[Advertencia: ⚠️ Contenido para adultos, contiene violencia y sexo explícito]
Un mundo donde los humanos son la raza más débil y hostigada por las demás... Hasta que el primer dios de su raza aparece llenando los corazones de esperanza.
Uno que no es realmente un Dios, es falso y nadie lo sabe.
¿Podrá nuestro protagonista ayudar a la humanidad? ¿Descubrirán la verdad?
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Capitulo 10
Por las calles del campo del norte una pareja de amigos caminan tranquilamente.
— No insistas—. Declara Han.
— Antes siempre íbamos de vez en cuando— Reprocha Maeva.
— Ni loco voy a calle comercial, esos orejones estás más brabucones que nunca—.
— ¿El rey no hace nada?—.
— Corrupción, el rey es parte—.
— ¿Por qué vinimos a este lugar?—.
— Encontré un lugar, te encantará—.
— ¿Un lugar?—.
El asiente y sonríe con orgullo.
— Debemos ser discretos, puede que nos encuentren—.
El camino termina y Han se adentra entre los árboles y la maleza, apartando ramas y hojas en su camino.
Una vez se hace la luz, lo primero que se ve es una torre a medio terminar, unas casas de aspecto extraño y firmes, una población de humanos y unas calles con negocios transitados.
—¿Qué... Es...?—.
— Ya he venido antes aquí, vi la torre a lo lejos y me encontré con esto, bienvenida al paraíso —. Declara con una sonrisa y señalando con orgullo aquella nueva ciudad.
— Esto es... No...—.
—¿Impresionada no? Es natural—.
— ¿Por qué hay una ciudad aquí? ¿Quienes? ¿Cómo?—.
— ¿Vamos?—. Han le tiende la mano y Maeva la toma.
Dando inicio a una cita entre ellos tomados de la mano.
Caminando entre las casas, las flores y la seguridad recorre el lugar.
— Esto es hermoso, de verdad es un paraíso—.
— Te dije ¿Ves a ese hombre vestido de negro?—. Dice mientras lo observa sigilosamente.
— Si... Tiene un cuerno ¿Ellos son—
— Es la ciudad de la raza demonio infernal, la historia que me contaste, la ciudad que ellos crearon, todo era cierto, ese vestido de negro es seguridad pública—.
— Así que son caballeros—.
— No, aquí tienen otro nombre, seguridad pública policial—.
— Woow—.
— Cuando ocurre algo ellos acuden al lugar para resolverlo, aunque rara vez pasa algo, así que es más decoración que otra cosa—.
— Debe ser muy bonito vivir aquí, me gustaría que Ciel y mi madre vinieran a vivir aquí—.
— Bueno, tal vez podrían, ellos saben que estamos aquí, sin embargo, no nos detuvieron ni nos preguntaron nada—.
Caminando entre los comercios Han se da cuenta de que hay uno de la seguridad pública que los vigila sospechosamente.
No es anormal, se tiene sospecha de él al entrar por medios ilícitos.
Ellos se ven entretenidos mirando las vidrieras, más sorprendidos por el vidrio que por la ropa que muestra.
— Es un mundo totalmente diferente—.
— Y aún no has visto nada— Señala un coliseo. —¿Ves aquel lugar?—.
— Es enorme ¿Qué es?—.
— Dicen que en ese lugar, hacen teatro, musicales, enfrentamientos de entrenamiento, torneos, pero no todos pueden entrar, solo quienes son invitados o pueden costear el precio—.
— Son rumores, aunque viendo todo esto pienso que es posible—.
— Es un auténtico paraíso, imagínate vivir en este lugar—.
— Ustedes no son de aquí—. Declara un hombre con un cuerno oscuro.
— Me disculpo, soy del pueblo cercano, bien de visita— Declara Han.
— Me han dicho que eso pasaba, imagino no es tu primera vez—.
— No, he recurrido a visitar este maravilloso lugar—.
