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El Alfa Quiere Redimirse

El Alfa Quiere Redimirse

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Posesivo / Omegaverse / ABO / Fantasía LGBT
Popularitas:26.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Alexa_san❣

—Divorciémonos.
La voz de Alessio Albrecht cortó el silencio como un bisturí, precisa y sin emociones. Ni siquiera se dignó a mirar al hombre que había sido su esposo durante ocho largos años. Frente a él, Enzo Volkov entrecerró los ojos, cruzándose de brazos con frialdad.
—¿Quieres separarte mi ahora?
Ocho años atrás, Alessio, quien no era el verdadero villano. Solo era un hombre que despertó atrapado en el cuerpo del antagonista de una novela BL escrita por su compañera de oficina. En ese mundo ficticio, su personaje era cruel, obsesivo y dispuesto a cualquier cosa para separar al protagonista de su verdadero amor.
Se enamoró de Enzo Volkov y lo obligo a comprometerse y contraer matrimonio con él. Finalmente, después de 8 años, su amor no fue correspondido, Y así, un día, harto del eco de su propia culpa y su amor no fue correspondido, solicitó el divorcio.
Un día sucedió un accidente. Un segundo de descuido. Un camión. Y entonces, la segunda oportunidad.

NovelToon tiene autorización de Alexa_san❣ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

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Alessio salió de su ensoñación con un ligero sobresalto, frunciendo el ceño mientras su mirada se desviaba de inmediato a los alrededores. El vestíbulo aún estaba activo; algunos empleados caminaban, otros esperaban frente a los ascensores, y un par lo habían notado.

Él, Alessio Albrecht, heredero de Blockium, no podía permitirse escándalos innecesarios. Antes de su regresión, no le importaba lo que dijeran; podía gritar a los cuatro vientos que se casaría con Enzo sin vacilar. Pero ahora… ahora el curso del destino debía corregirse. No podía haber rumores. No podía permitir debilidades públicas.

Notó con alivio que, por ahora, nadie parecía prestar demasiada atención. Sin perder tiempo, estiró el brazo y tomó a Enzo con firmeza por la muñeca.

—Ven conmigo —dijo entre dientes, con una mirada severa.

Enzo, lejos de resistirse, lo siguió con paso tranquilo, casi divertido. Mientras caminaban por el pasillo hacia los ascensores, no dijo una sola palabra, como si disfrutara silenciosamente del contacto.

Una vez dentro del ascensor, Alessio evitó su mirada, solo cuando las puertas se abrieron en el estacionamiento subterráneo, lo condujo a una zona apartada, lejos de las luces directas y de otros autos.

Ahí, finalmente, soltó su brazo con algo de brusquedad. Dio un paso atrás, y lo miró con los ojos entrecerrados.

—¿En qué piensas al hacer esto, Enzo? —soltó con voz baja pero cargada de tensión—. ¿Vienes a la empresa, envías esos mensajes, sueltas esas palabras, qué es lo que realmente quieres?

El eco de su voz retumbó ligeramente en el concreto del sótano. La expresión de Alessio era dura, pero sus ojos mostraban algo más: duda, nostalgia.

Alessio dejó caer lentamente la mano desde su frente, exhalando con pesadez mientras su mente insistía en que esto es venganza. Una forma retorcida y meticulosa de devolverle todo lo que él, en su obsesión ciega del pasado, le hizo sentir a Enzo. Tal vez no bastaba con una disculpa.

El peso de ese pensamiento lo hizo masajear con más fuerza sus sienes. Se obligó a creer que era así, que este Enzo, aunque con una sonrisa encantadora y palabras dulces, seguía siendo el mismo que lo miraba con repulsión, que lo evitaba como si fuese veneno. Pero Enzo nunca fue cruel con Artem. Solo contigo, Alessio, se dijo a sí mismo, con un amargo dejo de verdad.

Sosteniendo aún la mano en la frente, murmuró con voz baja, controlada.

—Sé por qué lo estás haciendo —dijo con voz firme pero cansada—. Y lo entiendo. Pero estás interfiriendo con mi trabajo, Enzo.

El silencio entre ambos se volvió denso por unos segundos, hasta que Enzo avanzó con calma, acortando la distancia. Su sonrisa era suave, casi burlona.

—¿De verdad sabes por qué lo hago? —preguntó en voz baja, con una calma peligrosa.

