Jugando A Lo Prohibido☆ Saga: Amores Prohibidos☆

TÍTULO: GOLPE DE REALIDAD.

TOMÁS.

Después de qué Horacio, el hombre de confianza de mi padre, viniera a buscarme pará qué asistiera a la boda de zack, me alisté y también le pedí a Gea qué lo hiciera.

Ella se vio reacia a hacerlo, pero es hora de darle el lugar qué le corresponde y qué Astrid conozca su lugar.

Gea.-- Estoy lista.-- Dijo mi bella Noruega y no pude evitar recorrer su belleza de pies a cabeza.

Tomás.-- Te ves hermosa.-- Mis brazos sé enredaron en su cintura automáticamente y la besé con pasión.

Por primera vez, notó que su hermosura es simple y natural. Muy diferente a Astrid.

Gea con un vestido sencillo y su cabello semi suelto sé ve mejor qué una mujer llena de joyas y vestidos caros, es mejor y más bella qué cualquier otra mujer.

En cuánto a mí, me vestí casual, cómo siempre, nunca aparento y no lo haré ahora.

TIEMPO DESPUÉS.

Llegamos al lujoso hotel, en el cual es la fiesta de bodas y nos adentramos tomados de la mano. Todas las miradas caen sobre nosotros, pero hago ojos ciegos y camino hacia la mesa principal con Gea.

Astrid-- ¿Qué hacen aquí?

-- Yo no los invité a qué vinieran.

Edward.-- Eso no es necesario, Tomás es mi hijo, él no necesita ninguna invitación.

Astrid.-- ¿Qué mierda dijo?

Tomás.-- Lo qué acabas de escuchar, soy un Miller.-- Todos los invitados se voltearon a ver a la flamante esposa gritando furiosa y di una sonrisa.

Zack.-- ¿Ustedes se conocían?

--¿Qué haces con Gea?.-- Preguntó mi hermano igual o más furioso qué Astrid, pero no entendí el motivo.

Tomás.-- Gea es mi esposa.-- Las caras de sorpresa fueron más de una, pero seguía sin entender por qué del enojo de zack.

Edward.-- ¿Te has casado y no me lo dijiste?

Tomás-- No fue planeado padre, mi esposa es un regalo caído del cielo.

Edward.-- Ya lo veo, eres hermosa Gea.

-- Bienvenida a nuestra familia.

Gea.-- Gracias, señor.-- Mi esposa sonrió algo tensa, pero la abracé junto a mí para calmar cualquiera de sus inquietudes o miedos.

Enar.-- No deberías haber venido aquí,

-- ¿Por qué te empeñas en arruinar la boda de tú hermana?.-- Miré a mi suegro con el ceño fruncido y desprecio, ¿quién sé cree esté maldito viejo?

Tomás.-- Queridos invitados, me gustaría hacer un brindis por zack y Astrid, pero también por mí y mi hermosa esposa. La mujer más hermosa y pura que nadie más qué yo puede tener.

Levanté la copa con champán y todos brindamos menos mis suegros, mi hermano y la zorra de Astrid.

-- Por cierto, lo olvidaba.-- Llamé a Maikel, mi fiel y querido amigo, pero también mi mano derecha.

Esté me entregó la bolsa qué le pedí qué trajera, la abrí y saqué las sábanas blancas de mi cama, con una mancha roja en medio, luego la extendí frente todos dejándola a plena vista de los miles de ojos.

Enar.-- ¿Qué significa esto?

Tomás.-- Qué Gea decía la verdad, anoche por primera vez la hice mía, aquí tiene la prueba de qué la puta zorra de su familia es su hija Astrid y no gea.

Zack.-- No es cierto.

Tomás.-- Lo siento hermano, pero tú esposa es una zorra, mientras estabas comprometido, esa mujer sé acostaba conmigo.

-- Y no eras tú el idiota, era yo quien llevaba muchos años de noviazgo con ella, pero nunca le hice saber de mi riqueza y lo que poseía, y pensado qué yo no tenía dónde caer muerto planeó una sarta de mentiras para qué Gea y yo nos casáramos obligados.

-- Pero déjame decirte algo querida Astrid, solo me hiciste un favor.-- Mis palabras fueron frías y talvez crueles, pero zack merece saber la verdad y también ese par de viejos tontos.

