Después de un devastador adiós, la vida de Lucía cambia drásticamente. En su nuevo trabajo como asistente en una prestigiosa empresa, descubre que su jefe es el imponente y enigmático CEO, Alejandro Ferrer. Desde el primer día, Alejandro se muestra distante y frío, pero detrás de esa fachada se esconde un hombre marcado por traiciones y engaños del pasado.
A medida que Lucía se sumerge en el mundo corporativo, se enfrenta a desafíos y rivalidades, descubriendo que la oficina es un campo de batalla donde la venganza y la ambición están a la orden del día. Pero lo que Lucía no sabe es que Alejandro ha puesto sus ojos en ella. Pese a que Lucía no siente lo mismo, Alejandro está decidido a luchar por su amor, desafiando las sombras de su pasado y enfrentando cualquier obstáculo que se interponga en su camino.
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Capítulo 11: Nuevas Oportunidades
Con la Torre Ferrer en plena recuperación y su reputación restaurada, Lucía y Alejandro se enfocaron en nuevas oportunidades para expandir y fortalecer la empresa. Se acercaba el aniversario de la compañía, y decidieron organizar un evento especial para celebrar los logros recientes y delinear la visión para el futuro.
La preparación para el evento fue intensa. Lucía trabajó estrechamente con el equipo de marketing y relaciones públicas para asegurarse de que cada detalle fuera perfecto. Alejandro, por su parte, se concentró en asegurar nuevas asociaciones estratégicas y en consolidar las relaciones con los clientes existentes.
Una semana antes del evento, recibieron una visita sorpresa en la Torre Ferrer. Era el señor Ferrer, el fundador original de la empresa y padre de Alejandro. Había estado viajando por el mundo y regresaba justo a tiempo para el aniversario.
"Alejandro, Lucía, he oído mucho sobre sus esfuerzos y su valentía. Estoy orgulloso de lo que han logrado," dijo el señor Ferrer, con una sonrisa cálida. "Quiero agradecerles personalmente por proteger y fortalecer la empresa que construí."
"Señor Ferrer, es un honor tenerlo de vuelta," respondió Lucía. "Su apoyo significa mucho para nosotros."
Durante la semana previa al evento, Lucía y Alejandro aprovecharon la presencia del señor Ferrer para discutir estrategias y aprender de su vasta experiencia. Su visión y sabiduría proporcionaron valiosos insights que ayudaron a afinar sus planes para el futuro.
Finalmente, llegó el día del aniversario. La Torre Ferrer estaba deslumbrante, decorada con luces elegantes y flores frescas. La prensa, clientes y empleados se reunieron para celebrar los logros de la empresa y escuchar los planes para el futuro.
Alejandro fue el primero en tomar la palabra. "Hoy celebramos no solo nuestro pasado, sino también nuestro futuro. Hemos enfrentado desafíos significativos, pero gracias a la dedicación y el esfuerzo de todos aquí, hemos salido más fuertes. La Torre Ferrer está lista para nuevas oportunidades y crecimiento."
Luego, Lucía subió al escenario. "Quiero agradecer a cada uno de ustedes por su apoyo y confianza. Juntos, hemos demostrado que la integridad y la ética son los pilares de nuestro éxito. Nuestro compromiso con estos valores es lo que nos permitirá seguir adelante y alcanzar nuevas metas."
El discurso de Lucía fue recibido con aplausos entusiastas. Mientras observaba a la audiencia, sintió una profunda satisfacción y orgullo por lo que habían logrado juntos.
Después de los discursos, la celebración continuó con música, comida y risas. Lucía y Alejandro se mezclaron con los invitados, disfrutando del ambiente festivo. En un momento tranquilo, Alejandro tomó la mano de Lucía y la llevó a una esquina apartada.
"Lucía, quiero hablar contigo sobre algo importante," dijo Alejandro, mirándola a los ojos. "He estado pensando mucho en nuestro futuro, tanto profesional como personal. Creo que es hora de dar un paso adelante."
Lucía lo miró con curiosidad. "¿A qué te refieres, Alejandro?"
Alejandro sonrió y sacó una pequeña caja de su bolsillo. "Lucía, hemos pasado por tanto juntos, y cada desafío solo ha fortalecido mi amor por ti. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Te casarías conmigo?"
Lucía se quedó sin palabras, sintiendo una oleada de emoción y felicidad. "Alejandro, sí, quiero casarme contigo. Nada me haría más feliz."
Se abrazaron, rodeados de la celebración y la alegría de sus amigos y colegas. La propuesta de Alejandro se convirtió en el punto culminante de la noche, y la noticia se difundió rápidamente entre los invitados, quienes los felicitaron con entusiasmo.
Con el compromiso de Lucía y Alejandro, la Torre Ferrer no solo estaba destinada a un futuro de éxito empresarial, sino también a una historia de amor y dedicación. Juntos, estaban listos para enfrentar cualquier desafío y construir una vida llena de felicidad y prosperidad.