Un militar altamente entrenado es asignado a una delicada misión de rescate: salvar al hijo de un renombrado médico genetista, secuestrado por un grupo rebelde que busca controlar sus investigaciones revolucionarias sobre la erradicación de problemas genéticos en bebés.
Durante la operación, un imprevisto los hace perderse en un bosque denso y peligroso. Aislados y bajo amenaza constante, ambos deben unir fuerzas para sobrevivir mientras esperan el rescate.
En medio del caos, la convivencia forzada y la confidencia mutua despiertan sentimientos inesperados, llevándolos a descubrir un amor intenso y prohibido que desafía sus realidades.
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Capítulo 24
...Wong Jiho...
Hay muchos momentos en los que Toshion me manda señales confusas, me da esperanza de que siente algo por mí, además de la amistad. Como hoy en el laboratorio, cuando me abrazó de una manera tan afectuosa, pero luego se escapa o se altera diciéndome que no confunda las cosas y demás.
Mi pobre corazón está hecho trizas, sin saber qué pensar. En fin, gustar de alguien que no gusta o no quiere admitir que le gusta a uno es tenso, triste, cansado y angustiante.
Terminé de organizar las cosas en el laboratorio ya muy tarde, y regresé a la casa de la madre de Toshion. La señora Tanaia estaba acostada en el sofá durmiendo, y se despertó cuando llegué.
— Dios mío, me quedé dormida. — Se levantó frotándose los ojos. — ¿Estuviste todo este tiempo en ese galpón?
— Así es, el laboratorio está listo, ¡así que ya puedo empezar a trabajar! — Dije emocionado.
— ¿Y por qué Toshion no se quedó allí contigo? — Me miró intrigada. — Pensé que estaban trabajando juntos.
— Y lo estamos, solo que él... salió más temprano que yo hoy. — Sonreí sin gracia.
— ¡Qué pésimo empleado! — Sonrió.
— ¡Ahh! No, ¡Toshion es el mejor! — Sonreí.
— También deberías salir a pasear, conocer Sonadang. — Hizo espacio para que me sentara a su lado. — Le diré a Toshion que te lleve la próxima vez.
— ¿A dónde fue? — Pregunté.
— Probablemente tras alguna chica. — Dijo y sentí una punzada en el corazón. — ¿Eres un soltero convencido como Toshion o tienes algún interés en una chica?
— No tengo a nadie, y... — Respiré hondo y decidí decírselo de una vez. — No me gustan las chicas, yo soy... gay. — Vaya, espero que no me rechace por esto. — Espero que no sea un problema.
— ¡Ahh, querido! — Sonrió. — No hay problema alguno, no te preocupes, los Lee no son prejuiciosos.
— ¡Me alegra! — Sonreí aliviado. — ¿La señora podría pensar que soy una mala influencia para Toshion o que tengo interés en él?
— ¡De ninguna manera! — Sonrió con más fuerza. — Siento que Toshion está mejor desde que llegaste. Creo que haces bien en su vida. Además, todo lo que quiero es ver a Toshion enamorado, sea quien sea.
— ¿Nunca se ha enamorado? — Dije curioso.
— ¡No! — Respiró hondo. — Tenía la esperanza de que él y Yuna se convirtieran en pareja, tuvieron un romance de muchos años, pero Yuna se cansó de esperar una posición de su parte y ahora está comprometida con otro.
— ¿No le dio tristeza a Toshion eso? — Dije preocupado. — Los vi en la parrillada y parecía gustarle mucho ella.
— ¡Imposible! Le gusta como amiga, y nada más, de hecho, está contento con su boda. — Se encogió de hombros. — Toshion nunca ha tenido una verdadera pasión. — Se levantó. — En fin, la próxima vez ve con él, quizás conozcas a un buen chico por aquí. ¡Buenas noches, querido!
— ¡Buenas noches! — Me despedí de ella y fui a mi habitación.
Entonces Toshion salió a coquetear. Qué mal, otra vez tengo que ahogar la chispa de esperanza que intenta nacer en mi pecho a toda costa. Debo calmarme y entender de una vez por todas que Toshion y yo seremos solo amigos, nada más.
Me doy una ducha y me acuesto, pero no puedo dormir, me doy vueltas en la cama durante horas, hasta que decido levantarme, voy a la cocina y tomo un vaso de agua, es en ese momento que veo llegar a Toshion.
— ¡Ahh, llegaste! — Intenté sonreír. — ¿Cómo fue el paseo?
Él se detuvo frente a mí y no respondió nada. Simplemente se quedó parado mirándome de una manera extraña.
— Tu madre dijo que deberías llevarme la próxima vez. — Continué hablando para ver si respondía, pero él seguía en silencio. — ¿Estás bien?
Lo vi bajar la mirada hacia mi pecho, yo estaba sin camiseta. Quedé totalmente sin reacción ante eso. Entonces, de repente, Toshion se movió rápidamente hacia mí, con una mano sujetó mi cabeza y con la otra agarró mi cintura, no reaccioné, solo me quedé parado tratando de entender qué iba a hacer. Entonces, Toshion me besó.
Me quedé inmóvil al principio debido al susto, su beso tenía sabor a alcohol, me invadía con la lengua de manera urgente, intensa, apretaba mi cintura y mi cuello. Confieso que llegué a pensar que lo hacía solo por estar borracho, pero tenerlo así de cerca, tan intenso, me despertó un enorme deseo y pensé que tal vez fuera mi única oportunidad de tener algo más con Toshion.
Entonces me dejé llevar, retribuí su beso, lo abracé fuerte, acaricié su espalda y dejé que hiciera lo que quisiera conmigo. Toshion me levantó y me colocó sentado en el borde de la cocina, luego detuvo sus besos y deslizó sus labios por mi cuello, mientras lamía y mordía, sus manos recorrían mi pecho dejándome muy excitado.
Luego fue bajando su boca hasta mi pezón; no tenía idea de que era tan sensible. Toshion lamía y succionaba mi pezón, dejando mi mente completamente en blanco; gemía suavemente mientras se deleitaba con mi cuerpo, y quería más y más. Entonces él bajó sus manos hasta la cintura de mi pantalón y...
— ¿Hay alguien en la cocina? — Era la voz de la señora Tanaia. ¡Mierda!
Empecé a empujar a Toshion y me escondí detrás del mostrador, justo cuando ella encendió la luz.
— ¡Toshion! — Lo miró sorprendida. — Pensé que ibas a dormir afuera.
— Sí, pero la noche no fue como esperaba. — Hablaba nervioso, todavía tenía el rostro rojo y agitado.
— ¡No pareces bien!
— Sí, creo que bebí demasiado. — Se pasó la mano por la cara. — En fin, solo voy a tomar agua y me voy a dormir.
— Está bien, yo volveré a mi cuarto, oí un ruido y vine a ver qué era. — Sonrió. — ¡Hasta mañana, mi amor!
— ¡Hasta mañana, mamá!
La señora Tanaia salió y me levanté; todavía temblaba por el susto que me llevé, ni quiero imaginar la vergüenza que sentiría si nos hubiera visto.
Me quedé parado en la cocina, esperando la reacción de Toshion; realmente quería continuar de donde habíamos quedado, aún estaba muy excitado, pero no sabía cómo ni si debía pedir que siguiéramos. Así que solo esperé a ver qué haría.
Toshion me miró y su mirada ya no tenía el deseo de antes, ahora parecía asustado, nervioso, tal vez incluso arrepentido.
— Buenas noches, Wong. — Se limitó a decir eso y entró en su habitación.
¡Mierda! Y nuevamente volvimos a la estaca cero.
