La Ley y la Trampa es una novela que sucede, al mismo tiempo, que la novela Teniente del río Uruguay. Sus conflictivos personajes son Kellian y Noel, junto a nuestra asesina profesional (sicaria) Lady River, quien es un baúl de secretos muy dolorosos.
Portada Original, creación de Dayanna Goyeneche G (autora y gran amiga de aquí en Noveltoon)
Aviso general: obligación de prestar atención: 🚨🚨Novela de mayores de 18 años🚨🚨. Trata temas muy sensibles, violencia gráfica fuerte, trata de personas, clonación, relaciones sexuales y vientres subrogados.
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Capítulo 2 – Los Pactos dolorosos – Parte I
—Y yo tengo ganas de matarlo —Hizo su entrada, dejando caer su gran cuerpo, que estaba realmente agotado, en una de las sillas Mauricio “Doc. Colombia”. Noel le había contado parte de la historia, la Flaca la parte negra y él había atado cabos, como siempre lo hacía con todos los allegados a Anahí, ya que tenía por costumbre, contar las cosas a medias o a cuenta gotas, para que fuera más difícil arruinar sus planes.
—No lo digas y mucho menos se te ocurra hacerlo —sacando su vista de la pantalla, el rostro de miedo en Noel era palpable y, aunque necesitaba hablar con él; para aclarar todo esto, para darle un fin; pero a su vez, temía lo peor que pudiera pasarle.
— ¿Por qué lo defiendes?, si él te lastimó y tú lo sabes niña. —dijo Manolo, quien también se había sentado, mientras escribía otro informe para Lady, él no se acostumbraba a llamarla por su nombre o el apodo que los topos le habían dado.
Al igual que en la cárcel, el número de reos o el apodo, era como mantener una barrera con el mundo y así, salvar a tu ser humano civil y más débil.
—No, Manolo, él no me lastimó; fue Anahí quien lo hizo —La sorpresa en el rostro de dos de esos hombres, era inequívocamente real, pero en Mauricio la seriedad y la burla era algo desesperante, él sabía más de lo que decía; pensó Noel.
— ¿Por qué lo dices?, ella es tu amiga, casi tu hermana. —Le dijo Rafael, mientras se adentraba en la oficina.
—Sí, pero ella jamás dejaría que él supiera la verdad de lo que pasó en Buenos Aires, y eso, me une más a Sonia que a Anahí. —le dijo dándose vuelta y volviendo a poner sus ojos, en las pantallas del lugar para mirar a Kellian.
—A, hablas de la mujer que vive en la estancia del Gringo —dijo Manolo mientras se limpiaba una uña con el cuchillo, que le había regalado Anahí para su cumpleaños número treinta, habiendo dejado de escribir su informe de este “hallazgo”.
—Sí, de ella, y si Anahí le hizo lo mismo que a mí, entonces, ¿cómo puedo decir que ella es mi mejor amiga cuando no me da derecho a decidir? —Noel le hizo la pregunta a Mauricio, volviendo a mirarlo a los ojos. Él sabía más cosas de las que ella pensaba, estaba segura de ello y era hora de que le contara la verdad.
Manolo, parándose frente a ella, la miró a los ojos diciéndole:
—Ella no te contó ¿verdad? —Noel, lo miró con más dudas que certezas ante ese cuestionamiento — ¿lo que investiga desde el mes de enero, cuando estaba por pedir la baja del Ejército, varios años atrás? —Le preguntó Manolo, alejándose y volviendo a sus escritos sobre el desarrollo del día, sabiendo también la historia detrás de este secreto, del cual ella era un partícipe necesario y muy doliente para la Lady.
—No, nunca quiso decirme. Siempre dijo que lo hacía para protegerme, nunca me dio el lugar a decidir. —dijo ella con lágrimas en los ojos, habían peleado incluso hasta el punto de llegar a las manos por la bronca acumulada y el silencio glaciar de la Lady.
—Entonces es mejor que se lo cuentes, Mauricio. —dijo Manolo al colombiano, sin despegar la vista de sus papeles, estaba harto de verla llorar por una cuestión que no tenía idea de lo involucrada que la tenía. Ella tenía el derecho a decidir qué hacer de su futuro.
—Aunque me mate la Lady y el dolor de esta revelación, así lo haré hombre. Sígueme Noel. —sentenció Mauricio, golpeando la mesa del sector. Él era del mismo pensamiento que Manolo, y su imponente físico, envuelto en un uniforme negro con franjas plateadas y la sigla HEAVEN PETROL, en su lateral izquierdo y en la espalda superior, lo hacían aún más intimidante. Se paró y le tendió una mano para que Noel la tomara y lo siguiera.
Saliendo de la oficina de vigilancia, se dirigieron al sector de “reunión y planeamiento”, en donde un monitor de cincuenta y dos pulgadas, era vista obligada en el lugar; ya que colgaba de una de las paredes. Había mapas de algunos de los países del mundo colgando en uno de los paredones, cada uno con pines en donde estaban marcadas las operaciones que se realizaban, en forma particular, para objetivos neutrales; mientras otros marcaban las operaciones de rescates de los “legionarios menores y prisioneros de la Legión”.
En otra parte de la pared, los papeles de una investigación actual, en la que la Lady estaba actuando en este momento y el planeamiento de un trabajo que estaba realizando a futuro, para una operación en Aruba, con fotos de lo más aberrantes que colgaban de un pequeño pizarrón; el que estaba colocado al lado de esta investigación actual.
Pendrives con videos e información, o al menos eso creía Noel, estaban colocados al lado de un lector externo, el que estaba conectado al PC y que tenía como receptor al gigante monitor; que en este momento parecía decirle, que era bienvenida a la luz del infierno. Un home theater de sonido envolvente estaba colocado en los paredones para que sonara correctamente, para semejante “cueva de intrigas” según Noel.
Mauricio se sentó en un sillón estilo ejecutivo que estaba al frente de la gran mesa de trabajo; tecleando la clave que tenía para el ingreso al sistema; le dio enter al icono de Equipo y tecleo en el sub disco D, en donde se guardaba la información que era privada de los empleados de la Lady, buscó y encontró la carpeta denominada Legión.
Mientras tanto, Rafael, le acercó un sillón estilo ejecutivo a Noel, y un balde de basura de acero inoxidable y una botella de agua, con una toalla; a lo que ella le miró extrañada. Rafael, le dijo con una mueca:
—tenlo a mano, pues, aunque te parezca raro ahora, lo vas a necesitar en un rato.
Mauricio miró al chileno, y medio sonrió por la advertencia, le había ahorrado esa tarea.
—Bueno mi niña, aquí tienes la parte secreta de tu verdad y el dolor por el cual Anahí se ha comido tu odio. —Le dijo Mauricio mientras le daba enter a uno de los videos mientras Rafael y Manolo se sentaban en torno a la mesa. —No la justifico, pero la entiendo.
Y el clic, dio comienzo al infierno personal de Noel, con el video de salutación que le realizara a Steven.