Juana María, una Dominicana que reencarnó en una de sus novelas favoritas, pero no puede creer que corrió con la mala suerte de reencarnar en la villana de la historia.
—No, no, en la villana no, en la villana nooo ¡Quiero ser la protagonista!
Grita en medio de la sala del banquete.
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Capitulo:10
AMBER:
El caballo me lleva hacia mi residencia y yo me quedo algo sospechosa.
—Oye blanco.
El caballo hace su sonido de caballo y yo entrecierro los ojos.
—¿Acaso entiendes cuando te hablo?
El caballo levanta las orejas y yo pestañeo varias veces.
—Es extraño, actúas como si pudieras comprenderme... Pero... ¿Cómo sabes dónde vivo?
Blanco permanece en silencio, es como si se diera cuenta de que dijo o hizo algo que no debía.
—Mmm, eres un caballo extraño, pero muy lindo.
Menciono mientras me bajo de su lomo y este relincha mientras se da media vuelta para marcharse a toda velocidad.
—Este mundo es bastante extraño.
Pienso con una de mis manos en mi mentón pensativa, pero luego me acuerdo que debo de entrar a la mansión antes de que alguien me vea aquí afuera.
Con pasos cautelosos y cuidándome que nadie me vea llego hasta el área donde está mi ventana el cual escalo sin dificultad y entro dando un largo suspiro.
—Uff, esto es demasiado adrenalina.
Murmuro para luego quitarme la ropa y dirigirme a tomar una ducha y fingir que estoy dormida.
En una de las habitaciones del ducado, Letia abre los ojos lentamente mientras el sol molesta su vista y esta se levanta de un salto, pero tiene que volver a acostarse cuando siente un fuerte mareo y un dolor de cabeza horrible.
—Rayos... ¿Qué me pasó?
Murmura al sentir dolor en todas las partes de su cuerpo y cuando baja la vista se sorprende al verse completamente desnuda.
Sus ojos se dirigen a algo que se mueve y al enfocar bien la vista lanza un grito al ver al duque.
—Aaahhh.
El hombre que dormía plácidamente abre los ojos al escuchar ese grito y mira a una asustada Letia toda sonrojada.
—La señora... La señora... Va a matarme... perdóneme duque... No quería... No quería...
Letia se coloca de pies a la velocidad de la luz y sin esperar respuesta se coloca lo primero que encuentra y sale a toda velocidad de esa habitación sin mirar atrás.
El duque se sienta en la cama y una sonrisa se asoma en sus labios al recordar todo lo que pasó anoche.
—Letia, Letia... Huye ahora, luego no podrás escapar de mí.
Vuelve a sonreír y relame sus labios sintiéndose vivo por primera vez.
AMBER:
—¡Señorita, señorita!
Letia interrumpe la habitación con la respiración agitada y el rostro sonrojado.
—¿Qué pasa?
Pregunto con lo ojos cerrados por el sueño, ya que no pude dormir nada anoche.
—Lamento haber llegado tan tarde ¡Merezco que me castigue mi señorita!
Entreabro los ojos un poco y la observo arrodillada.
—Deja de ser tan dramática Letia, vete y dejame dormir que estoy cansada y tengo mucho sueño.
—Se... Señorita...
Escucho su voz y con un suspiro decido tomar asiento en la cama y miro a la mujer frente a mí fijamente.
—Es normal llegar tarde a un trabajo Letia, no es algo del otro mundo ¿De acuerdo?
Ella coloca su cabeza en el suelo y dice en tono alto.
—¡Gracias por su benevolencia mi señorita, Letia se lo agradece!
Bato mis pestañas varias veces al ver esa exageración.
—Si, si... Ya puedes levantarte, no es necesario que hagas eso Letia.
—¡Si mi señorita!
Se coloca en pies, pero algo en su cuello llama mi atención y el sueño que tenía se me quita por arte de magia.
—Acercate Letia por favor.
Ella así lo hace y yo miro esa marca visiblemente de color rojo en su cuello... Vaya, yo no era la única que estaba en acción anoche.
—Ajá... Te hacía más seria Letia... Mmm.
Alzo las cejas varias veces y la chica me mira confundida y yo señalo su cuello.
—¿Quién fue el afortunado? ¿Mmm?
Ella abre los ojos con exageración y se cubre esa parte de su cuello mientras su rostro se vuelve más rojo que un tómate.
—Señorita... Yo... Yo...
—No hace falta que me digas... Aunque voy a necesitar tu ayuda Letia.
—¿Qué desea mi señorita? ¿En qué puedo ayudarla?
Pregunta inmediatamente para cambiar de tema.
—Necesito pastillas o un té anticonceptivo.
Hablo en un tono bajo, por que sé perfectamente que en esta época algunos temas son muy tabúes.
—¿Té anticonceptivo? Mi señorita... Usted...
—No fuiste la única que disfrutó anoche... Pero de verdad, quiero algo bastante fuerte porque fueron muchas las veces que se llegó dentro... Hay, ese hombre me desbarató por completo, no sabía que una persona podía...
—No hace falta que me detalle su intimidad mi señorita.
—No, pero de verdad, aparte de tenerlo muy grandez si que lo sabía usar...
Letia mira hacia otra parte con el rostro muy rojo y yo suspiro por mi gran bocota.
—Discúlpame por hablar a la ligera Letia, ve a buscar este té por favor, estaré aquí descansando, luego tú te puedes tomar el día y descansar.
—Muchas gracias mi señorita, estoy muy agradecida con usted.
—No es nada, ahora ve y tráeme eso que no quiero bebés sin haberme casado... O de lo contrario mi padre me mataría.
—En eso tiene razón, voy al mercado a comprar las hierbas, luego le traigo el té listo.
—De acuerdo, ve con cuidado.
—Si.
Dice ella para luego retirarse y yo vuelvo a acostarme para dormir.
esa duquesa va quedar bien morada ....!!!!
😄😀😀😀😁😁😁😁😁😁
ese archiduque está más bueno, que comer con los dedos.....!!!!! 😋😋😋😋😋😋😋😋