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Corazón De Piedra

Corazón De Piedra

Status: Terminada
Genre:Completas / Contratadas / Época / Dominación / Malentendidos / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:1.8M
Nilai: 4.7
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Liliam es una chica campesina cuya vida cambiará cuando el Rey Evans se presente en la hacienda de su padre a cobrar una antigua deuda. A partir de allí empezará una historia de odio, romance y pasión entre ambos.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

LECCIONES CON UNA VÍBORA

...LILIAM:...

Habían pasado tres días desde mi llegada al palacio y fueron los más aburridos de mi vida. Estuve en la habitación, no salí ni a comer, por suerte Adelaida me traía de comer, cosa a la que nunca estuve acostumbrada. Me trató de convencer de salir a conocer los alrededores del palacio y del jardín pero yo no tenía ánimos. Había salido solo una vez a recorrer los pasillos, eran tan solitarios que desistí de hacerlo. Descubrí que el rey no tenía mucho personal, la mayoría eran soldados y estaban afuera custodiando, unas pocas sirvientas, los miembros de la corte pero ningún familiar a parte del príncipe.

Al parecer el rey no preguntó por mi ausencia, seguramente hasta olvidó mi existencia pero Adelaida me estuvo informando que estaba ocupado en sus deberes que ni siquiera tenía tiempo de comer en el comedor. Gracias al cielo que me olvidó.

Estaba triste, pensando en mis hermanas, no me sentía a gusto en aquel lugar, no había nada que hacer. Me la pasaba del balcón a la cama pero al cuarto día decidí que saldría de nuevo, el encierro era el enemigo de la tristeza.

Adelaida se sorprendió al encontrarme de pie y hurgando en el armario, no había nada de mi gusto así que elegí un vestido sencillo de un tono rosa y cernido al cuerpo. Después de bañarme me lo coloqué, por fortuna encontré unas zapatillas sin tacón en el fondo del cajón y me quedaron a la medida, eran cómodas y podía caminar con ellas.

Mi ropa con la que llegué había sido lavada y Adelaida la traía envuelta en una bolsa de papel. La convencí de no tirarla y por fortuna accedió pero me hizo prometer que no la usaría.

En cuento al cabello, Adelaida lo recogió en una trenza y lo adornó con ganchos en forma de flores. Nadie me había peinado desde que mi madre lo hacía.

Comí en el vestíbulo de la habitación.

— El rey tiene una reunión con sus aliados así que hoy tampoco podrá verla — Informó Adelaida pero yo seguí comiendo con indiferencia — Pero me dió órdenes de que la llevara a sus lecciones de etiqueta.

— ¿ Lecciones de etiqueta? — Balbuceo mientras me lamo los dedos.

— Sí, Lady Liliam.

— Bueno, al menos tendré algo que hacer.

No me agradaba la idea de que un extraño pretendiera adoctrinarme a su manera de estirado pero prefería eso a estar allí encerrada.

...****************...

Adelaida me condujo a un gran salón en la planta baja del palacio, era amplio y hermoso, rodeado de ventanales que dejaban entrar los rayos de sol y daban vida al lugar. Sonreí emocionada por lo hermoso que era, las paredes tenían diseños de flores pintadas como decoración. También había un piano en una esquina y unas pocas sillas esparcidas por la pared junto a una mesa de té. Había platillos exquisitos allí, seguramente esto tenía que ver con las lecciones.

Noté la presencia de una mujer rubia y de piel blanca, llevaba el cabello recogido y se abanicaba el rostro mientras esperaba sentada. Al notarnos recogió su abanico y se levantó.

Adelaida hizo una reverencia pero yo no me moví. Me mantuve evaluando discretamente a aquella mujer. Llevaba un vestido rojo con escote pronunciado, un buen par de pechos, en uno de ellos tenía un lunar que seguramente era falso, la mujer estaba bien favorecida pero yo no quería lucir igual.

— Su alteza, ella es la prometida del Rey Evans — Dijo Adelaida y luego se alejó — La dejo para que puedan comenzar.

Ella se marchó, volví mi vista a la mujer estirada.

Ella guió sus ojos grises hacia mí, me observó de pies a cabeza como si hubiera un animal asqueroso frente a ella. Me cayó mal al instante.

— Es un placer conocerla — Dijo y extendió su mano llena de anillos — Soy la Duquesa Anabella Doqui.

Estreché su mano — Un gusto, soy Liliam Cuper.

Me soltó la mano y noté que se la limpió disimuladamente con la falda del vestido. Infeliz, ya iba ver la ingrata, ella no me iba humillar, yo no me dejaba pisotear por nadie.

Sus labios gruesos pintados de carmesí mostraron una sonrisa hipócrita.

— ¿ Solo Liliam Cuper ? — Preguntó.

— Si, no poseo ningún título — Dije y ladeó su cabeza.

