Su ex novio la dejó con muchas deudas, Camila se encontraba en bancarrota, los tribunales la están llamando para un juicio, no sabia que hacer, hasta que su jefe le propuso un contrato, él la iba a comprar, ¿será que una chica que está tan humillada volverá a sentir algo por algún hombre?
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fiesta ridicula
Camila no sabía cómo sentirse, estaba sentada mientras las chicas la arreglaban, se sentía molesta por el trato de Nicolai, sabía que no sentía nada por él, era ridículo solo pensar en ello, además no lo conocía, siempre supo que era su jefe, viene de familia rica y cada año aumentan más su capital por sus buenas inversiones, es como un sabueso con buen olfato.
Se miró en el espejo ya maquillada y se dijo así misma que disfrutara de este trato cualquier mujer estaría contenta de esto, que un hombre millonario le pagara empleados para lucir aún mejor, que tontería, ella siempre había pensado que podía conseguir todas las cosas sola, su madre siempre decía que la mujer necesitaba del hombre para ser alguien.
Al detallar su delicado maquillaje se dio cuenta de que no habían hecho mucho solo realzar su belleza natural y tapar sus pecas.
- ¿podrías colocarme algún labial más fuerte? - pregunto Camila viendo que la chica no iba a colocar nada más que un brillo.
-el señor Morozova nos dijo que te vieras lo más natural posible - dijo la chica, guardando sus cosas.
-por favor colócame algo de más color, siento que me veo enferma, además dudo que te sientas tranquila de ser maquilladora y no hacerme algo a más - sabía que, si solo lo pedía, la chica no haría nada, pero podía tentarla a mejorar su trabajo.
-está bien, podríamos colocarle un ligero tono vino con brillo, creo que de esa manera realzaría aún más su belleza - la chica revisó su maleta viendo los colores.
La peluquera terminó el cabello en ondas suaves y con una trenza hacia un lado.
-está listo ¿te gusta? - pregunto la peluquera apartándose y mirando a Camila sonriendo.
-está perfecto, la mayoría del tiempo lo llevo amarrado, muchas gracias.
-me contenta que te haya gustado, estaré en el comedor por si sucede algo- la peluquera salió de la habitación, en cuanto ella salió la puerta del baño se abrió y apareció Nicolai solo con pantalón.
Se notaba que estaba recién duchado y se había afeitado, la miró y sonrió mientras se dirigía a otra puerta. La maquilladora se fue sin decir nada. Camila se sintió nuevamente nerviosa al quedar sola con Nicolai, él volvió cargando un vestido de seda azul.
-te colocarás esto- le dijo colocando el vestido encima de la gran cama.
- ¿no puedo opinar? - pregunto Camila observando el vestido.
-no, para la ocasión este es el mejor vestido... ahora explícame que te dijo la doctora.
Camila se sintió como una niña a la cual sus padres la están interrogando de como fue en su escuela.
-estoy saludable- Camila apretó su boca al sentirse tan degradada
-¿cómo te reviso? - pregunto Nicolai, comenzándose a cambiar por una ropa más formal
-me realizó algunas preguntas y un eco intrauterino-
Camila se levantó de la silla y fue a ver el vestido, era muy bonito, era sensual y su espalda iba a quedar descubierta, mientras que la parte delantera la iba a cubrir hasta el cuello, sonrió al pensar en lo bella que se vería.
-explícame como se realiza ese examen- dijo él acercándose a ella, ya tenía los pantalones y se estaba empezando a abotonar la camisa, era un hombre minucioso y controlador era obvio que quería saber cualquier paso de lo que estaba sucediendo.
-ella... - Camila se sonrojó de solo pensar en lo que iba a hablar, no era mujer de mundo, para explicar todo eso sin avergonzarse - introdujo un aparato en mi vagina para realizar un eco en mi útero, verificando si tenía cualquier anomalía también reviso mis ovarios y todo estaba bien.
Camila intentó que se escuchara como un informe, no le avergonzaba entregar un informe era mero trabajo, ella se quitó la ropa intentando no prestarle atención a Nicolai, sabía que él no saldría de la habitación.
