Reynaldo Marrugo, un hombre de 28 años con una dura infancia por parte de su padre; estaba en su oficina recordando todo por lo que ha pasado.
Se acordó que a sus 14 años su padre lo puso a ver películas para adultos, la razón fue porque pasaba con un amigo todo el tiempo, su amigo se quedaba a dormir en su casa, en su cuarto y en la misma cama, la madre no le veia problema a eso, pero su padre si, el era Emiro Marrugo.
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EN EL JET
A la hora de salida Reynaldo esperaba a kenia en el parqueadero, ellos eran muy cuidadosos con la relación que mantenían, siempre la esperaba para llegar juntos a casa.
La madre de Reynaldo llegó a casa encontrándose con la madre de kenia, después vio bajar a Kenia y no entendía nada, su hijo no le habia brindado ninguna informacion con respecto a las mujeres; las tres se miraron sorprendidas sin decir una sola palabra, Reynaldo llego en el momento incomodo y presentó a Kenia y su mamá, Minerva se dio cuenta que kenia era la mujer que estaba cambiando a su hijo, se imaginó en ese instante porque el no soportaba a ninguna mujer cerca de él, menos en su casa.
Las mujeres se presentaron e inmediatamente se llevaron bien, Minerva había estado de viaje, siempre lo hacía y volvía a quedarse una temporada con su hijo, Reynaldo se dio cuenta que su relación con kenia se ponía más difícil, el no era capaz de intimidar con kenia estando su suegra y su madre bajo el mismo techo, el tenía su habitación, pero no sé iba a sentir cómodo, con libertad de hacer lo que quisiera con kenia.
Los días pasaron y la pareja solo podían darse besos en la oficina, no podían llegar a más porque tenían mucho trabajo; Reynaldo estaba concentrado en unos documentos cuando escuchó la notificacion que le avisaba de un correo, cuando lo vio se dio cuenta que era el correo electrónico que confirmaba la organización oficial de una reunión de trabajo, se dio cuenta inmediatamente de lo que debía hacer. No tuvo que dudar ni reflexionar sobre la forma correcta de actuar, porque estaba seguro, absolutamente seguro de lo que queria.
En las últimas semanas habían pasado muchas cosas, habia estado demasiado ocupado para pasar tiempo junto a kenia, él decidió llevarla con él, necesitaba desesperadamente pasar más tiempo con ella, donde estuvieran solos, libres de cualquier obligación, y esa parecía la oportunidad perfecta; porque iban para un lugar alejado de su entorno habitual, el pensó que en ese lugar podían disfrutar de su relación con el menor esfuerzo posible.
Él sonrio feliz y la llamó a su oficina, ella al poner el teléfono en su puesto fue inmediatamente, se sentó frente a él a esperar alguna indicacion, el le sonrió y dijo.
REYNALDO: Tengo una reunión de trabajo a la que asistiré el fin de semana.
Kenia le sonríe no miy feliz, lo iba a extrañar, aunque como relación no estaban al cien, pero en los momentos en que estaban muy ocupados y no tenian tiempo suficiente para estar juntos, el siempre se preocupaba por ella; Kenia suspiró y dijo.
KENIA: ¿Necesitas reorganizar las cosas? ¿Quieres que prepare alguna reunión a una hora específica? ¿O quieres que cancele algunos compromisos?
Él se dio cuenta que no estaba feliz por la noticia, el la miraba fijo dándose cuenta de la expresión corporal de ella, el mojó sus labios con la lengua y dijo.
REYNALDO: Bueno... Sí, arreglaré eso contigo dentro de un momento, pero en realidad lo que me gustaría es que vengas conmigo.
Ella tardó un momento en comprender las palabras dichas por Reynaldo, sabía que ella como secretaria no haría nada, no la necesitaba, su mirada se encontró con la de él y ella dijo.
KENIA: ¿Quieres que vaya contigo a un viaje de negocios? ¿Hablas en serio?
REYNALDO: Si, me encantaría que vinieras conmigo, me ocupare del trabajo y de lo nuestro.
KENIA: Si, voy contigo, en cualquier caso, estoy muy entusiasmada con lo que vamos a hacer juntos.
REYNALDO: Estoy impaciente por ver adónde nos llevará esta reunión de trabajo. Será un punto de reflexión importante en nuestra historia, ya se trate de desahogarnos en la cama, o... de algo más.
Reynaldo pensó en Kenia, estaba muy emocionada y tiene mucha razón, necesitaban su espacio. Puede que sea unviaje de negocios, pero él también quería que fuera lo más especial posible para los dos.
De regreso a su casa Reynaldo la esperaba en el parqueadero, cuando se sentó en el asiento del copiloto el la miró feliz, la química entre ellos se enciende y se intensificaba a cada segundo que pasaba.
Él día del viaje llegó, Kenia quedó sorprendida cuando el carro se detiene delante de lo que parece el avión más lujoso que ella haya visto en su vida, nunca había estado en un aeropuerto y menos frente a un avión, el miró a Reynaldo y dijo.
KENIA: ¿Este es el avión donde nos vamos?
Ella nunca había visto un avión de gente rica, únicamente lo había visto en las revistas de novelas, jamás pensó que vería uno en la vida real y mucho menos subirse a uno, Reynaldo la mira con una sonrisa pícara y le dice.
REYNALDO: Si.. en este viajaremos.
KENIA: ¿es tuyo?
REYNALDO: Si.. es de mi familia.
Ella se queda sin palabras, pensó que esa no era su vida, pero sabía que sivera la de él, era un hombre de negocios de éxito, con carros de lujo y todo a su disposicion, pero nunca pensó en cuánto dinero podría tener; Kenia pensó que eso debería hacerla sentir un poco avergonzada y hacerle pensar que no era lo bastante buena para estar allí con él, pero estaba demasiadoo emocionada para que le importara todo lo que pensaba, iba a tener la oportunidad de ver lo que es ser alguien realmente importante.
Al estar dentro del Jet vio todo el lujo y cosas lujosas a su alrededor, ella se sintió la mujer más afortunada del mundo, Reynaldo la lleva por todo el avión, mostrándole todo, ella observaba todo lo que hacía que el lujo fuera aún más abrumador.
Cuando terminaron el recorrido el la tomó de la mano y se sentaron a esperar que él había despegara, Reynaldo la abrazó y ella sintió el calor de su brazo alrededor de sus hombros, el tacto de su cuerpo eran embriagadores para ella, disfrutó de ese momento, a ella le encantaba el trato que el le daba, le revolvia el estómago de excitación. Kenia estaba entre sus brazos, sintiéndose libre de hacer lo que quisiera con él.