta, en el fondo me consideraba su hija. Pero ahora lo veo con absoluta claridad. Solo he sido una posesión para vender al mejor postor.
Con total horror me doy cuenta de que ese hombre lo sabía todo.
Sabía qué Lina me había drogado.
Sabía también que Elijah y ella me engañaban.
Sabía perfectamente de la traición de esos dos, y no le importó.
Todo lo que le importa lo que siempre le ha importado, es el dinero.
Un dolor amargo se instaló en mi pecho. A pesar de todo, siempre los quise, deseé con tanta fuerza ser parte de esta familia. Pero en este momento comprendo la dolorosa verdad que llega a mí como parte de lava hirviendo.
Para ellos, nunca fui nada más que una carga y una moneda de cambio.
—Marcela—La profunda voz de Leandro me saca de mis pensamientos dolorosos.
Él me tiende su mano, su expresión es impasible, pero en sus ojos hay un matiz diferente. No me está obligando, no me está arrastrando, simplemente me está dando una elección.
Pero, ¿Realmente tengo otra opción?
Quedarme con una familia que me odia y me ha vendido como si no valiera nada. O irme con un desconocido que, de alguna forma u otra, ya forma parte de mi destino.
No hay dilema.
Sin volver a pensarlo, coloco mi mano sobre la de él.
—Si— susurro con firmeza. —Me iré contigo—
[•••]
—¿Eso es todo lo que tienes?—preguntó Leandro mientras me observaba dejar un pequeño maletín a sus pies.
—Realmente, si—
Leandro asintió y, sin más, lo tomó subiéndolo en el maletero de su coche.
—Sube al auto— ordenó con calma. —Tenemos un largo camino por delante—
Subí al auto sin decir nada más, mi broche el cinturón mientras el motor rugía.
—Nunca he estado en la capital—comencé después de algunos segundos de silencio. —¿Cómo es?—
—Ya lo veras— respondió Leandro con la vista en la carretera, concentrado en conducir....
y si tiene que luchar para ser feliz qué haci sea ..excelente historia felicidades escritora
ella quiere tener un amor que sea para ella que la quieran a ella ..no le importo el dinero del príncipe ella solo quería una familia que estuviera ahí y darle un buen ejemplo a su hijo que trae en sj vientre ..
y si tienes razón ya no te dejes humillar por nadie quiere a ti misma y sal de ese infierno que estas viviendo ..
excelente historia..que destino le traerá la diosa de la luna ..
Aún está inconclusa, a ver cuándo la termina la escritora.
Éxito.
porque ella es la qur se cuesta con tu novio que ya no lo es ..
mujer abre los ojos por una vez en tu vida no seas tan ingenua...
excelente historia