Nicolai sintió rabia al escuchar que algo se había introducido en su zona intima, se sintió posesivo en ese momento, él había sido el único en disfrutar de esa zona tan privada de ella. Su rabia aumentó al verla desvistiéndose, eso significaba que se había estado desnuda, no aguantó y la agarró por el hombro, le quitó el sostén y tomó en su boca uno de los pechos, ella se agitó ante el toque de su boca, la tiró encima de su cama y le abrió las piernas, observando su entrepierna por su había algún cambio y comenzó a besar sus muslos.
Ella daba pequeños suspiros con cada toque de sus labios en su zona más íntima, Nicolai no aguanto más y saco su verga de sus pantalones e introduciéndola inmediatamente en la estrecha hendidura de Camila, gruñó al sentirse tan apretado, se comenzó a mover buscando aliviar a su dolor, pero cada vez aumentaba más.
Camila se sorprendió ante el ataque de Nicolai en su cuerpo, aún dolía un poco, pero le gustaba sentir el peso de él sobre ella, quería que aumentará más el movimiento buscando su éxtasis, se retorcía debajo de él, sentía como pasaba las manos por sus muslos, y ese pequeño toque sentía que la quemaba, tomo su cabello y lo empujó hacia atrás exponiendo su cuello y besándolo, Camila sintió como llegó al clímax como una gran electricidad caliente que bajaba hasta la punta de sus pies.
Nicolai se quedó apoyado en el cuello de Camila, ralentizando su respiración, no entendía su reacción ¿por qué se sintió posesivo con ella? Quizás porque era la primera mujer a la que le había quitado su virginidad, debía de ser eso, no tenía otra explicación, no tenía ningún sentimiento por ella, la tomaría hasta el cansancio, era lo mejor para dejar de sentirse así, se levantó y acomodó los pantalones, la miró ligeramente sonrosada y adormilada.
-levántate, colócate el vestido y ve a que te acomode de nuevo el cabello- dijo Nicolai yendo de nuevo para el closet.
Camila lo miró con odio por su falta de sentimientos, aún la trataba como una mera muñeca sexual, se levantó, limpió y se colocó el vestido, sonrió al verse en el espejo sabía que se le vería muy bien sus curvas nunca la hacían ver mal, el rápido sexo había dejado un brillo en sus ojos, pero se sintió avergonzada al tener que pedirle a la peluquera que la arreglara. ¿Puedes arreglarme el cabello de nuevo? Se movió al ponerme el vestido- le dijo Camila a la chica, cuando llegó al comedor donde ella estaba escribiendo algunas cosas en una laptop
-sí, por su puesto, solo te colocaré un poco más de laca y te haré la trenza, no es muy difícil, puedes sentarte en alguna de las sillas del comedor.
-muchas gracias y disculpa, me encantó mucho- Camila se sintió avergonzada de nuevo, sintió que la chica sabía lo que había sucedido.
-quédate tranquila, y no te avergüences no diré nada, el señor Morozova hace firmar a todos un acuerdo de confidencialidad, todos sabemos que eres su novia, es obvio que ese tipo de cosas sucedan.
-sí, lo sé, todos se sienten muy feliz de trabajar para Nicolai - todos excepto ella, solo quería que pasaran los tres meses rápidos, había una posibilidad de no quedar embarazada y librarse de todo esto.
-parece ser un jefe horrible, pero no lo es, paga bien y hay bastantes beneficios - la chica comenzó a trabajar en su cabello en silencio.
Estaba casi terminando cuando escuchó que Nicolai bajaba por las escaleras, estaba hablando por el celular con alguno de sus gerentes, se había colocado un traje en negro y solo su corbata era azul, combinando con el vestido de Camila, él la miró y colgó, Camila rio por dentro al pensar en la otra persona que había quedado hablando solo.
-vámonos a la ridícula fiesta - dijo Nicolai furioso e incómodo
- prefecto- Camila se levantó y arregló su vestido\, Nicolai de le quedó mirando sorprendido\, ella colocó sus ojos en blanco\, pensó que su sorpresa era mentira y quizás estuviera jugando con ella.