¿Qué pasaría si una persona dulce y amable como Eiran se encontrara con Damon, un líder de banda de motociclistas brutal, escéptico y extremadamente frío?
Un incidente los une cuando Eiran, un joven médico omega, debe ayudar a Damon, un alfa herido de bala en medio de la calle tras un violento enfrentamiento entre pandillas en Madrid.
¿Cómo se desarrollará esta historia? ¿Podrá Eiran derribar las barreras de Damon y cambiar la brutalidad del líder, quien ya está al límite? Acompáñanos para descubrir esta intensa y emocionante historia en un mundo Omegaverse...
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📌 BL/Omegaverse (ChicoxChico)
📌Embarazo masculino
📌Doctor x Ceo (Gánster)
📌Omega fuerte x Alfa fuerte (Personalidad)
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Capítulo 17
Tiempo después....
La cena fue servida, y Damon se acomodó en su silla de ruedas. Aron empujaba la silla mientras Eiran caminaba a su lado, con las manos en los bolsillos y su semblante siempre calmado.
Los tres se dirigieron al área al aire libre, un espacio amplio y bien iluminado por linternas colgantes. Damon había insistido en comer allí, y nadie en la mansión se atrevía a contradecirlo, menos Eiran, quien había aceptado sin más.
Para sorpresa de Eiran, Damon no cenaba solo. Todos sus sirvientes estaban presentes, sentados en varias mesas alrededor, disfrutando de la misma comida que ellos. Era algo que Eiran jamás había presenciado antes. Aunque sabía que Damon no era el típico alfa frío y arrogante (bueno... Si era arrogante, pero no como otros alfas) esta muestra de camaradería lo desconcertó.
Cuando todos estuvieron sentados, los sirvientes esperaron la señal de Damon, quien inclinó levemente la cabeza, indicándoles que podían comenzar. Fue un gesto simple, pero cargado de respeto mutuo, algo raro de ver en un alfa dominante como Damon.
Eiran observó la escena con atención, sorprendido por la calidez del ambiente. Aunque Damon tenía una reputación intimidante en el exterior, parecía que su verdadera personalidad solo se revelaba dentro de los muros de su hogar.
En la mesa principal, Damon compartía la cena con Aron y Eiran. Había sillas vacías alrededor, usualmente ocupadas por los amigos cercanos de Damon cuando lo visitaban. Pero esa noche, solo eran ellos tres.
—La cena es bastante animada —comentó Eiran, mirando a los sirvientes conversar relajadamente. Era extraño verlo. La mayoría de los alfas dominantes que conocía mantenían a sus empleados a distancia, siempre sometidos.
—Lo es. Aunque Damon no hable mucho, le gusta que todos disfruten de este momento —respondió Aron, cortando un pedazo de carne.
Eiran observó cómo Damon comía en silencio, aparentemente ajeno a las conversaciones a su alrededor. A pesar de su fachada imponente, parecía alguien que valoraba la compañía, aunque no lo admitiera.
—La mayoría de ellos tienen más de 50 años —intervino Aron, como si leyera los pensamientos de Eiran—. Están con Damon desde que era niño. Su abuela los contrató.
Eiran asintió, comprendiendo un poco más el vínculo que Damon tenía con ellos. A diferencia de otros alfas, parecía ver a sus sirvientes más como una familia que como subordinados.
En medio de la cena, Damon intentó alcanzar una fruta en el centro de la mesa, pero un leve gesto de dolor en su rostro lo delató. Antes de que pudiera insistir, Eiran tomó la fruta y la colocó frente a él con un movimiento fluido.
—Gracias —murmuró Damon, sorprendido por el gesto.
Eiran apenas le dedicó una mirada antes de volver a concentrarse en su plato, como si lo que había hecho no tuviera importancia.
—¿Siempre es así cada noche? —preguntó Eiran, rompiendo el silencio.
—Sí. Con o sin Damon, los sirvientes siempre cenan aquí —respondió Aron, antes de que Damon pudiera abrir la boca.
Damon continuó masticando su comida, pero no podía evitar observar a Eiran. Había algo en su presencia que lo atraía de forma magnética. Su expresión tranquila, casi distante, ocultaba una fuerza que Damon no podía ignorar.
—Siempre ceno solo por las noches. Mi familia está lejos. Tienes suerte, Damon —comentó Eiran, mirando a los sirvientes con una leve sonrisa que apenas suavizaba su rostro.
—Ven cuando quieras si quieres cenar rodeado de gente —replicó Damon sin dudar, sus ojos fijos en los de Eiran.
—Paso la mayor parte de mi tiempo en el hospital. Suelo cenar allí o en algún restaurante cercano —respondió Eiran, con un tono más relajado del habitual—. Pero gracias por la invitación.
La cena continuó en relativa calma, sin los habituales choques verbales entre Damon y Eiran. Por primera vez, compartieron una velada tranquila, lo cual no pasó desapercibido para Aron, quien miraba la interacción entre ambos con una sonrisa contenida.
Cuando terminaron, Aron se despidió para regresar a su casa. Eiran, por su parte, acompañó a Damon de regreso a su habitación, asegurándose de que descansara después de haber pasado tanto tiempo sentado.
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PDT: Diosito te pido un hombre como Damon 🫦, él es lo máximo 😏