— ¿ Entonces a qué familia perteneces ? — Preguntó mientras me rodeaba como si fuera una presa, evaluando mi cuerpo desde todos los ángulos.

— A ninguna ¿ Hay algún problema con eso ?

Se detuvo frente a mí y golpeó su abanico contra su palma.

— En lo absoluto, si el rey la eligió fue por algo que vió en usted — Sentí algo de reproche en su tono y fruncí el ceño, me observó de nuevo como un gusano — Ha simple vista parece una niña.

¿ Qué rayos le sucedía a esa mujer ? Ni siquiera me conocía.

— ¿ Tiene algún problema con que sea la prometida de Evans ? — Pregunté dejando notar mi tono de molestia.

Sonrió como víbora — No, no lo tengo

— Entonces empiece con sus lecciones.

Tomo una postura erguida.

— El Rey Evans... — Parecía que le faltara el aire al pronunciar el nombre del rey — Me ordenó darle lecciones de etiqueta y me puso al tanto de que usted está en el nivel más bajo, no sabe caminar correctamente, no sabe comer correctamente y ni sabe hablar... Esto nos va tomar más tiempo del que tenía planeado.

Me cruce de brazos — Al parecer el Rey Evans exageró con todo esto, yo sí sé caminar, yo sí sé comer, yo sí sé hablar correctamente.

Caminó de un lado a otro lentamente, como queriendo intimidarme con sus pasos estilizados.

— Tal vez sí pero la forma en que lo haces seguramente no es la correcta ante la realiza, cariño.

— No me digas así.

Me ignoró, sonriendo de nuevo con falsedad.

— Empecemos con lo más grave, el caminar — Dijo y bajo su mirada, notando que llevaba unas zapatillas bajas — Sé que no eres buena usando zapatillas de tacón alto, así que traje estás — Se acercó a una de las sillas, sobre ella había unas zapatillas extremadamente altas y estrechas — Pontelas.

Me las tendió.

— Esto tiene demasiado tacón.

— Lo sé, cariño — Dijo de nuevo y puse los ojos en blanco — Pero si dominas estás zapatillas las demás serán pan comido.

Las tomé y me senté en la silla para colocarme las zapatillas. Metí mi pie en una y maldije en alto, la duquesa pareció haber escuchado alguna ofensa de gravedad porque se mostró espantada. Me quedaban demasiado ajustadas y se sentían como un ladrillo.

— No me quedan, son incómodas — Gruñí.

— Lo siento, solo tenías esas, pero descuida esas se aflojan.

Sonrió de esa forma de nuevo mientras observaba como me colocaba de pie de forma costosa, casi pierdo el equilibrio. Esto era peor que andar en zancos.

— Ahora, quiero verte caminar, así sabré cuán grave es el problema.

Me torno erguida, usé mis brazos para mantener el equilibrio y suspiré pesadamente. La duquesa iba usar esto en mi contra, conocía a los de la realeza, usaban cualquier cosa para burlarse y hacer menos a los campesinos y sirvientes. Avancé tambaleando mi cuerpo, las zapatillas me apretaban el talón obligandome a arrimar hacia la parte de adelante pero mis dedos sufrían las consecuencias. Caminé como pude, sonando fuertemente las zapatillas y escuché como contenía la risa.

— Hazlo de nuevo, regresando hacia mí.

Me gire y la fulmino con la mirada, aún así no fingió pena. Cuando di la vuelta caí al suelo.

Una carcajada salió de esa bruja.

— Lo siento, pero eres demasiado torpe — Me levanté de nuevo, mis rodillas se lastimaron — Es tan patética, cualquier mujer con clase puede caminar pero al parecer el rey eligió a una burra corriente sacada de un cochinero como esposa — Avanzó.

Apreté mis manos en puño. Se colocó frente a mí y me reparó con despectiva mientras me provocaba con su risa de cuerva.

— Bruja de quinta — Gruñí.

— Más corriente de lo que imaginé, solo una marginal suelta palabras tan obscenas, niña bruta — Movió su mano con desdén hacia mí.

— Me niego a obedecer, prefiero ser una bruta que una estirada cuerva como tú — Gruñí y se encogió de hombros.

— Igual no planeaba corregir algo que no se puede enderezar.

Avancé para atacarla pero recordé que tenía esas condenadas zapatillas y me tambalee, se apartó y sentí como metía su pie para que cayera. Perdí el equilibrio, el golpe iba ser fuerte, interpuse mis manos pero sentí como alguien me tomaba de la cintura.

¿ El Rey Evans ?

Me sostuve de unos brazos firmes de hombre y elevé mi mirada, pero el hombre ante mí no era el rey, me ayudó a colocarme de pie de nuevo. Me encontré con unos ojos azules brillantes, un hombre guapo de cabello dorado me evaluó detenidamente. Sentía que había visto su rostro en alguna parte y recordé de inmediato. Ese hombre era un soldado del rey, estuvo con él cuando llegaron a la hacienda.

