Un hombre que es muy poderoso y dueño de todo un imperio tendrá que lidiar con una mujer que al principio le parecía la espía o enemiga sin saber que pronto se enamoraría de ella.
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Capítulo 12: El Enemigo en las Sombras
Los días siguientes estuvieron llenos de planes y preparativos. La información proporcionada por Elena había arrojado luz sobre una amenaza aún mayor: el misterioso "Jefe" que había estado apoyando a Ricardo. Alejandro y su equipo sabían que para proteger su organización, debían desmantelar esta red antes de que pudiera actuar.
Isabella trabajaba sin descanso, coordinando las operaciones y asegurándose de que todos estuvieran preparados para lo que pudiera venir. Su determinación era palpable, y cada miembro de la organización Calderón sentía la presión de la inminente confrontación.
En el despacho de Alejandro, el ambiente estaba cargado de tensión. Mateo, Valeria y Alejandro estaban revisando mapas y documentos, tratando de trazar un plan para localizar y neutralizar a "El Jefe".
"Tenemos que ser estratégicos," dijo Alejandro, señalando un mapa de la ciudad. "No podemos permitirnos cometer errores. Este enemigo es astuto y tiene muchos recursos."
Valeria asintió. "Hemos identificado varios posibles refugios y aliados. Debemos atacar simultáneamente para evitar que escapen o contraataquen."
Mateo intervino. "Y necesitamos asegurarnos de que nuestra información es precisa. No podemos permitirnos ir tras pistas falsas."
Isabella, que había estado escuchando atentamente, se ofreció. "Podría ir yo misma a investigar esos lugares. Si encontramos a 'El Jefe' o a sus aliados, podremos actuar rápidamente."
Alejandro la miró con seriedad. "Es peligroso, Isabella. Pero confío en tu juicio. Ve con cuidado y mantennos informados."
Esa misma noche, Isabella se dirigió a uno de los lugares identificados. Un almacén abandonado en las afueras de la ciudad, conocido por ser un punto de encuentro para criminales y mafiosos. Con Mateo a su lado y un pequeño grupo de hombres de confianza, se acercaron al lugar con cautela.
"Recuerda, necesitamos información, no solo capturas," susurró Mateo mientras avanzaban.
Isabella asintió, su mirada fija en el almacén. "Lo sé. Vamos a hacerlo."
Entraron en silencio, moviéndose como sombras a través del oscuro interior del almacén. Los sonidos de susurros y el ocasional tintineo de armas llenaban el aire, indicando que no estaban solos.
Se separaron en grupos pequeños, buscando cualquier señal de actividad. Isabella avanzó por un pasillo estrecho, sus sentidos alerta. Al doblar una esquina, encontró una habitación iluminada donde varios hombres discutían en voz baja.
Uno de ellos, un hombre alto y corpulento, parecía estar dando órdenes. Isabella reconoció su rostro por las descripciones de Elena. Era uno de los principales aliados de Ricardo, conocido como "El Toro".
Isabella se acercó sigilosamente, tratando de escuchar la conversación. "El Jefe quiere que nos preparemos," decía El Toro. "La caída de Ricardo no nos detendrá. Tenemos que actuar rápidamente."
Isabella sintió un escalofrío al escuchar esas palabras. Sabía que debía actuar. Se retiró con cuidado y se reunió con Mateo.
"Encontré a El Toro," dijo en voz baja. "Está dando órdenes y mencionó a 'El Jefe'. Necesitamos capturarlo y sacarle más información."
Mateo asintió. "Vamos a hacerlo."
El ataque fue rápido y eficiente. Isabella y su equipo irrumpieron en la habitación, tomando por sorpresa a los hombres de El Toro. Después de una breve lucha, lograron capturar a El Toro y algunos de sus hombres.
Isabella se acercó a El Toro, que estaba atado y sangrando por una herida en la cabeza. "Háblame de 'El Jefe'," exigió. "¿Quién es y dónde lo encontramos?"
