Mi Final Feliz

Adamaris: en 2 años no consumaron su matrimonio…, entonces los rumores que había al respecto de que la Duquesa era una mujer incompleta son falsos…

- Diana: completamente falsos, como Paula es mi amiga me tome la libertad de investigar de donde habían surgido esos rumores y me lleve la sorpresa que los inicio la concubina del Duque, su doncella está afuera esperando para declarar.

- Adamaris: ¿Por qué aceptó las calumnias?

- Paula: era menos vergonzoso que admitir que mi esposo en 2 años nunca me toco.

- Adamaris: bueno, ahora es una ventaja, la verdad pensé que no habían decidido tener un hijo porque eran muy jóvenes, sé que a los 16 está permitido que se casen, pero usted no iba a controlar solo una casa, también tenía en sus manos la educación de dos señoritas. Tengo que admitir que cuando una concubina fue recibida creí en los rumores, porque si una concubina se toma es para dar herederos, esa es su función.

- Alan: es evidente Duque que usted nunca supo darle el lugar que le corresponde a su esposa, incluso ahora después de lo ocurrido trajo a su concubina.

- Álvaro: disculpen majestades la traje porque ha tenido algunos días difíciles.

- Diana: mi amiga también tuvo varios días difíciles dentro del Ducado y no le intereso ayudarla.

- Alan: si usted está segura de su decisión le concedo el divorcio.

- Paula: mi decisión no cambiara, estoy segura.

- Álvaro: yo me opongo.

- Alan: no importa que se oponga, basta con que una de las partes lo desee para que pueda realizarse, entonces firmaremos el certificado de divorcio.

- Paula: se los agradezco.

- William: como se deben haber dado cuenta el Duque no castigara a la concubina por esparcir un rumor tan desagradable, pido que ustedes intervengan al respecto – antes de que puedan seguir hablando Vanesa ingresa gritando al lugar.

- Vanesa: ¡Todo es tú culpa! ¡Tú me hiciste esto! – intenta acercarse a Paula para golpearla, enseguida los guardias la detienen y William se para frente a su hija.

- Guardias: lo sentimos majestades, nos dijo que alguien la perseguía al intentar ayudarla logro ingresar.

- Paula: ¿Qué te pasa?

- Álvaro: Vanesa cálmate por favor – se acerca a ella

- Vanesa: todo comenzó desde que ingresaste a mi habitación, ellos me persiguen.

- Paula: nunca ingrese a tu habitación, el Duque me lo prohibió desde el primer día que llegaste.

- Álvaro: lo siento, ha estado teniendo alucinaciones, con Paula y mis padres.

- Vanesa: ya no puedo más – llora desconsoladamente, mientras se pone de rodillas ante Álvaro -, todo lo hice porque te amo, ellos, ellos, no querían que me casara contigo, decían que solo te llevaría a la ruina, la eligieron a ella – intenta ponerse de pie para acercase a Paula -, porque era la señorita perfecta, sabes cómo me sentí…, la única manera de que estemos juntos era matándolos, ahora ellos me persiguen quieren matarme, quieren vengarse por lo que hice.

- Paula: hablas de los antiguos Duques de Frost, realice una investigación al respecto cuando su concubina me amenazó con hacerme lo mismo que a los Duques – entrega a su majestad una carpeta -, ahí encontraran evidencia de los pagos que la concubina realizó para el cochero y los asesinos de los Duques, además que logre encontrar al cochero de esa noche.

- Álvaro: el murió con mis padres.

- Paula: eso es lo que quisieron que creamos, si no quiere ver la verdad, no puedo hacer nada más por usted.

- Alan: reunió pruebas y tiene un testigo, que lastima que no haya visto el valor de la señorita Paula y se haya dejado cegar por sus sentimientos, perdió una buena mujer, es evidente que lo que le sucede a su concubina se llama remordimiento.

- Adamaris: no, las almas de los Duques no pudieron descansar en paz, incluso desde el mas allá intenta ayudar a su hijo.

- Vanesa: lo admito yo los envié asesinar, por favor hagan que se vayan acaso no pueden verlos se están acercando a mí.

- Diana: al parecer la mujer sea vuelto loca.

- Alan: que pasen los testigos, la doncella de esta mujer y el cochero – ambos al estar en presencia de sus majestades se inclinan.

- Cochero: aceptó mi responsabilidad y las consecuencias que vengan, ya no puedo seguir viviendo escondido, esa mujer intento matarme después de cumplir con el trabajo, siempre hay un asesino de tras de mí, ya no lo soporto, ese día tome un camino, por el cual, no debía ir, habías planeado la trampa por semanas, los caballeros fueron atacados, cuando el Duque se bajó ayudar lo ataque por la espalda, la Duquesa intento ayudarlo y también la mate, una vez que acabamos con ellos los tiramos a un barranco y un mago de fuego nos ayudó a quemar el carruaje lo suficiente para que no sospecharan que fueron asesinados, por circunstancias de la vida no pude llegar a tiempo a cobrarle a esa mujer, fue lo mejor porque de lo contrario ya me habría matado, pero ya no puedo vivir más siendo perseguido, hagan lo que quieran conmigo.

- Álvaro: es despreciable – Vanesa que se aferraba Álvaro comienza a reírse.

- Vanesa: estoy imaginando todo de nuevo – Álvaro la empuja.

- Álvaro: cómo no pude darme cuenta de la clase de mujer que eres..., te detesto.

- Vanesa: todo lo hice por nosotros, no lo entiendes.

- Alan: la evidencia y testimonio es claro, el hombre es sentenciado a muerte.

- Cochero: se lo agradezco.

- Alan: pueden llevárselo. Mujer habla – mira a la doncella.

- Doncella: serví a la concubina desde que ingresó a la casa, me pagaba para esparcir rumores sobre la Duquesa en el pueblo, además de ayudarle con el Duque para inculpar a la señora, yo acepté todo por dinero.

- Adamaris: no hay peor sirviente que el que traiciona a sus amos, difundiste rumores falsos, tu castigo será que te corten la lengua, así no volverás a mentir.

- Alan: antes de que te corten la lengua, aclararas los rumores sobre la señorita Paula, mientras ejecutan a la concubina, dirás la verdad ante la gente y luego se cumplirá tu castigo.

- Doncella: por favor tengan piedad.

- Adamaris: no te importó lo que tus habladurías generarían, ahora debes pagar. Llévensela a la celda.

- Álvaro: majestad, pido permiso para que me dejen ejecutar a Vanesa.

- Vanesa: no puedes decir eso, tú me amas.

- Álvaro: ahora te detesto, te odio, te aborrezco.

- Alan: te concedo el permiso, esperó que aprendas esta lección.

- Vanesa: todo es tú culpa – mira a Paula -, la vida que tienes debería ser mía.

- Paula: construiste tu propio futuro.

- Alan: guardias llévensela, no quiero escucharla más – sacan a Vanesa a rastras -. Mi hijo ya había preparado los documentos para el divorcio, solo faltaba nuestras firmas.

- Álvaro: Paula por favor te necesitó.

- Paula: ya es demasiado tarde, tu silencio me destruyo.

-  Álvaro: no pienses en mí, mis hermanas te aprecian y necesitan de tu guía.

- Paula: hablé con ellas, ya les expliqué la situación, si ellas algún día me necesitan me buscarán.

- Alan: no hay más que decir – Alan firma los documentos, se lo pasa a su esposa para que firme, Adamaris los firma y los príncipes se encargan de sellarlos, de esa manera dan por terminado su matrimonio.