Christian Moltanba es el principal sospechoso de cometer tres asesinatos, por esta causa, es llevado a la pena de muerte. El muere sin conocer a su hijo, Mathias, el cuál también es hijo de Ana Lucia, una joven abogada que luchó hasta el último momento junto a Christian, pero la muerte del joven la deja a ella en peligro, y se ve obligada a casarse con el más longevo de la familia Montalbán. El señor William. quién después de la muerte de Christian, reaparece luciendo mucho más joven.
lo cierto es que el deceso de Christian no quedará impune, pues Moltanba regresará del mismo infierno para hacer pagar a todos sus enemigos y así poder demostrar que es inocente.
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Acepto.
11—Los hombres realmente se alertaron y voltearon hacia donde proviene la voz.
—¡Cretino! No te metas, esto no es con usted. Fue la advertencia de uno de ellos. El cual se agachó y levantó un gran palo de madera.
—¿Me atacarás con eso? Puedo decir que a mi madre y a mí, nos cortaron el ombligo con algo similar. Dispuesto a enfrentar el peligro, aquel hombre lanzó el primer golpe. Y atinó a la mandíbula del malhechor. ¿Qué se siente al recibir lo que das? El hombre tuvo que girar rápido, antes de que el otro le golpeara también.
¡Tengo ojos en mi espalda! Te aseguro que hoy no lograrán su propósito. En la pelea hubo golpe tras golpe, dos contra uno, pero el hombre misterioso parece tener más experiencia. Por lo que no se demoró en dejar inconscientes a ambos tipos. Y lo primero que hizo fue correr al lado del niño, y al ver que solamente estaba inconsciente, fue en busca de Ana.
—Ana Lucía, por favor, contéstame, dime qué estás bien, vi que ellos te golpearon muy fuerte. El hombre la levantó un poco y la colocó en su regazo, luego le corrió el cabello del rostro.
En ese momento, Ana Lucía, abrió los ojos y titubeó. Tú, tú… ¿Chris? Ella volvió a perder el conocimiento, quizás fue por la impresión.
Minutos después, cuando Ana Lucia volvió en sí, se vio dentro de una camioneta.
—¿Mi hijo? Mathias, ¿En dónde está mi hijo?
Señorita, su hijo está bien. Él viene en el otro auto, se asustó un poco cuando despertó y la vio inconsciente, así que lo tuve que persuadir para que se fuera con los guardaespaldas, pero si no me cree, puede llamar a mi hombre. William extendió la mano y le entregó un teléfono.
Por su parte, Ana Lucia se mostró confundida. ¡Por supuesto que lo llamaré! Evidentemente, ella quería hablar con su hijo. Una vez que se aseguró que Mathias estaba bien, miró al anciano y su cabeza se llenó de dudas. ¿Qué hacemos aquí? ¿Quién nos rescató?
¿Cómo que quién te rescató? ¿De qué hablas? Señorita Méndez, yo creí que usted se había defendido sola; cuando la encontramos, estaba inconsciente y sostenía un palo en las manos. El abuelo contestó de inmediato.
—¡Eso no es cierto! Había un hombre, logré verlo por unos instantes, le aseguro y le juro, que ese hombre era su nieto. Ella se desconcertó, está segura de haber visto el rostro de Christian.
—¿Samir? Ese desgraciado nuevamente te hizo daño. William apretó los puños con coraje, pues pensó que se refería a su nieto mayor.
—¡No…! No era ese tipo, me refiero a Christian, pude verlo, era él. Añadió con seguridad.
—¡No puede ser! Christian está muerto, tú llegaste al entierro, eres testigo de que está en la bóveda de la familia.
—¡Sí, yo lo vi con mis propios ojos, era él quien estaba dentro del ataúd, pero…!
—Pero nada, ¡seguramente fue un sueño! El viejo sujetó la mano de Ana Lucía, quiso que ella se sintiera segura; sin embargo, la mirada del viejo, era inexplicable, y por más que Ana quiso leer sus gestos, no lo logró. Aquel hombre parece todo un misterio. ¿Será que Ana Lucia alucinó y creyó ver el rostro de Christian?
Lo único claro aquí, es que Ana Lucía se tomó su tiempo para analizar las cosas. Ese último ataque le dejó ver que no puede defenderse sola, mucho menos tiene los medios para enfrentar a esos tipos, y lo más preocupante es que su hijo está en medio, es a él quien tiene que proteger.
—¡Acepto su propuesta! Acepto ser tu esposa. Aquella respuesta hizo que un silencio se apodera del vehículo, hasta que Olivier desvió la vista del camino, pues puso su mirada en aquel anciano.
—¡Lo consiguió! Pensó al arquear levemente sus labios.
Mientras que William no sabía qué decir. Media hora antes, había sentido una corazonada, que lo hizo dirigirse al departamento de Ana Lucía. Tan pronto llegó, descubrió las sábanas en la ventana y supo que había escapado. Evidentemente, lo hacía de él, Ana no quería casarse. Ahora ella está aceptando. Él ni siquiera había tocado el tema.
—¡Puedes tomarte tu tiempo! Puede ser la otra semana o dentro de un mes. agrego, y es que no quería forzar las cosas, su propósito era solamente protegerlos.
—No… ya lo pensé muy bien, acepto el matrimonio, me casaré con usted, pero estará bajo mis condiciones. Ella estaba muy segura, Mathias es lo que le preocupa y por él es capaz de cualquier cosa.
—Dime las condiciones, y yo veré si pueden entrar en la cláusula del contrato. El anciano tampoco se opuso.
—Número uno, quiero protección para mi hijo, recuerda nuestro secreto. Ella miró al chófer con algo de recelo, pues él no se encontraba presente el día en que ellos dos hablaron.
Número dos, el matrimonio solamente será en papel, no me obligará a hacer nada que yo no quiero. Y cuando todo esto acabe, el matrimonio quedará nulo.
Puedo aceptar siempre y cuando me prometas que, cuando todo acabe, me devolverán la empresa. William no recuerda cómo fue que puso las acciones a nombre de Ana Lucía.
—¡Es un trato! Entonces nos casaremos a la hora que habías acordado. Ana no se veía muy convencida, pero no tenía de otra. En menos de 24 horas ya estuvo dos veces en peligro.
Minutos después, la camioneta estacionó afuera de una mansión súper lujosa. Se notaba cuán cuidado estaba el jardín de esa propiedad; cada detalle parecía que había sido seleccionado por un experto. Ana no prestó atención a su entorno, al menos no lo hizo, hasta que alzó la mirada y vio el águila real que se encontraba en la entrada de la mansión. Media como dos metros y parece estar esculpida en oro puro. —¡No puede ser! Ya estuve en este lugar.