EL TRATO DE NUESTROS PADRES

el hombre volvió su mirada al frente. mientras en un gesto amable me dijo unas palabras mostrando confianza.

— estoy curioso por saber cómo te sientes. quiero que sepas que eres alguien que en pocos días se ha vuelto algo esencial en mi vida.— planto con sinceridad. — pase lo que pase, podrás contar conmigo, jamás te abandonaré. si en algún momento tienes un problema no dudes en confiar en mi. estaré dispuesto a protegerte siempre de cualquiera.

era la primera vez que alguien me brindaba su apoyo sinceramente. aunque sus palabras me hicieron sentir bien al mismo tiempo me sentí culpable. me pregunté, ¿qué pasaría si se llegara a enterar que le estoy mintiendo?. Que el rostro que él está viendo no es el verdadero.... ¿cuál sería su reacción?

— ¿no tienes miedo de que te decepcione?. — dije esas palabras con nostalgia y tristeza envuelta.

— ¿decepcionarme?. ¿de qué me decepcionaría de ti?. — habló incrédulo.

— No lo sé. por... Por ejemplo, que algún día descubrieras que no soy lo que tú crees... ¿qué harías tú, si llegaras a descubrir algo así?.— pregunté con un poco de miedo.

— uhM.. — se muestra pensativo por unos segundos.— primero tendría que descubrir y después juzgar. qué clase de persona juzgaría sin saber cómo son las cosas antes de actuar. ¿no crees que eso es una buena respuesta para ti?. — dijo con una sonrisa.

sin poder mantener la mirada conectada con la del. agaché la cabeza y mis dedos seguían jugueteando con la tela de mi vestido que se posaban sobre mi regazo. no sabía que responder. aún mantenía su mirada sobre mí. eso me ponía nerviosa, evitando pensara en una respuesta rápida.

— no tienes que responder, si no quieres. — dijo mientras volvía la mirada hacia el frente.— todos tenemos secretos y yo no soy la excepción. si tú tienes un secreto que no quieres contarme, tampoco te obligaré a hacerlo. respetaré tu decisión, tu privacidad.

al escuchar esas palabras me quede incrédula. ¿ cómo era posible?. ¿cómo era posible que él confiara tanto en mí?. era algo extraño que una persona confiara tanto en otra sin saber nada de ella. incluso posiblemente el secreto que estuviese guardando lo llevara a prisión o incluso a la muerte. pero ahora que lo pienso. yo también confío en él. no estoy con la guardia alta, estoy plenamente dispuesta a su Merced.

— ¿confías en mí?. — dije en desconcierto.

él volvió su mirada hacia mí, de una manera divertida. me jaló hacia él dejándome posada sobre su regazo. mis piernas abiertas sobre su cadera. él me tomaba de la cintura. yo miraba hacia abajo directo a sus ojos. estaba sorprendida. estaba en shock. él miraba hacia arriba. con esa sonrisa pícara.

— si. confío plenamente en ti. — recalcó entre el coqueteo.

este hombre, cada vez se volvía más desvergonzado. miré sobre mi hombro para asegurarme que el tipo que manejaba no estuviese viendo. qué vergüenza ser vista en esta posición. . un pequeño quejido escapó de mi, cuando él me dio una nalgada.

— ¿a quién crees que estás mirando?. — pregunto quejumbroso.

rápidamente volví mi mirada hacia él. mis manos se sostenían sobre sus hombros. agaché la cabeza avergonzada, había dejado salir un gemido.

— ¿por qué.. Por qué hiciste eso?.— hablé avergonzada.

— ¿por qué lo hice?. ¿a quién crees que estabas mirando?. — replicó, con indignación.

— yo....yo... — tartamudeo.— No hagas eso el conductor nos está mirando. él también escuchó el ruido que hice... — recargué mi frente sobre sus hombros. para ocultarme de la vergüenza.

— ah?. ¿él nos está viendo y nos está escuchando?. — dijo con picardía. — Simón ¿has escuchado o visto algo?.

él pregunto sin obtener respuesta. levanté la mirada. quería girar mi cuello, para ver por qué el chofer no le había respondido. pero si lo hacía.. otra vez él Aria otra travesura y, no quería pasar por la misma vergüenza. otra vez.

— ves, el no nos escucha, y tampoco ha visto nada. — dijo mientras la tomaba del mentón.

— pero...

<<< ¿sería verdad que él no me había escuchado gritar?. Bueno no era un grito ... Era más un gemido >>>

Pensó.

aún así nos estaba del todo tranquila. salí de mis pensamientos cuando sentí sus grandes manos apretar mis muslos. estaba haciéndolo a propósito. Aprete mi agarré en sus hombros y al mismo tiempo deje salir un pequeño jadeó. El sonrió divertido, mientras me abrazaba.

— ¡no, vasta porfavor!..— dije con pena.

él se mostró Mimoso. A decir verdad. aún que me sentía avergonzada, al mismo tiempo me sentí feliz.

— quieres ver qué nadie aparte de mi puede escuchar te?. — hablo con voz dulce. Mientras susurraba al oído.

— ¿ que?. En verdad? — dije en un tono de esperanza.

— si. Mira. — dijo mientras me acomodaba en sus piernas.

Mire al frente del auto, el hombre que conducía tenía tapones en los oídos. Una gran tranquilidad se instaló en mi , mis labios dejaron salir un suspiro de alivio. Lo mire con descontento.

—¿ por qué no me dijiste que el conductor estaba usando tapones en los oídos?!.. — dije en tono quejumbroso. Mientras me cruzo de brazos.

— si te lo hubiera dicho, no abría disfrutado de tus lindas expresiones. — dijo juguetón.

aquí quiero aclarar algo: cuando dije tapones no me refiero a tapones de los que usan las mujeres, me refiero a tapones que ustedes entienden como audífonos.