Elizabeth es una chica de 20 años con sueños y metas que desea cumplir. una mañana al despertar su padre le informa que es una mujer casada y debe irse a vivir con su esposo. Elizabeth no puede creerlo, y así comienza una historia de amor.
¿Puede al final la vida ser justa con ella?
¿Podrá ser realmente feliz?
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Inicia la misa
______ Mamá, estoy aburrida. Quiero regresar a la ciudad. _____ Se quejó Diana.
_______ Amor, debes quedarte ahí hasta que yo lo ordene. La maldita perrita de Elizabeth, fue llevada por su esposo. Espero que esa estúpida no recuerde nada. ___ Contestó Emma.
_______ Quiero regresar, ya. Mamá.
_______ Hazme caso, Diana. Aún no es conveniente que regreses.
Mientras ellas discutían... En la mansión Wlop. Era todo lo contrario.
Elizabeth se dirigió a la parte inferior de la mansión. Esperando a que Mario entrara y poder saludarlo.
Respiro profundo, y sonrió amorosamente. Tal y como dijo la abuela, sería más inteligente que impulsiva.
La chica esperó por unos segundos, antes de ver a su esposo entrar. Al ver a Elizabeth tan bella, Mario frunce el ceño, la chica enseñaba demasiado, como para ir a una misa.
Además, ese vestido era demasiado revelador, y robaría la mirada de todos los hombres. Mario dio varios pasos hacia donde estaba Elizabeth, recorrió el cuerpo de la chica con la mirada, y luego dijo con frialdad.
_______ Regresa a la habitación y cámbiate de vestido. Hay otros que no muestran tanto.
Elizabeth bajó la mirada, el vestido era hermoso, y además, llevaría un chal blanco que combinaba con el vestido.
La chica movió sus labios, molesta por la actitud mezquina de su esposo. Cuando, Elizabeth estaba por soltar unas palabras. La abuela Mercedes dijo.
________ Se ve hermosa, es una rosa blanca. Deseada por muchos. Sin duda, va a robar, suspiros a todos los hombres. Lamentablemente, para ellos, irás tú a su lado.
Mario desvió toda su atención a la parte inferior. Mercedes caminó elegantemente por las escaleras hasta bajar al vestíbulo.
______ Vaya abuela, te he subestimado... Ponerte a favor de ella, eso es difícil de creerlo. _____ Mario apretó los dientes.
Mercedes no le tenía ni un poco de miedo a Mario. Podía ser mucho más cruel y despiadada que él. La anciana mostró una sonrisa dulce, y contestó.
_______ Primera regla. Jamás subestimes a nadie, no importa su apariencia. Segunda, la edad no define la inteligencia de algún, y tercera, soy tu abuela, y debes bajar el tono de voz cuando te diriges a mí.
Mercedes empezó a darle unos cuantos golpes a Mario en el brazo con su bastón. El hombre respiró profundamente, era imposible ganarle a Mercedes.
Después de que se tranquilizaron un poco los ánimos, Mercedes mandó traer el chal de Elizabeth. Algo que tranquilizó los celos de Mario.
_______ Más tarde regresamos. Cena sin nosotras, después de la misa, llevaré a Elizabeth a un restaurante en el centro de la ciudad. Llegaremos pasadas de las 10 de la noche. ______ Le informó Mercedes a su nieto.
Mario no iba a permitir que su esposa saliera solamente con la abuela. Tomó la muñeca de Elizabeth, y puso la mano de la chica en su brazo.
______ Iré yo con ustedes.
_______ Me parece bien, seré la envidia de muchas mujeres. _____ Contestó Elizabeth, recargando su cabeza en el hombro de Mario.
..."¿Qué hay dentro de esa cabecita? No, intentes volver a intentar de mí, Elizabeth... O, no seré tan paciente como ayer. ______ Pensó, Mario, pasando su mano por la mejilla de su esposa....
Los tres salieron de la mansión, uno de los hombres de Mario abrió la puerta de una de las camionetas, ayudando a Mercedes a subir.
Mario ayudó a su esposa, pero, antes la obligó a darle un beso. Elizabeth no se negó colocó sus manos detrás de la cabeza de Mario, y lo besó.
Mario junto a Elizabeth subieron a la camioneta. Al poco tiempo, salió del territorio de Mercedes.
Mirando a través de la ventana, Elizabeth se dio cuenta de que no importara cuanto caminara, le hubiera sido imposible escapar.
______ Es un sitio muy solitario. _____ Murmuró la chica.
______ Siempre me ha gustado la soledad. Pocas veces viajó a Italia. El ambiente allá no me agrada mucho. Además, el mayor tiempo siempre me la paso sola, Mario trabaja todo el mucho, y casi nunca lo veo.
______ Pero, ahora que ya estás tú, mi vida será más alegre con tu compañía.
A Mario le agradó mucho que Mercedes se hubiera encariñado tan rápido con Elizabeth. Así sería más fácil mantener a Elizabeth a su lado.
Al poco tiempo llegaron a la iglesia donde se llevaría a cabo la misa en honor a Jimena. La camioneta en donde Mario viajaba se estacionó.
Emma junto a los parientes de José voltearon a ver. El primero en bajar fue Mario, ayudando a su hermosa esposa a descender, luego ayudó a Mercedes.
Emma celosa de la suerte de su sobrina aportó sus manos.
_______ Elizabeth es idéntica a su madre. _____ Comentó la madre de José.
_____ Por desgracia. _____ Susurró en voz muy baja Emma.
_______ Iré a saludar a mi nieta, tantos años sin verla. _____ Comentó, caminando a donde estaba Elizabeth.
..."Si supieras que no lleva tu sangre, la odiarías tanto como yo la odio"...
_______ Elizabeth, cariño. No sabía que habías regresado, tampoco que te has casado. ¿Por qué nadie me lo informó?
A Elizabeth no le hizo nada de gracia ver a su abuela paterna. Ahora que la veía del brazo de un hombre importante, sí, se preocupaba por ella. Lo que no hizo durante muchos años.
______ Abuela, tantos años sin verte. Has cambiado mucho. Jamás viajaste al extranjero a visitarme en el internado.
La sonrisa se borró de los labios de la anciana. Sin saber qué contestar, se acercó a Elizabeth para darle un beso.
Elizabeth esquivó el beso de su abuela, dando un ligero paso hacia atrás. Frustrada, con la actitud de Elizabeth. Natalia se dio la vuelta para irse.
Los abuelos maternos se acercaron a saludar a su nieta. La chica tuvo la misma actitud fría que hubo con Natalia.
Dentro de su corazón, guardaba mucho rencor, no solo a la familia de su padre, sino también a la de su madre. Ninguno había hecho nada por evitar que José la enviara tantos años lejos.
Tristemente, Elizabeth se daba cuenta de que ahora que caminaba del brazo de Mario, sus familiares la tomaban en cuenta. Forzó una sonrisa amarga y caminó al interior.