Día no lo esperaba: su muerte en una isla hizo que su familia biológica se sintiera extremadamente feliz.
Actualmente, están celebrando una fiesta por su muerte.
Daniella Wang, que ahora se ha convertido en un espíritu errante, observa todo lo que sucede en la residencia de los Wang.
Las risas de sus padres, de sus cuatro hermanos mayores, y también de Ovellia Wang, la hija adoptiva a la que adoraban.
Cuando escucharon sobre su muerte, solo dijeron:
"Es culpa de ella misma, ella buscó su propia muerte. Que muera lejos de aquí."
De repente, una fuerza poderosa atrae el espíritu de Daniella de regreso a su juventud, a la época en que sus padres biológicos querían recogerla de su padre adoptivo.
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Capítulo 11
Sopesó todos los certificados que tenía en la mano. Luego llamó al número de su padre biológico.
"Papá, encontré algunos certificados en el armario. ¿Son tuyos y los olvidaste?" Aunque a Daniella le gustaba el dinero, no significaba que quisiera caer en una trampa.
"Oh, eso... Los dejé para ti a propósito. Son certificados que he guardado por mucho tiempo. Y tu madre no sabe nada de estas propiedades. Así que son bienes que no entran en la sociedad conyugal entre tu madre y yo. Por eso prefiero dártelos a ti. Y todas esas son fotos de las ubicaciones donde se encuentran esas propiedades. Guárdalos por ahora, luego vendrá un abogado para cambiar el nombre del propietario por el tuyo.
Y... Tal vez tu madre también venga a darte algo. Acéptalo, ¿sí?... Porque es tu derecho como descendiente de la familia Wang", explicó su padre.
"Esto... Esta tarjeta, ¿qué?"
"Eso también es para ti. Son ahorros míos de cuando era joven. Antes eran bonos, tal vez ahora haya aumentado la cantidad en la cuenta. Hace mucho que no la reviso... Y tu madre tampoco sabe nada de mis ahorros. Porque ya han pasado décadas. Mi abogado se encargará de la transferencia a tu nombre", volvió a explicar su padre.
En realidad, todos los bienes que le dio a Daniella no fueron adquiridos por su padre después de casarse con su madre. Por eso no le había prestado atención hasta ahora.
Y los bonos en el banco llevaban décadas sin ser revisados ni retirados. Tal vez los resultados ya se habían multiplicado.
Después de colgar el teléfono con su padre allí, Daniella solo pudo mirar las cosas que tenía frente a ella. Sonrió un poco. "Ya tengo capital", murmuró en voz baja.
Llevó las cosas a su propia habitación en el piso de arriba. Porque el piso de abajo, aunque grande, sería para el abuelo Fang. A los ancianos les resultaría difícil subir y bajar escaleras todos los días.
"Creo que tendré que comprar una caja fuerte", dijo en voz baja. Porque a partir de ahora, tendría certificados que debía esconder.
Como solo tenía poca ropa, no tardó mucho en ordenar su habitación. Como tampoco tenía otras cosas, aparte de sus libros y útiles escolares.
"Abuelo, creo que tengo que ir de compras. No tenemos utensilios de cocina ni alimentos", dijo Daniella cuando salió de la cocina.
Y la cocina se veía muy vacía. Su padre solo había comprado el apartamento, sin amueblarlo.
De repente, sonó su teléfono.
"Hola Daniella, recién recuerdo... Tu apartamento no está amueblado en absoluto. Vendrá un diseñador de interiores. Puedes pedir el tipo de decoración que quieras para tu apartamento. Yo me encargaré de todos los gastos", dijo su padre directamente, antes de que Daniella pudiera responder a su saludo.
"Ok... gracias papá".
"Sí, de nada. Ya está, tengo una reunión ahora", continuó su padre y colgó el teléfono de inmediato.
"Um". Eso fue todo lo que dijo Daniella con el rostro petrificado. Aunque la persona al otro lado no podía escuchar su voz.
"¿Qué pasa?", preguntó el abuelo Fang al ver a Daniella petrificada.
"Eh, no pasa nada, abuelo. Comamos afuera más tarde. Porque pronto vendrá alguien a amueblar este apartamento. Así que no tenemos que comprar nada más", le explicó Daniella al abuelo Fang.
"Oh, bien, bien entonces". El abuelo Fang solo asintió. Él también todavía estaba aturdido.
Porque no estaba acostumbrado a vivir en una casa tan grande y brillante como esta.
Y poco después, alguien tocó el timbre del apartamento de Daniella.
Cuando abrió la puerta, resultó ser como había dicho su padre.
El diseñador trajo algunas imágenes de interiores que estaban de moda. Y que a mucha gente joven le gustaba.
Pero, la elección de Daniella fue diferente. No le gustaba tener el mismo modelo que los demás. Así que eligió una combinación de clásico moderno.
Eligió la cocina moderna, porque sería muy difícil si eligiera clásica.
"Mañana traeremos todos los artículos de calidad. El tema del costo ya lo hemos hablado con el señor Wang. La señorita no tiene que preocuparse, el señor Wang es muy generoso con usted", dijo el diseñador con una sonrisa ligeramente seductora. Pensó que el señor Wang era el Sugar Daddy de la mujer frente a él.
"Por supuesto que tiene que ser lo mejor. ¿Cómo no va a financiar a su propia hija?", respondió Daniella con un tono frío. Lo que hizo que el hombre frente a ella se callara avergonzado.
"¿Hija?"
"Hmm, soy su hija. Sería muy anormal que no fuera generoso conmigo". Aún con una mirada fría le dijo al hombre frente a ella.
"Eh, sí... Sí, señorita. Gracias por poder trabajar con la familia Wang. Me disculpo". Se avergonzó y se retiró apresuradamente.
"¿Mi padre tiene amantes?", de repente pensó negativamente.
