después lo hago
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ANTOJOS
Por otro lado Loraine le dijo a Raquel que se aprendiera el número de Emiliano por si se presentaba una oportunidad, Raquel ya tenía instrucciones por parte de Loraine, sabía perfectamente lo que tenía que hacer y que el tiempo era su peor enemigo, Raquel estaba adiestrada, las dos tenían claro lo que iban a decir, a cualquiera de las dos se les podía presentar la oportunidad, los guardias entraban constantemente a la casa y en cualquier momento se podían descuidar con el celular.
Loraine caminaba la casa, pero no tenía permitido salir, tampoco Raquel, Gualberto llegaba a su casa a las 5 de la tarde, el tenía a las dos mujeres en su poder, pero no las maltrataba, siempre trataba de no coincidir con ellas, y era lo mismo que ellas hacían encerrarse en la habitación cuando el llegaba para evitar posibles complicaciones.
Gualberto también mandaba a la doctora para que llevara el control prenatal de Loraine, el apezar de todo tenía sentimientos, le hizo creer a Loraine que se iba a deshacer de su hijo, pero era algo que el no aria, el sabía lo que era estar apartado de su madre, lo vivió en carne propia y no quería lo mismo para Loraine y su hijo, tampoco queria abuzar de ella, pero si quería presionarla para tener relaciones con ella, quería que no pusiera resistencia por la amenaza que había hecho y así poder lograr su objetivo.
La doctora al llegar a la casa también dejaba su celular en la entrada, los guardias le decían que era por seguridad, Loraine quiso pedir ayuda a la doctora, pero siempre estaba la empleada de confianza de Gualberto y nunca podía hacer nada, solo quedaba esperar.
Las mujeres eran bien atendidas, Gualberto investigó un poco sobre lo que se le antojaba comer a las embarazadas, y en las compras siempre ordenaba que compraran los posibles antojos, aunque sabía que todas las mujeres embarazadas no tenían los mismos antojos, pero en algo debía coincidir.
El aunque no se cruzaba con Loraine, estaba pendiente de su salud y sabía que Raquel la cuidaba muy bien.
Los días pasaron y Loraine ya tenía tres meses de embarazo, ella rara vez sentía que su hijo se movía, ella tomaba sus medicamentos con las indicaciones de la doctora, habían día que amanecía triste y desganada, pero Raquel siempre estaba a su lado dándole apoyo, Loraine se mantenía e intentaba mantener su ánimo por su hijo, a Raquel le dolía verla deprimida, ella también ya estaba desesperada porque no veía el momento en que pudieran salir de ese encierro, aunque no las trataban mal, pero estaban encontra de su voluntad.
A Emiliano también lo estaba matando el desespero, quería saber de Loraine y si en realidad tenía a su hijo en su vientre, Natalie trabajaba junto a él y Emir, los dos trataban de mantener tranquilo a Emiliano, aunque ellos también les preocupaba Loraine.
Una mañana estaban en la oficina los tres revisando un proyecto, en ese momento Emiliano sintió una paz, tanto que suspiró y descansó, sintió que todas sus preocupaciones y su carga salieron de su cuerpo, su hermano y su cuñada se dieron cuenta, más porque le notaron un semblante de alegría, de tranquilidad, pero ellos querían escucharlo de su boca, y Emir preguntó.
EMIR: ¿Que pasó, te sientes bien?
EMILIANO: Si, sentí que algo salio de mi, salió mi preocupación, lo que fue se llevó todo el peso que me atormentaba.
NATALIE: Se te nota en el semblante, ojalá y sea buenas noticias.
Ellos se miraron y no dijeronsabía continuaron con su trabajo.
Natalie sabía que las preocupaciones se transforman en estresores cuando creemos que no tenemos recursos para hacer frente a las dificultades, o cuando se sobrecargan de exigencias sin poder parar a evaluar prioridades, qué hacer y que no hacer, qué posponer y que descartar, qué herramientas personales se tienen para afrontar lo que se presenta en el camino. Tenía claro que no se debe forzar los hechos, por eso se sintió feliz por su cuñado, había tenido mucho estrés.
Loraine todavía las náuseas matutinas la tenían mal, afectaba su vida diaria, también tenía altibajos anímicos, momentos en los que quería salir corriendo y no saber de nada, todo eso era producto del encierro, de lo que iba a suceder después de dar a luz, temía por el futuro de su hijo y por ella; como había días que sonreía y hablaba de novelas, pero allí estaba Raquel a su lado, ella era quien cargaba con los cambios de humor de Loraine.
Loraine veía como la mujer se desvivía por ella, hacia todo lo posible para que ella estuviera bien, Loraine se le escaparon las lágrimas, se puso sentimental y abrazó a Raquel diciendo.
LORAINE: Raquel, sabes que te quiero, te agradezco en el alma todo el amor y el cariño que me has dado desde que nos conocimos y que no me imagino cómo hubiera salido adelante sin ti, eres un ángel en mi vida y te lo agradezco de todo corazón.
RAQUEL: Eres parte de mi Loraine, como si fueras mi hija. Porque por mucho que no nos unan lazos de sangre, ni vínculos legales, tengo la certeza de que esto lo hago porque te veo como mi hija, esto lo hago de corazón.
LORAINE: Cómo no voy a quererte si estoy llena de alegría, si me siento feliz, protegida y tan querida a tu lado. Me siento parte del mundo gracias a ti, que eres capaz de mantenerme a flote en los peores momentos. Cómo no voy a quererte si eres la persona con la que más he compartido, con la que más feliz he sido. Mis mejores momentos también serán tuyos, porque ya tienes los peores.
RAQUEL: Tú llegaste para alegrar mi vida, aunque estemos en un mal momento, pero las cosas pasan por algo, detrás de todo esto hay algo bueno para las dos, nada es eterno.