El Toro la miró con odio, pero el dolor y la desesperación en sus ojos eran evidentes. "No sé quién es. Nadie lo sabe. Solo recibimos órdenes a través de intermediarios."
Isabella frunció el ceño. "Entonces dame algo útil. ¿Dónde están sus intermediarios? ¿Cómo podemos llegar a él?"
El Toro dudó, pero finalmente habló. "Hay un club en el centro de la ciudad, el Club Lúgubre. Es un punto de contacto para sus operaciones. Si alguien sabe algo, estará allí."
Isabella asintió, satisfecha con la información. "Gracias por tu cooperación. Ahora, vamos a asegurarnos de que no puedas causar más problemas."
De regreso a la mansión, Isabella y su equipo informaron a Alejandro y Valeria sobre lo que habían descubierto. La mención del Club Lúgubre hizo que Alejandro frunciera el ceño.
"Conozco ese lugar," dijo. "Es un nido de criminales y conspiradores. Debemos ser cuidadosos, pero si es un punto de contacto para 'El Jefe', necesitamos investigarlo."
Valeria asintió. "Iré con Isabella. Juntas podremos obtener la información que necesitamos."
La noche siguiente, Isabella y Valeria se dirigieron al Club Lúgubre, disfrazadas para no llamar la atención. El club era un lugar oscuro y ruidoso, lleno de personajes sospechosos y conversaciones en susurros.
Entraron y se movieron entre la multitud, observando y escuchando. Valeria, con su elegancia y carisma, rápidamente atrajo la atención de algunos de los clientes habituales, obteniendo fragmentos de información.
Isabella, por su parte, se dirigió a la barra y se sentó junto a un hombre que parecía estar observando todo con atención. "Bonito lugar," comentó casualmente.
El hombre la miró de reojo. "Depende de lo que busques."
"Información," respondió Isabella. "Sobre un hombre conocido como 'El Jefe'."
El hombre frunció el ceño, pero no se sorprendió. "¿Y por qué crees que tendría esa información?"
Isabella sonrió con astucia. "Porque parece que sabes más de lo que dices. Y porque estoy dispuesta a pagar bien por esa información."
El hombre la estudió por un momento antes de asentir. "Muy bien. Pero esto no será barato. Y una advertencia: 'El Jefe' no es alguien con quien quieras jugar."
Isabella sacó un fajo de billetes y lo deslizó hacia él. "No me importa el precio. Dime lo que sabes."
El hombre tomó el dinero y se inclinó hacia ella. "Hay un hombre, conocido como Víctor. Es uno de los pocos que ha tenido contacto directo con 'El Jefe'. Lo encontrarás en un edificio abandonado cerca del río. Pero ten cuidado. Si sabe que vas tras él, no dudará en eliminarte."
Isabella asintió, agradecida por la información. "Gracias. Esto será de gran ayuda."
De regreso en la mansión, Isabella informó a Alejandro y Valeria sobre lo que había descubierto. Alejandro asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.
"Este Víctor podría ser nuestra mejor oportunidad para llegar a 'El Jefe'," dijo. "Pero debemos actuar con rapidez y precisión. Isabella, Valeria, prepárense para partir al amanecer. Necesitamos capturar a Víctor antes de que se entere de que estamos tras él."
Isabella asintió, sabiendo que el próximo paso sería crucial. La batalla contra 'El Jefe' estaba lejos de terminar, pero con cada paso se acercaban más a descubrir su identidad y desmantelar su red.
Esa noche, mientras la mansión se sumía en un silencio inquietante, Isabella reflexionó sobre todo lo que habían logrado y los desafíos que aún enfrentaban. Sabía que estaban en un juego de poder y traición mucho más complejo de lo que habían imaginado. Pero también sabía que no podían rendirse.
Se prometió a sí misma que seguiría luchando, que seguiría siendo fuerte y astuta. Porque en este juego de poder y traición, solo los más fuertes sobrevivían. Y ella estaba decidida a ser una de ellos.