Enar.-- ¿Eso es verdad Astrid?.-- La muy zorra salió corriendo tropezando con el flamante vestido blanco qué ocultaba la verdadera mujer interesada y nada pura que ella era.

Gea.-- Quiero irme a casa.

Tomás.-- No tienes qué sentir pena, todo lo qué ves aquí es tuyo, y quién sé atreva a ofenderte va a morir en mis manos

Enar.-- Hija.

Gea.-- No soy tu hija, no vuelvas a llamarme de esa forma.

Enar.-- Dame una oportunidad.

Gea.-- ¿Cómo la qué tú me diste a mí?

-- No, haz de cuenta qué nunca existí,

-- ¿No era eso lo qué hiciste ahora?

Enar.-- Hija mía...

Tomás.-- Le advertí lo qué pasaría y ustedes no quisieron escuchar, ahora lárguense, no quiero volver a verlos, no quiero qué vuelvan acercarse a mi esposa.-- Pronuncié furioso.

ZACK.

La última vez qué vi a Gea fue en su casa, después de verla en el restaurante de mi hermano.

Ella me vio intimando con Astrid, pero simplemente ignoró la situación.

Mi cuerpo de repente dejó de funcionar, ya no pude seguir con Astrid. Y después de ello no logré verla más, fui día tras día a su casa con la esperanza de poder verla y qué vuelva a trabajar conmigo, pero no logré verla.

Le pregunté a Astrid por ella y solo me dio evasivas sin decir nada en concreto.

Muchas veces quise terminar este maldito compromiso, pero no encontraba el momento hasta qué me decidí y cuándo le dije a Astrid que no me iba a casar con ella, me dijo qué estaba embarazada y no me quedó más opción qué seguir con esta farsa.

Los meses fueron pasando y no tuve noticia de Gea, comencé a desesperarme, no entiendo el porqué, solo necesito verla, el sentimiento qué recorría mi cuerpo era de desolación.

¿Acaso extraño verla?

Con el correr de los días la boda llegó y mientras él cura comenzó con la ceremonia sentía qué me asfixiaba y no podía respirar, todo pasó en cámara lenta y odié tener qué unir mi vida a una mujer qué no amo, pero todo esto tendrá su recompensa, mi padre me dará los negocios de la familia y me haré más fuerte de lo que soy.

DESPUÉS DE LA IGLESIA.

Todo se salió de control cuándo Tomás apareció con Gea en la fiesta y supe qué sé había casado con ella.

El muy perro trajo con él unas sábanas manchadas con sangre, mi rostro sé transformó de inmediato, él tomó lo qué debería haber sido mío.

Y también me enteré de qué Astrid sé acostaba con él, pero no fue eso lo qué me dolió, lo qué en realidad me golpeó fuerte fue saber qué Gea estuvo en la cama con él.

Astrid solo huyó cómo la maldita perra que es y yo quede desbastado.

Zack.-- Salgan de aquí, no quiero ver a nadie, váyanse al infierno, no quiero ver a nadie.-- Me pare furioso y corrí a todos los invitados.

Edward.-- Cálmate hijo, esa mujer va a pagar su traición, solo cálmate y ten paciencia.

Enar.-- Debe haber un error, Astrid no sería capaz de ser una mujer fácil.

Tomás.-- ¿Qué más pruebas quiere?, ella hizo todo para perjudicar a Gea.

Zack.-- Váyanse de aquí, no quiero volver a verlos, ni a su hija.

Enar.-- Tiene que haber una explicación, esto no puede ser cierto, solamente debes escuchar su explicación.

Zack.-- Saquen a estas personas de aquí, no quiero verlos ni en chistes.-- Mis guardias sé acercaron y sacaron fuera del hotel a los padres de Astrid.

Pero mis ojos únicamente veían a la mujer junto a mi hermano.

El hotel quedó vacío en pocos minutos y Tomás sé quedó con Gea, mi padre mandó a preparar una suite para ellos y yo no podía ocultar mi malestar y enojo.

Me encerré en la que tendría qué haber sido mi suite matrimonial y me embriague, me sentí dolido y lastimado, mi hermano no solo sé follo a mi prometida, si no qué también a la mujer qué robó mis sueños y parte de mi vida.

Desde la última vez qué ella me vio con Astrid no logré estar con ninguna otra mujer, solamente la deseaba a ella, pero ahora es la mujer de mi hermano, esto tiene que ser una puta joda, no me puede estar pasando esto.