♡NOVELA MODIFICADA♡
Las vidas de Emilia Megceza y Matteo Duncan se cruzarán de manera inesperada. Secretos guardados saldrán a la luz, lazos familiares y un amor que crece día a día.
¿Por qué el destino decidió unirlos? ¿Por qué hay personas que se oponen a su relación? ¿Saldrá la verdad a la luz?
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CAPITULO 10
Emilia estaba encerrada en su habitación, meditando sobre la pelea con su jefe. Cuando alguien golpeó a su puerta.
-Matteo?. - dijo ella abriendo la puerta.
-Yo, iba a salir a cenar fuera del hotel y me preguntaba... Quieres acompañarme?.
-Claro, solo… Me cambiaré.
La chica cerró la puerta y pensó en lo bonito que se veía su jefe. Eligió un outfit casual: un Jean engomado, una blusa, zapatillas y un blazer abrigado. Tomo su cartera y salió al encuentro de Matteo. Era un idiota por aceptar la invitación de él después de todo lo que ocurrió en el día, pero tal vez consiga explicaciones. Tal vez él se disculparia con ella por aquel mal entendido.
-Te ves bien. -dijo él.
-Gracias. Tú también.
Salieron del hotel en silencio.
-Y a donde iremos?. -Pregunto Emilia.
-La verdad solo era una excusa para que vuelvas a hablarme. -dijo Matteo. Sin embargo, que te parece ir por un hot dog o una hamburguesa y luego por helado?
A Emilia se le iluminaron los ojos.
-Es perfecto. Pero eso no significa que te haya perdonado. - le dijo.
-Bien. Me esforzaré más.
Ambos rieron.
Los chicos fueron por dos hamburguesas y dos cervezas. Se sentaron en un banco de la plaza a comerlas.
-Oye. Y a que se dedicaban tus padres?. -pregunto Matteo, atento a las acciones de la chica.
-Yo no tengo recuerdos de ellos.. Pero mi abuela dijo que mi padre era chófer de limusina y mi madre... No lo sé. Supongo que se dedicaba al hogar. En verdad no tengo ningún recuerdo de mis padres.
-De veras dijo eso?
-Sí. Es difícil saber mucho. Ya sabes. No tengo otra familia que ellos y... están muertos.
-Lo siento. -dijo Matteo.
-Oye. ¿Y de verdad no sabes como ocurrió el accidente de tus padres?
-M-mis padres... Las pericias dijeron que fue un accidente pero yo… No lo creo. Tenía diez años cuando fallecieron.
-Sabes? Opino que lo de tus padres haya sido un accidente. La historia está incompleta. -dijo ella.
-Lo sé Emilia. Lo sé. -Dijo él, nervioso.
-El pánico en el avión fue porque te acordabas de ellos?
-S-sí. F-fue por ellos. ¿Por favor no le digas a nadie sobre esto si?
-No, yo no diré nada.
-Vamos por helado?. - Dijo Matteo.
-Claro. ¿De chocolate?
-Que sean dos de chocolate.- Dijo Matteo sonriendo.
Compraron helado y siguieron charlando.
-Emilia. De verdad lamento mucho mi comportamiento. Sé que no comprendes. Pero lo hice por ti.
-Y me dirás de quién me protegías?
-Quizá cuando regresemos de París. -se burló él.
-Me conformaré con eso. -Dijo ella y luego continuó-No te parece extraño que tus padres y mis padres hayan fallecido el mismo día?
-Y-yo. N-no lo había pensado. -Dijo él comenzando a ponerse nervioso.
Siguieron conversando hasta pasadas las 12 de la noche.
Matteo acompaño a la chica a su habitación.
-Me la pase bien esta noche, Sr. Duncan.
-También yo, Srta. Megceza. - dijo sonriendo. -Me gustaría repetirlo.
-Sería un honor. Pero... Invitaré yo.
-Oh, vamos. ¿Me llevarás a un restaurante caro? Sabes que eso no es necesario para complacerme.
-No. Cocinaré yo misma. -dijo ella.
-Oh, no me digas que sabes cocinar.
-No soy solo una cara Bonita. - dijo Ella.
Matteo río y se acercó a ella.
-La veré mañana Srta. Megceza.
-Lo veré mañana Sr. Duncan.
Ambos se dieron vuelta para ir a sus habitaciones. Sin embargo, Matteo la tomo por el brazo. La miro a los ojos y la beso suavemente en los labios.
-Descansa. -Le dijo.
Y se fue a su habitación, dejando a Emilia con ganas de más.
**********************
Esa tarde, Matteo caminaba de un lado a otro de la habitación pensando en la pelea con la Srta. Megceza.
Se cambió de ropa y decidió salir a cenar para distraerse.
Se calzó unos jeans, una camiseta y una chaqueta. En los pies optó por usar zapatillas de color blanco.
Salió de su habitación y se quedó parado allí... Pensando si debería atreverse a hablarle o no. Después de todo estaba demasiado enojada luego de su charla en la terraza.
Finalmente, se decidió y golpeó su puerta.
La chica aceptó su propuesta e ingreso a la habitación a cambiarse de ropa.
Matteo se apoyó contra la pared y pensó en lo tonto que fue al mostrarse nervioso delante de ella. Pensará que soy débil, pensaba.
Se está demorando demasiado. ¿Saldrá?
Finalmente ella salió. Se veía preciosa. Se había vestido de manera sencilla, pero de todos modos estaba preciosa.
A Emilia se le iluminaron los ojos cuando él le comentó sobre los planes que tenía para la noche.
Se notaba que ella era una persona humilde y cero interesada. No se parecía en nada a las mujeres que él solía frecuentar años atrás.
Cuando ella se abría y contaba lo que vivió durante toda su infancia, Matteo la miraba a los ojos y sintió empatía por ella. La chica en verdad no sabía nada. Y comenzó a sentirse mal por tener un secreto que ella no sabía.
A pesar de no tener a sus padres, Matteo tuvo contención. Tenía un hermano, tenía a su nana, a Noah y a George. Sin embargo, Emilia solo tenía a su abuela y murió cuando ella aún era muy pequeña.
La chica le dijo con sinceridad que no creía en la historia del accidente. Matteo lo sabía. Solo quería saber lo que ocurrió realmente.
Luego de ese apasionado beso, se despidieron.
Matteo se fue a su habitación. Feliz de haber pasado tiempo con ella: La dueña de sus pensamientos.
No es la primera incoherencia que aparece
Que fastidio esa repetición