Esta pareja se separó por culpa de él. Todo lo malo que él le hizo vivir fue demasiado para ella y con el corazón roto salió de su vida para siempre...
Anya se casó por amor, Alex no. Él ya amaba a alguien más y fue obligado a separarse de ella; pensando que Anya era la culpable, le hizo la vida miserable.
Su esposa pensó que con el tiempo él podría enamorarse de ella; sin embargo, eso no pasó en todo el tiempo que estuvieron juntos.
Una noche, fue el comienzo del fin para que ella lograra salir del fondo del pozo donde estaba viviendo.
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12
Capítulo 12
A la mañana siguiente Alex no se presentó a la casa, solo se vistió y se fue para a oficina a trabajar, ya que tenía varias reuniones importantes a las cuales tenía que asistir con urgencia.
Los días después de ese, habían estado muy complicados, puesto que había tenido que estar de reunión en reunión, por lo que no había ido a la casa ni siquiera una sola vez, por lo que Anya no lo había podido ver. Sin embargo, como esto de que él no se presentara durante una semana no era algo nuevo, ella no le dio importancia.
Estos días sin él habían sido muy tranquilos, por suerte no había tenido que ver a sus padres y eso era algo bueno para ella. Si bien pensaba que podía llegar a ser una hipócrita a veces, por pensar que quien no la estaba tratando bien, o sea su marido, era alguien bueno y a su familia no la podía perdonar. Pero es que cuando le dijeron que se iba a casar con él, ella suplicó que no los obligaran y les dijo que no iban a ser felices juntos, pero como ellos querían ese matrimonio no hubo manera de hacerlos entender que ella iba a sufrir.
Al final, ella se vio obligada a casarse con Alex y a soportar el desprecio de él mientras sus padres ignoraban lo que ella estaba viviendo y que todo era culpa de ellos.
Esa mañana algo raro estaba pasando y es que desde que se levantó, muy temprano como siempre, Anya ha estado mal. Tiene el estómago revuelto y ha estado un poco mareada.
Como no quiere ser acusada de no trabajar con Alex por las empleadas de la casa, se levanta como puede y se viste para ir a trabajar de igual forma. Cuando llega a la cocina huele el olor a huevo que estaban haciendo en una sartén y por arte de magia sale corriendo al baño a vomitar. El olor para ella fue tan fuerte que le causo que corriera al baño.
Todas las empleadas se vieron de forma extraña al verla actuar así. Solo la mujer, que había sido la encargada de vigilar que Anya se tragara y no vomitara la pastilla del día después hace más de un mes, la siguió al baño para ver si estaba bien.
Después de que Anya le dijera que estaba bien, quiso preguntarle si estaba embarazada, pero pensó que ese no era su problema y ya no pregunto nada.
Luego de ese incidente, mientras Anya estaba limpiando, de repente se sintió mal y se desmayó, en la caída se le cayeron varias cosas de su mano ocasionando un gran ruido, por lo que las empleadas fueron a ver que pasó y la encontraron así.
Al verla de esa manera en el suelo, fueron corriendo a llamar una ambulancia. Cuando esta llego, al ver que Anya seguía inconsciente, decidieron llevársela hasta el hospital. Como alguien tenía que ir con ella si o si, Tamara, la empleada que la había vigilado el día de la pastilla, fue con ella.
Las otras, al ver que Anya se fue rumbo al hospital, decidieron llamar a su jefe para avisarle que su esposa fue llevada al hospital. Alex, al enterarse de esto, se marchó de la junta que tenía y se fue rumbo al hospital para ver que le había pasado a Anya.
Al llegar le pidió información sobre ella a Tamara y está, le dijo lo mismo que le dijeron a ella, que tenía que esperar hasta que el doctor que la estaba evaluando saliera y le diera el diagnóstico.
Después de una hora de estar esperando en ese lugar, sale un médico y dice.
-¿Familiares de Anya Ponce?
-Sí, aquí.
Dijo Alex, mientras se acercaba al médico.
-Yo soy su esposo.
-Ok, bueno, le comento que su esposa fue traída por un desmayo que sufrió en su casa. Como se había golpeado la cabeza tuvimos que hacerle una tomografía, pero por suerte eso, salió muy bien y no tiene ninguna lesión. Antes de hacerle la tomografía tuvimos que hacerle un test de embarazo para ver si era apta para una tomografía normal, por lo que nos dimos cuenta de que la paciente estaba en estado y tuvimos que hacer cambios para hacerle el estudio.
Alex asentía con la cabeza, pero no estaba prestando mucha atención porque el médico estaba dando muchas vueltas para decirle que fue lo que tenía Anya.
-Disculpe, doctor. Pero, ¿Qué tiene mi esposa?
-No tiene nada grave.
Le dijo el médico con una sonrisa.
-¿Y por qué se desmayó entonces?
-Por su estado, pero es completamente normal.
-¿Qué estado?
-Oh, ¿no lo sabía? Su esposa esta embarazada. Felicidades.
Cuando por fin el médico lo dijo claramente, a Alex le cayó un balde de agua fría en la cabeza. Anya estaba embarazada.