— Me alegra que te dieras cuenta— La sonrisa de aquel demonio se hace evidente — Hemos trabajado día y noche en diferentes turnos y casi sin descanso en levantar todo esto desde los cimientos, cuando solo era un campo de flores—.
— Es trabajo maravilloso, nunca había visto algo semejante en mi vida—. Comenta Maeva con una sonrisa.
— Está bien, pueden estar en este lugar, son invitados, pero recuerden, existen reglas en este lugar y deberían tener cuidado con los seis primeros—.
— ¿Los seis primeros?—.
— Si, son los elegidos de nuestro Dios, este lugar fue creado por su pedido, los seis primeros son los más fuertes, como su nombre lo dice, fueron los primeros en ser elegidos por nuestro Dios, tienen derecho de juzgar las acciones de los humanos incluso si no son ciudadanos—.
— ¿Son nobles del lugar?—. Pregunta Maeva.
— La nobleza aquí no existe, se trata de aristocracia—. Declara Han de inmediato.
— ¡Me sorprende que lo sepas! Así es, aquí poseer un apellido no es más que alargar un nombre, solo gobiernan los mejores entre los mejores, los más fuertes, los más sabios, los más inteligentes, los mejores líderes—. Explica con orgullo.
— Y quienes sean promovidos por los primeros, se crea una solicitud para cambiar de raza—.
— ¿Cambiar de raza?—. Pregunta Maeva.
— ¿Incluso sabes eso? Has estado mucho tiempo en este lugar, así es señorita, una vez obtengas una recomendación, nuestro Dios juzga a aquella persona otorgándole un cuerno ¡Mira el mío! ¿No es bellísimo? Jajajaaja—. Comienza a reír a carcajadas llenas de orgullo.
— Me gustaría poder tener uno también, desearía ser de la raza demonio infernal—. Declara Han.
— Claro, necesitas ser residente, obtener ciudadanía, trabajar, entrenar, estudiar, elegir la guía de uno de los primeros y destacar de los demás, de otra forma no obtendrás nada—.
— Significa que eres un destacado ¿Verdad?—.
— Sí, estoy orgulloso de ello, bajo la guía de mi maestro Morrigan obtuve un ascenso de raza—.
— Morrigan es uno de los primordiales, creo que es quien se encarga de la fuerza pública—.
— Casi, señor Han, se encarga de la fuerza militar, La fuerza pública policial es responsabilidad de "lindolindo", digo, de Canon—.
— "¿Lindolindo?"—.
— Apodo de cariño...— Responde algo nervioso — No los detengo más, disfruten de su estadía, no rompan nada, no lastimen a nadie y sobre todo no entren a los edificios sin invitación, en especial la capilla—.
— Muchas gracias por tu guía—.
— Es mi trabajo—. Declara mientras se aleja.
En el momento que la vista no es capaz de distinguirlo Han aprovecha para iniciar la conversación.
— Ya somos invitados—.
— Eres bueno, tienes el don de la palabra—.
— Ciel me dice lo mismo, él dice... "Tienes unas habilidades sociales impresionantes" un vocabulario que no esperarías de alguien de su edad—.
— Mi hermano también lo sabe, eres muy confiable, me siento segura contigo y...—. Maeva comienza a sentir emociones que no puede contener y su rostro se ruboriza.
— Q-... Quería que vieras este lugar, cuando vine por primera vez pensé en ti y en cuanto quería mostrártelo, así que yo ya hice mi investigación—. Declara con algo de nerviosismo.
— Muchas gracias por invitarme—. Dice mientras se aproxima a él.
— Fue todo un placer—.
Ambos se abrazan en una muestra de cariño y confianza, el rostro de Maeva muestra claramente una faceta de felicidad mientras que Han se torna de un color rojizo.
1 - Ciel el pequeño
2 - El Dios demonio
Da más interacción y momentos de "que hago ahora?", "me descubrieron?" y así por el estilo.
Simplemente merece 6/5 estrellas