Al escuchar esa pregunta, Alessio alzó la vista, encontrándose de golpe con esos ojos color miel que parecían desnudarlo. Abrió los labios, vacilante, pero los cerró enseguida. Solo después de un largo segundo se atrevió a hablar, con un tono bajo, pero claro.

—Sí —dijo, finalmente —. Pero ya me disculpé. Lo hice en serio. Por lo tanto, no deberías…

Pero sus palabras quedaron suspendidas en el aire.

Mientras hablaba, notó cómo la sonrisa de Enzo iba desvaneciéndose lentamente, como si cada frase fuera una pequeña herida, una más que se sumaba al montón. Sus ojos dejaron de brillar con ese brillo pícaro. Su rostro, ahora serio, mostraba un matiz distinto. Como una flor marchitándose en cámara lenta. Hasta que lo único que quedó en su rostro fue una expresión seria y gélida.

El corazón de Alessio se comprimió. De pronto, la seguridad que había sentido al pronunciar aquellas palabras se volvió quebradiza. Sintió que lo que fuera que había entre ellos, incluso enredado y confuso, se estaba agrietando aún más. Y por primera vez en mucho tiempo, temió haber dicho lo incorrecto.

Alessio desvió la mirada, sus pensamientos entrelazados en un torbellino de incomodidad y confusión. Mordió levemente su labio, reprimiendo el impulso de decir algo más, y dio un paso hacia atrás con la intención de alejarse. Ese lugar apartado no era una elección al azar, era su espacio de escape, su rincón seguro en el estacionamiento donde nadie más aparcaba, donde podía desaparecer sin dar explicaciones. Ya tenía las llaves en el bolsillo, listo para abrir la puerta del auto y marcharse si la tensión seguía creciendo.

Pero justo cuando iba a dar otro paso, sintió una mano aferrarse a su brazo. Enzo.

Su agarre era firme, casi posesivo. Alessio abrió los ojos con sorpresa, volteando a mirarlo.

—¿Qué haces? —preguntó, con una mezcla de incredulidad y molestia—. No… ¿Por qué lo haces?

Enzo no vaciló en su respuesta. Su voz salió con fuerza, teñida de emociones contenidas.

—Realmente no sabes nada… de cómo yo…

Pero se detuvo. Las palabras murieron en su garganta como si hubiera algo que no podía decir, algo demasiado grande, demasiado verdadero. Alessio entrecerró los ojos, confundido.

—¿Qué?

Enzo desvió la mirada, sus labios apretados en una mueca de impotencia.

Se mordió el labio con fuerza, como si luchara contra sus propias emociones, en un gesto que Alessio rara vez veía en él. Se notaba frustrado, irritado, contenido, pero ¿por qué? Alessio no lo entendía. ¿Qué había dicho mal esta vez? ¿La disculpa le pareció vacía? ¿Fue su intento de mantenerse distante? Todo le resultaba imposible de descifrar. “Protagonista complicado…”, pensó Alessio con cierta amargura.

Intentó zafarse, jalando un poco su brazo, pero en lugar de soltarlo, Enzo apretó más. No de forma cruel, pero sí con suficiente fuerza para hacerle daño.

—Entiendo… —dijo Alessio al fin, su voz bajó mientras lo miraba directamente—. Pero suelta mi mano… me duele.

Sus palabras, suaves, pero llenas de vulnerabilidad, quedaron flotando en el aire entre ambos. Fue entonces que Enzo parpadeó, como si despertara de su ensoñación.

Enzo no soltó de inmediato, pero su expresión cambió con rapidez al escuchar a Alessio.

—¿Te duele? —preguntó en voz baja.

Alessio asintió con un leve gesto, sin ocultar su molestia. No esperó una disculpa, pero la expresión de Enzo se transformó al instante. Sus ojos se abrieron con sorpresa, como si no comprendiera lo que acababa de hacer. Lentamente, soltó la muñeca de Alessio.

—No... no te sujeté tan fuerte —dijo, más para sí que para justificar el acto.

Pero sí lo había hecho. Tal vez no con intención, pero su fuerza no era algo común. Alessio lo sintió con claridad. Hasta ese momento, jamás se había detenido a pensar cuán fuerte era un delta dominante como Enzo. En el pasado, apenas habían tenido contacto físico, apenas unas palabras, unas miradas distantes. Ahora, después de ese agarre, le quedó claro: no era algo para tomarse a la ligera.