— ¿ Se encuentra bien, señorita? — Preguntó, aún sosteniendo mi cintura, me aparté rápidamente. Su uniforme era diferente, tenía condecoraciones en los hombros y medallas en el torso.

— Si, muchas gracias — Dije y sentí el rostro sonrojado, otro hombre guapo.

La duquesa se acercó con indignación.

— ¿ Qué hace aquí General Itans ? — Preguntó mientras se empezaba abanicar el rostro de nuevo, con fuerza.

El hombre apartó su atención de mí y se tensó al ver a la cuerva, rápidamente hizo una reverencia. Así que era el general, era el superior de los soldados.

— Majestad, buenos días.

— Está interrumpiendo mi clase con su presencia, por favor retirese — Gruñó la duquesa, el general apretó su mandíbula.

Iba hablar pero decidí interferir porque me salvó de una caída que seguramente me iba facturar alguna parte del cuerpo.

— No, no está interrumpiendo — Dije enojada y está vez iba ser uso del poder que tenía como supuesta prometida pero como esa mujer no sabía todo aquello, me las iba pagar — Usted sabe perfectamente que llegó en el momento preciso.

— General Itans, tenga la cordialidad de retirarse — Dijo la duquesa.

El general hizo ademán de marcharse pero lo tomé del brazo.

— Usted no va a ninguna parte — Demandé y el hombre se debatió a quien obedecer, si era inteligente sabía que entre la duquesa y yo, le convenía quedarse de mi lado y lo hizo.

— ¿ Pero quién te crees para desacreditarme ? — Preguntó esa cuerva.

— Soy la prometida del Rey Evans¿ Eso no te da una idea ? — La observé despectivamente — El General Itans es testigo de que usted intentó hacerme daño al interponer su pie de forma intencional, de no se por él me hubiera hecho daño, quiso atentar contra mí y eso es un delito.

— Si, es cierto, yo la ví empujarla — Dijo el general.

La seguridad de la víbora flaqueó y tuve que contener mi sonrisa de triunfo.

— No, mienten, yo no provoqué su caída, fue usted misma con su torpeza y su falta de educación.

— Y encima me insulta, esto no pasará por alto, Evans se va enterar de que usted estuvo humillando a su prometida y que también quiso agredirla — Gruñí y palideció pero luego tomó de nuevo una postura firme.

— ¿ Crees que él se pondrá de tu lado ? Evans solo te quiere para procrear — Jadeo con una sonrisa afilada.

Esto ya es personal.

— Si quiere tentar a la suerte vaya a buscarlo y veremos quien tiene la razón— La provoqué y me dió una expresión de victoria.

— Ya lo veremos Señorita Liliam, el que ríe de último ríe mejor — Avanzó pero se detuvo para observar al general quién se removió incómodo— Si usted se pone en mi contra su puesto privilegiado pagará las consecuencias.

— Pues tendrá que pasar por encima de mí y del rey para hacerlo — Gruñí y era cierto.

Con eso se marchó a grandes zancadas, saliendo del salón con enojo.

1
Maria Del Carmen Jalif
Excelente
Maria Del Carmen Jalif
Bueno
Eleonor Baker
Ay mijo te fallo por la cachetada que le diste a Lili
Eleonor Baker
y sigues sentada, mínimo una patada debajo de la mesa
Eleonor Baker
Ahí le sueltas nomás para picarlo... Anabella es mayor que yo... 🤭🤭🤭
Eleonor Baker
Es muy descortés y que te viera en tu despacho en plena acción.. Muuuy cortés.. jajajajajaja das asco rey 🤢
Eleonor Baker
cachetearlas también y es aún peor
Eleonor Baker
Que cree ? ya, lo sentí imb....
Eleonor Baker
Aviéntale el vino que te queda en la copa
Liliana Guzman Bonilla
Muy bonita historia, sin demasiado drama y muy intensa en sentimientos, gracias por compartir tu hermoso trabajo
Eleonor Baker
Haz como que te limpias, eso les da en el orgullo
Eleonor Baker
Escúpele, un cabezazo algoooo que vea que te está indignando
Eleonor Baker
bravooooo esoooooo, hasta descansa mi alma, GRACIAS AUTORA 👌🏼 Excelente historia no puedo mi levantarme de leer
Eleonor Baker
Buen momento para la cachetada, es ahiii vaaaas
Eleonor Baker
Uhhh no a estas alturas y así de 🤡 el reyesito, le digo no mejor gracias, 😠 después la mando y como que no me interesa mandar la carta, hazlo sentir mal nena, dóblalo de su soberbia
Eleonor Baker
no te dejes
Eleonor Baker
como no dijiste nada, ahí mero, es que vi a una víbora me asusté y casi siento que me aventó
Eleonor Baker
Asqueroso 🤢Cobardeeeee
Eleonor Baker
Amo a Eidan 👏🏼👏🏼
Eleonor Baker
Para qué? Para que la golpees
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