La muñeca empezó a palpitar, una sensación punzante que le hizo fruncir el ceño. Enzo lo notó de inmediato.

—Alessio, lo siento. No fue mi intención —dijo con tono preocupado. —Déjame ver —dijo Enzo, sin esperar respuesta.

Con una delicadeza que contrastaba por completo con su agarre anterior, tomó la muñeca de Alessio con ambas manos. Lo hizo como si tuviera en sus dedos algo frágil, algo que debía manejar con devoción y cuidado. Elevó la manga del traje de Alessio, revelando la piel clara marcada con una sombra rojiza. La forma de los dedos de Enzo quedaba perfectamente delineada, como una firma involuntaria. Contuvo un suspiro, aunque uno se escapó, más de incomodidad emocional que de dolor físico. “Este protagonista es más sensible de lo que pensé…”, pensó Alessio, confundido por lo que estaba sintiendo.

—Puedes hacer lo que quieras… mientras estés satisfecho —murmuró al fin, su voz algo más suave, casi resignada—. Llamarme, enviarme mensajes… pero no puedes hacerlo mientras trabajo… ni cuando tú también estás trabajando.

Enzo seguía concentrado en su muñeca, hasta que escuchó esas palabras y alzó la mirada. Sus ojos brillaban, no solo por la luz tenue del estacionamiento, sino por algo más intenso.

Asintió lentamente, su voz bajando casi a un susurro, con una sonrisa ladeada.

—No te preocupes por mi trabajo… pronto nos veremos más.

Alessio no respondió de inmediato. No se dio cuenta de la expresión de Enzo, ni del brillo en sus ojos. Estaba demasiado concentrado… en la simple imagen de sus pieles tocándose. Una imagen extraña, imposible hace solo unos días, y, sin embargo, ahora, real. Demasiado real. Algo, sin duda, estaba cambiando entre ellos.

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EVA REYES DIAZ
me encanta todo😍😍😍😍😍😍
yeimy ferrer
tengo una duda hasta cuando Alesio va a seguir pensando que los roles en la historia son los mismos, que no se piensa dar cuenta que las cosas no son como la historia que el leyó
YOONMIN 💜
muy buena la historia, ojala no tardes mucho en actualizar,,te regalo un voto,,,,
El cuervo
más capítulos porfavor autora
💯 ÝÂØÎ es mi religión 🛐✨✝️
es q si ps, lo ví venir
💯 ÝÂØÎ es mi religión 🛐✨✝️
ya me lo suponía, está enamorado de su "hermano"
Maru19 Sevilla
Ni modo a luchar le mijo por ese Alfa dulce
Maru19 Sevilla
Que pena! Cómo cuando los hijos hacen berrinche cuando hay visitas
✿~Celeste~✿
aaaaa yo sabía que Enzo había retrocedido en el tiempo, pero como reaccionara cuando sepa que alessio también lo hizo
✿~Celeste~✿
aaaaaa ya quiero ver lo que sigue, cuándo se entere que su hermanito está enamorado de el va a quedar en shock
Nina taisho
tu también quiero una versión de Enzo y sobre todo si regreso en el tiempo oh en las pesadillas que tú o soñó como trato a Alessio
Nina taisho
por qué no ponen un punto de vista de Enzo después de lo del restaurante y como siguió a Alessio fuera
esta increíble
lectora fantasma
Hay mi pobre baby
lectora fantasma
No se pero me sonó a "que arda troya"
lectora fantasma
No se por que pero algo me dice que sus pesadilla tienen que ver con su vida pasada, y tal vez sea en el momento en que lo vio morir
lectora fantasma
Osea, amore mio primero que se explique bien pa no ilucinarnos y luego ya con sus momentos románticos
Pero super lindo ehh, hasta mi corazón dio un vuelco
lectora fantasma
Necio, quien comprende a los deltas como él, cada vez más duda
Ríe pa no llorar
lectora fantasma
No puedo con las ocurrencias de alessio
Dios en lo que se está metiendo poco a poco vamos desenterrado verdades
lectora fantasma
No puedo con las ocurrencias de alessio
Dios en lo que se está metiendo poco a poco vamos desenterrado verdades
lectora fantasma
Y quede como, wtf
Me agarro desprevenida
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